UN COMPLETO DESCONOCIDO 7 puntos
(A Complete Unknown; Estados Unidos, 2024)
Dirección: James Mangold.
Guion: James Mangold y Jay Cocks.
Duración: 141 minutos.
Intérpretes: Timothée Chalamet, Edward Norton, Elle Fanning, Monica Barbaro, Boyd Holbrook, Dan Fogler.
Estreno en salas de cine.
“¿Cómo se siente estar sin hogar” canta Bob Dylan, y a diferencia de Martin Scorsese, que eligió el verso “No direction home” como título para su notable documental de 2005 sobre el otrora trovador folk, los responsables de la reluciente y oscarizada biopic optaron por la no menos resonante frase “A complete unknown”. Basada libremente en el libro de no ficción Dylan Goes Electric!: Newport, Seeger, Dylan, and the Night That Split the Sixties, de Elijah Wald, Un completo desconocido describe, con las herramientas propias de la ficción, algunos de los hechos y creaciones reales que acompañaron al joven Robert Allen Zimmerman desde su arribo a la ciudad de Nueva York, a comienzos de los años 60, hasta su cambio radical de estilo musical con el lanzamiento de los álbumes de 1965 Bringing It All Back Home y Highway 61 Revisited. Que ambos discos parezcan fusionarse en la trama –y que a Bob le griten “Judas” en un recital diferente al histórico, entre otras licencias poéticas– forma parte de los avatares de la construcción de un relato de dos horas y veinte minutos que intenta encapsular de forma compacta a los primeros Dylans: el cantautor folk y férreo defensor de las letras comprometidas con cuestiones sociales y el rockero capaz de aunar viola y armónica como nunca antes.
Especialista en películas biográficas, James Mangold, el director de Contra lo imposible y Johnny & June - Pasión y locura –esta última centrada en otro ícono musical, Johnny Cash–, encara el material con la fórmula del neoclasicismo y la recubre con un fuerte formateo musical. En otras palabras, en más de una escena el sentido y la potencia de lo que ocurre, la esencia emocional, está dada no tanto por los diálogos sino por las canciones y las letras. En la primera secuencia Bob, el joven judío (faltaba mucho para su conversión al evangelismo) recién llegado del interior, visita a uno de sus ídolos mientras convalece en uno de los hospitales psiquiátricos que lo verán morir unos años más tarde. Allí, en una situación que a lo mejor no ocurrió exactamente así, pero sin embargo ofrece todos los beneficios de la metáfora icónica, el muchacho deja boquiabiertos a Woody Guthrie y su compinche Pete Seeger. Es este último, con el rostro y físico de Edward Norton, quien lo toma como protegido y lo lleva a presentarse por primera vez sobre un escenario más o menos profesional. El resto es historia y leyenda.
Un completo desconocido se erige sobre dos pilares fundamentales. Uno de ellos es el ligado al desarrollo creativo y profesional de Dylan, su meteórico ascenso al estrellato folk y la gestación y grabación de sus primeros discos, amén de las presentaciones en recitales y eventos cada vez más masivos. Por el otro, la relación con su primera pareja estable, la “chica de la tapa” de The Freewheelin' Bob Dylan, Suze Rotolo (aquí su nombre ha sido cambiado por el de Sylvie Russo, seguramente por cuestiones legales), y el intenso vínculo artístico, amistoso y sentimental con Joan Báez, eterna compañera de ruta durante gran parte de los 60 y más allá. Triángulo que define los tres actos del film y que contiene, como se sabe, un gran misterio en su interior. Porque, como ya se había preguntado Todd Haynes en la mucho más experimental e inquieta I’m Not There, verdadero hexaedro narrativo dedicado al enigma Dylan, ¿quién es a fin de cuentas ese artista imposible de aprehender en su totalidad? Ese completo desconocido que, paradójicamente, es inconfundiblemente familiar.
Los primeros choques con la fama, la soledad de la composición musical, los roces con productores y la discográfica que lo vio nacer son otros de los elementos del consistente y directo guion. Seguramente más interesante para los neófitos que para el dylanmaníaco empedernido, la creación de Mangold tiene como principal atractivo las actuaciones centrales: Timothée Chalamet, cuya imitación física es casi perfecta sin sonar caricaturesco y que incluso aprendió a cantar de manera mimética (es su voz la que suena en la banda de sonido), Norton como Seeger y Elle Fanning y Monica Barbaro como Rotolo/Russo y Baez, respectivamente. Las ocho nominaciones a los Oscar pueden parecer un poco mucho, pero es este precisamente el tipo de película que suele agradar a la Academia, más allá de las trece posibles estatuillas de otro film “musical” muy inferior, la polémica Emilia Pérez.