A la espera de que el gobierno provincial convoque a la primera mesa paritaria del 2025, desde Amsafé Rosario hablan de un aumento que ronde el 30% y el 35% para recuperar lo perdido el año pasado. En la seccional local del sindicato de los docentes públicos sostienen que los cargos testigos quedaron atrasados, a lo que se suma un proceso de “achatamiento” de las escalas salariales. “Hoy cualquier docente con un cargo, por más que tenga máxima antigüedad, está por debajo de la línea de pobreza”, cuestionó Juan Pablo Casiello, delegado seccional. Además, desde el gremio preparan un relevamiento sobre el estado edilicio de las escuelas y pidieron “no apresurarse” ante el optimismo del gobierno provincial de cara a un inicio de clases sin conflictos. “No me animo a decir ningún pronóstico. Ojalá tengamos una buena propuesta salarial y mejores condiciones para arrancar las clases”, evaluó.

La semana pasada el gobierno convocó a los referentes de los gremios docentes para avanzar en una agenda de temas a discutir en el inicio de la paritaria docente. Fue una reunión técnica que desde ambas partes consideraron como positiva. Sin embargo, aún no hay fecha concreta para oficializar la mesa paritaria donde los gremios buscan discutir un aumento salarial de cara al inicio del 2025. Por lo pronto, el ministro de Educación provincial, José Goity, adelantó que la convocatoria será los primeros días de febrero y confió que las clases comenzarán en la fecha indicada en el calendario académico. “No es lógico atar el inicio de clases a una discusión paritaria”, cuestionó el funcionario. 

Mientras esperan la oferta oficial del gobierno, los gremios docentes hacen números. Este lunes, el secretario general de Amsafé, Rodrigo Alonso, sostuvo que en 2024 los docentes perdieron un 23,3% del poder adquisitivo del salario, a lo que habría que sumarle un valor extra a partir de la quita del Fondo de Incentivo Docente (Fonid) por parte del gobierno nacional. En paralelo, Martín Lucero, de Sadop Rosario, estimó una recomposición salarial de al menos un 15% para el primer trimestre del año. Este miércoles, desde la seccional Rosario de Amsafé, redoblaron la apuesta y consideraron que un aumento óptimo para el inicio del año debería estar por encima de esos valores.

“Entre lo que retiró el gobierno nacional cuando sacó el incentivo docente y los aumentos por debajo de la inflación que impuso el gobierno provincial, estamos hablando de una caída en el salario del 30%. En lo inmediato, la preocupación tiene que ver con recuperar esa pérdida ahora en febrero. Por eso, entendemos que el aumento debe rondar entre un 30% y un 35% y después buscar algún mecanismo que permita sostener eso, porque si bien la inflación ha bajado, sigue siendo importante”, evaluó Casiello en diálogo con Rosario/12. “El 2024 fue un año de retrocesos muy grande para los docentes y de ataques sistemáticos por parte del gobierno nacional y provincial”, advirtió.

El dirigente gremial también sostuvo que hay otros datos que justifican ese pedido de aumento. “Hoy el cargo testigo de una maestra, con hasta cinco años de antigüedad, está en 650 mil pesos, y el de la maestra con máxima antigüedad está en 900 mil. Eso cuando la línea de la pobreza, según los datos oficiales del mes de diciembre, está arriba del millón de pesos”, expresó y agregó: “Hoy cualquier docente con un cargo, por más que tenga máxima antigüedad, está por debajo de la línea de pobreza. Por eso hablamos de esos porcentajes como para recomponer la pérdida, pero el aumento debería ser incluso mayor, sobre todo con un gobierno provincial que se jacta de tener superávit fiscal”.

Además, Casiello explicó que se viene dando un proceso de “achatamiento” de las escalas salariales, donde el sueldo de un docente que acumuló años de antigüedad no varía demasiado con el de aquel docente que se inicia en la profesión: “Todas las escalas están distorsionadas y cuando hablamos de salarios tan bajos, siempre hay que preocuparse por el que está peor, pero en realidad todos lo sufren. Es un proceso histórico que siempre en etapa de crisis se ajusta más. Todo eso termina teniendo este resultado, donde la antigüedad no hace una diferencia significativa y está lejos de lo que debería ser”.

En ese contexto, Casiello también se refirió a las declaraciones de Goity y el optimismo del gobierno provincial respecto a que el inicio de clases pueda darse sin inconvenientes, independientemente de la discusión salarial que se dé en las paritarias. “No hay que apresurarse. Los docentes vamos a definir en función de la propuesta que haga el gobierno y las asambleas escolares”, manifestó y añadió: “No me animo a decir ningún pronóstico. Ojalá tengamos una buena propuesta salarial y mejores condiciones para arrancar las clases”.

Según el calendario escolar, el inicio de clases está previsto para el 24 de febrero, pero a pocas semanas del comienzo del ciclo lectivo, aún no hubo reunión formal entre el gobierno y los gremios. No obstante, desde el sindicato entienden que una convocatoria temprana del gobierno tampoco garantiza nada. Eso ocurrió el año pasado, cuando el primer encuentro tuvo lugar el 4 de enero y después las conversaciones se estancaron por falta de acuerdo entre las partes. La situación terminó derivando en un conflicto entre los gremios y la Casa Gris que derivó en medidas de fuerzas, con suspensión de clases.

“Hasta el 4 de enero del año pasado lo que sobraban eran expectativas. Parecía que era un gobierno distinto, que se había comprometido muy fuertemente con la docencia en la campaña y que ese compromiso lo empezaba a hacer realidad con una voluntad de discutir con tiempo”, recordó Casiello. “Después pasó todo lo contrario. El gobierno no cumplió el acuerdo paritario firmado por la gestión anterior, pero tampoco con acuerdos establecidos durante la misma gestión de Goity, como el tema de los concursos. Finalmente no hubo ninguna voluntad de discutir o acordar. Lo que en verdad hace falta, más allá de una fecha o un porcentaje, es que el gobierno respete la ley de paritarias”, cuestionó.

 

Por último, el titular de Amsafé Rosario adelantó que están preparando un relevamiento sobre las condiciones edilicias de las más de 300 escuelas que tiene el departamento Rosario. La intención es reclamar al gobierno, con números sobre la mesa, una mayor inversión en ese sentido. “Hay muchas falencias. Tenemos escuelas que están en mejores condiciones, pero otras que están muy deterioradas. El gobierno hace publicidad diciendo que invierte en las escuelas, pero no alcanza. Hace falta invertir en educación, mejorar el salario docente y mejorar el estado de las escuelas”, finalizó.