Un tornado, un eclipse, el perfil del Club Español con sus leones recortándose sobre el fondo oscuro y, al frente, Charlie Egg enfundado en un sobretodo irradiando luz desde sus manos: la portada de Miedocracia anticipa el tono distópico que atraviesa al nuevo disco de Carlos Pezzoto, que tras la disolución de la emblemática banda Sinapsis vuelve al ruedo con una obra que desde su característico perfil electrónico se pasea por el vasto espectro musical del compositor, productor y Dj rosarino. Lanzado en septiembre y disponible en distintas plataformas virtuales para su escucha y descarga, Miedocracia tendrá hoy una presentación oficial que va a tono con el perfil popular de su autor: a fines de democratizar el acceso, el show será transmitido exclusivamente por internet a través de www.rosarioplus.com, en un evento que se desarrollará desde las 20 en la Terraza de la Cúpula de Plataforma Lavardén, con conducción a cargo de Federico Fritschi y Maru Pezzoto.
"La gracia de que se vea el show solamente en una plataforma digital tiene que ver con que todo el público es igual", explica Charlie Egg, que no se despega de su espíritu crítico para poner en juicio esa misma decisión: "Es cierto que hay que tener internet, que no es una variable menor, entonces no es realmente un concierto para todos y todas... Pero si lo hacía con público cobrando cinco pesos, o un peso, para mucha gente movilizarse a la sala no deja de ser prohibitivo. Se me ocurrió que como presentación de disco podía funcionar. En realidad ni siquiera lo considero de avanzada, sino contemporáneo. Es algo que podría ser más habitual".
Acompañado por la banda estable conformada por Rafa Finondo Raggio, Roque López, Fernando Passini, Pablo Rajoy y Juanjo Delménico, Charlie Egg sumará como invitados especiales a Pablo Jubany, Martín Arias, Celeste Ruiz, Andres Mantello, Juani Favre y Franco Santángelo. El staff se completará con Charly Cavagna en la mezcla de audio y cobertura fotográfica a cargo de Maximiliano Conforti, responsable además del concepto visual del proyecto. Después de cinco años de trabajo, Miedocracia comenzará así a tener circulación en vivo, devolviendo al cantante y compositor a los escenarios con canciones de su autoría. Esas que, desde que Miedocracia se subió a la web el pasado 11 de septiembre, comenzaron a cobrar nuevos significados. Así lo entiende el experimentado autor rosarino, a casi veinte años de la edición de Trémolo Raquídeo, el primero de sus quince discos. "Cuando hacés cualquier cosa, se complementa con el otro. Eso de que uno hace lo que quiere, eso de 'toco porque me gusta, escribo porque me lo pide el corazón' es como la pulsión primitiva, pero si no hay un otro al que mostrárselo, ¿qué vas a hacer? Cuando salió el disco se completó con la mirada de otros, con análisis que yo no había hecho. Se va armando una nueva cosa a partir de lo que los demás especulan que es", reflexiona.
Líricamente, Miedocracia se plantea en un marco distópico. Aunque, claro, como toda distopía de valía, los textos de Pezzoto hablan de estos tiempos. Así lo entiende también el autor: "Nuestro presente se parece peligrosamente al futuro distópico de los 80, con el que nos criamos los de nuestra generación. En un punto, en un universo simbólico, para nuestra generación Sarah Connor y Bruce Wayne existen... Está bien, no es lo mismo Salvador Allende que Batman, pero hay un punto en el que culturalmente hay que saber quién era Allende y qué rol cumplía en Latinoamérica...".
En ese sentido, Miedocracia se gestó en medio de cambios políticos y sociales: "Es un disco de transición entre dos procesos históricos diferentes, porque empezó hace cinco años. Para simplificarlo: las partes de luz remiten a otra época, y la oscuridad al gato (risas). De alguna manera, cuando el disco se empezó había no sólo una realidad distinta en el país, sino una Latinoamérica configurada diferente, una expectativa de futuro mucho más cristalina. Después, cuando gana Macri, ¿qué podés esperar? Está bien, son ciclos, pero que arruinan generaciones enteras en la vida de la gente".
Integrante histórico del colectivo Planeta X, Charlie Egg sigue produciendo en una escena musical compleja, a la que aporta ya no sólo conceptos ideológicos claros, sino además un menú musical generoso, que no debería simplificarse bajo el rótulo de música electrónica. Así lo entiende también Charlie: "Para mí la electrónica es un subgénero del rock. Yo soy de la rama de Kraftwerk, de la bajada alemana. Eso es puro rock. La diferencia que hay entre Kraftwerk y Napalm Death son más que nada tímbricas. Si vos te salís de la caja y lo ves más de afuera, son cuatro pendejos locos haciendo algo que no era habitual, no importa si una cosa es metal y la otra música electrónica. Yo lo veo así, en mi cabeza no hay una cosa que vaya para un solo lugar, algo unidireccional de género. Sí uso todos los elementos que se metieron en mi cabeza todos estos años. Eso, a lo largo de todo el disco, configura una lectura general. No es un disco de un único género, hay elementos de distintas cosas que conviven de una forma rara. Es un disco de canciones. Después cómo se la banque cada una en otro contexto es lo que vamos a empezar a experimentar ahora".