Patricia Bullrich se mira al espejo y ve a Doland Trump. Pero del subdesarrollo. La ministra de Seguridad anunció que, una vez que concreten el muro con Bolivia (en realidad, un alambrado de 200 metros), van a ir por otro con Brasil.  “Vamos a ir en orden. Ahora hicimos Aguas Blancas, después vamos a ir a la Triple Frontera, que la tenemos controlada hace mucho tiempo y vamos a ir a los límites con Brasil, donde tenemos un problema muy serio”, afirmó la funcionaria, como si con alambrados se resolvieran mágicamente los problemas de las fronteras argentinas, los migrantes y la economía. Durante el día, el presidente Javier Milei aprovechó las redes sociales para treparse a la ola amurallada: "Excelente el Gobernador @gustavosaenzok y las Ministras @PatoBullrich y @SPettovelloOK trabajando en resolver problemas concretos de los salteños tanto en materia de seguridad como de asistencia", tuiteó, en un claro guiño con el mandatario peronista de Salta.

En aras de mostrar una suerte de trumpismo simbólico (porque lejos del muro con México que quería hacer Trump, aquí se trata de pequeños parches en la frontera), el Gobierno viene anunciando muros y más muros fronterizos. O pequeñas empalizadas. Un alambrado de 200 metros. Eso fue lo que anunció la ministra Bullrich, en el marco del Plan Güemes que anunció a fines del año pasado, y que consiste en una suerte de Daniel Viglietti pero al revés: a alambrar, a alambrar.

La ministra aseguró que el plan consistirá en reforzar controles en las distintas fronteras de la Argentina, en especial con Bolivia. El primer alambrado con un país vecino está pensado erigirse en el paso fronterizo entre Aguas Blancas (Salta) y Bermejo, y tendrá unos 200 metros de extensión por 2,5 metros de alto y tres vueltas de alambre de púas en la cima. También contará con tres puertas de acceso para el uso de fuerzas de seguridad. Esto trajo ya problemas diplomáticos con Bolivia.

Pero Bullrich no tiene pensado quedarse ahí y va por más: “Ahora vamos a ir a la frontera en Misiones con Brasil, que es una frontera que se pasa caminando en muchos lugares y en donde hemos tenido sicariatos y problemas”, aseguró la funcionaria, envalentonada por la era Trump. La idea es no dejar ninguna relación diplomática intacta. No obstante, por las dudas, aclaró que no en todos lados van a contruir alambrados. Dijo que se evaluará cuál es la mejor solución para cada caso.

Además, la ministra se puso el traje de economista y sostuvo que la política de seguridad de las fronteras variará según la relación cambiaria que tiene la Argentina con cada país. Aseguró que, según el tipo de cambio (Brasil devaluó y la Argentina mantiene le peso apreciado) es que los contrabandistas buscan pasar productos sin pagar impuestos para un lado u otro de la frontera. 

Entusiasmada, Bullrich aseguró que en Formosa utilizarán drones para una mayor vigilancia de las fronteras. Aclaró que fueron drones que ella compró cuando era ministra con Mauricio Macri (al que ahora critica a diario) y aseguró que los drones se oxidaron por no ser utilizados durante el gobierno de Alberto Fernández. “Los estamos arreglando para tener un control total de esa franja fronteriza. Tenemos mucha Gendarmería, patrulla permanente y necesitamos esta tecnología para custodiar no sólo la triple frontera con Brasil, sino zonas como Bernardo de Irigoyen, donde la ciudad está totalmente integrada, y Salvador Mazza, donde estamos haciendo un plan integral”, afirmó.

“Este año vamos a tener toda la frontera vigilada como queremos y ojalá no nos hubieran destruido el sistema de fronteras que habíamos comprado en 2018″, insistió Bullrich con autoelogiar su gestión pasada (que comenzó con la fuga de tres presos de alto perfil).

Por supuesto, las decisiones que viene tomando van sumando conflictos diplomáticos, por ahora con Bolivia. El ministro de Justicia de ese país, César Siles, remarcó: “Hemos ya públicamente expresado nuestra inquietud por este anuncio que vulnera principios de derecho internacional público y particularmente las relaciones de buena vecindad entre estados hermanos”. Siles criticó la falta de comunicación por parte del gobierno argentino para el inicio de las negociaciones por este tema, “para ponernos de acuerdo para luchar contra estos graves delitos”. “Lamentablemente, nos enteramos por los medios de comunicación que empezaron a consultarle al ministro de Relaciones Exteriores. No hemos recibido ninguna comunicación oficial”, advirtió.

En tanto, la ministra de la Presidencia boliviana, María Nela Prada, adelantó que la Cancillería boliviana se comunicará con su par argentina para determinar el impacto del proyecto. “Yo soy partícipe y activista por una ciudadanía mundial donde no exista muros ni vallas que nos separen. Las fronteras han generado divisiones entre hermanos de un mismo territorio. Somos lo mismo en muchas fronteras, lamentablemente en muchos países se aplican políticas que ahondan divisiones”, dijo.

Nadie parece reparar que, cuando hay crisis energética, el Gobierno argentino mira a Bolivia en busca de ayuda. Lo mismo que ocurre con Brasil, al que el Gobierno de Milei alternativamente insulta y pide ayuda.