Karina Sarro, docente de Moreno, Buenos Aires, quedó entre los diez finalistas de los premios Global Teacher Prize, el galardón considerado el "Nobel de la educación". Sarro fue reconocida por su trabajo en la integración de nuevas tecnologías en el aula, una hazaña especialmente notable dado el contexto de carencias que atraviesan las escuelas donde enseña. En total, más de 5.000 educadores de 89 países competían por este prestigioso premio, que otorgará un millón de dólares al ganador.
La historia de Sarro es una de vocación, resiliencia y pasión por la enseñanza. En medio de las aulas de Moreno, un área marcada por dificultades socioeconómicas, esta docente pudo implementar tecnologías inmersivas como la realidad aumentada, el uso de Cardboard para realidad virtual, y otras herramientas que permiten a sus alumnos conectar con el mundo de manera innovadora. “La tecnología no tiene que ser un lujo. Yo creo que con pocos recursos también se puede transformar la educación", aseguró Karina, quien no solo enseña, sino que también forma a otros docentes a través de libros y talleres.
La maestra, que comenzó su carrera como profesora de secundaria en la Universidad Nacional de Moreno, hoy es un referente en la educación tecnológica. Su trabajo fue reconocido por la Fundación Varkey y la UNESCO, que la seleccionaron por su capacidad para integrar la tecnología y mejorar la calidad educativa en un contexto complejo. En sus aulas, Karina transforma la enseñanza, no solo en términos académicos, sino también en un proceso de empoderamiento y de motivación para sus estudiantes.
Un enfoque práctico e inclusivo
Uno de los elementos que distingue a la propuesta educativa de Sarro es su capacidad para adaptar herramientas costosas a un contexto de recursos limitados. "Nosotros hacemos Cardboards con cartón y otras soluciones caseras. La clave es la creatividad", explicó. Para Karina, la idea es democratizar el acceso a estas tecnologías, de modo que todos los alumnos, sin importar su contexto social, puedan tener las mismas oportunidades.
Además de sus labores como docente, Sarro dedica su tiempo a escribir un libro dirigido a otros educadores, en el que explica cómo utilizar tecnologías inmersivas de forma accesible. Este trabajo refleja su deseo de expandir su modelo a más docentes y escuelas de todo el país, y, de ser posible, en el resto de Latinoamérica. “Mi objetivo es sensibilizar a los maestros y ayudarlos a integrar tecnologías que faciliten el aprendizaje”, aseguró.
Diez finalistas y un sueño
En febrero, Karina viajará a Dubái para conocer al ganador de este codiciado premio. Mientras tanto, continúa trabajando para llevar su experiencia a más maestros a través de la consultora educativa que está desarrollando. "Este premio no es solo para mí, es para todos los docentes que transforman la educación a diario", señaló Karina.
El Global Teacher Prize no solo premia el rendimiento académico de los docentes, sino también el impacto social de su trabajo. Los 10 finalistas de este año incluyen a educadores de países tan diversos como Arabia Saudita, Francia, y Nueva Zelanda, lo que refleja la importancia global de este reconocimiento. Sin duda, Sarro, con su dedicación y creatividad, es una de las grandes promesas de la educación mundial.