El 31 de enero se cumplen 16 años desde el secuestro, tortura, asesinato y desaparición forzada de Luciano por parte de la Policía Bonaerense. Un año más en un contexto de recorte de derechos y avanzada de la derecha contra las conquistas adquiridas por las luchas populares de nuestro país. Ante este gobierno injusto y cruel, no damos ni un paso atrás a la hora de denunciar la exclusión de millones de personas por parte de la gestión que encabeza Javier Milei.
Desde la creación del primer DNU, vimos los rostros de quienes disfrutarán las riquezas argentinas a costa del sufrimiento de muches otres: laburantes, estudiantes, cuidadores, jubilades, personas con hambre, que son explotadas de diferentes formas, que viven en la calle, que son discriminadas, asesinadas, torturadas, desaparecidas. La política liberal que ejecuta la doctrina del shock no es nueva. La lucha incansable y la memoria de los pueblos visibiliza a lo largo de la historia democrática de nuestro país la necesidad de advertir y sensibilizar sobre graves violaciones a los derechos humanos.
Desde Familiares y Amigxs de Luciano en 2009 denunciamos la avanzada mediática con amplio respaldo político para instalar la problemática de inseguridad y culpabilizar del aumento de la criminalidad a personas empobrecidas, especialmente jóvenes. Creemos y reafirmamos la convicción de que esta alianza político mediática -que deshumaniza, criminaliza y asesina personas- guarda resabios de la última dictadura militar argentina y debilita nuestra democracia.
Por todo lo dicho, no nos extrañan ni sorprenden las medidas tomadas por este gobierno nacional, hambreador y represivo, que se fue alimentando del odio, la invisibilización y el silenciamiento de realidades que era necesario revertir, denunciar y condenar con nombres y apellidos. Como es el caso de Daniel Scioli y Fernando Espinoza (gobernador de la provincia de Buenos Aires e intendente de Matanza al momento de la desaparición de Luciano) que siguen gozando de total impunidad, el primero desde el salto al gobierno de Milei y el segundo, desde su cargo vitalicio como intendente.
No fueron gratuitos los años de represión estatal anteriores, no son gratuitos los actuales. Reconocer el cansancio en los cuerpos y cierto desánimo en ámbitos laborales, de militancia, no significa mostrarnos débiles, sino registrar y evidenciar todo el sufrimiento que cargamos y acompañamos en diferentes espacios. Pero la construcción fue y sigue siendo colectiva, y con todes disfrutando de los derechos que supimos conquistar y los que aún peleamos por conseguir.
Ante este difícil panorama, en el que un presidente decide atacar abiertamente a las comunidad LGBTIQNB+ y a las luchas feministas, creemos indispensable la organización y la solidaridad entre quienes denunciamos las diversas problemáticas que afectan a un amplio conjunto social. Por esta razón decidimos, a 16 años de la desaparición forzada de Luciano, sumarnos a la iniciativa del colectivo LGBTIQNB+ para poner límites al avance contra nuestros derechos más elementales. Este contexto nos obliga a encontrarnos y generar espacios que discutan la actualidad, haciendo memoria del proceso democrático y con un atravesamiento sensible de clase y género.
Para las mujeres -abuelas, madres, hermanas- que lucharon y siguen luchando contra la represión estatal, el camino siempre fue tortuoso. La denuncia por la desaparición o muerte de sus hijes, en algunos casos, les llevó, literalmente, la vida. Porque la impunidad mata. Esas personas que durante años de democracia marcharon por las diferentes calles de nuestro país, pusieron su tiempo y energía en visibilizar la crueldad, pidiendo que nunca más volviera a pasar, tal como lo hicieron siempre nuestras luchadoras de pañuelos blancos: abuelas, madres.
El momento actual es un golpe durísimo para los familiares de víctimas de la represión del Estado. Familiares que desde la vuelta de la democracia buscan intervenir en el debate sobre las políticas de seguridad y de derechos humanos que gobierno tras gobierno atentan directamente contra les jóvenes pobres. Familiares que en la mayoría de los casos son madres que buscan impulsar el avance de las investigaciones, la visibilización de los casos sin prejuicios o sesgos racistas y la denuncia contra las diferentes policías y fuerzas de seguridad. A su vez, estas madres sostienen el acompañamiento a jóvenes en riesgo, mientras buscan la forma de llegar a fin de mes y lidian con amenazas y amedrentamientos sistemáticos (no importa cuándo leas esto). Esas son las lógicas vigentes de la dictadura cívico eclesiástica y militar que quieren instaurar como parte constitutiva de la democracia.
Por todo lo dicho creemos que el acompañamiento y solidaridad entre nosotres son indispensables, y también la organización colectiva. Que es urgente salir a la calle y denunciar a este gobierno empobrecedor y su batalla cultural fascista.
El domingo 2 de febrero convocamos a una Asamblea Antirrepresiva en la que buscamos generar un espacio que acompañe y complemente las recientes convocatorias del colectivo LGBTIQNB+. Entendemos que para reivindicarnos como un espacio antirrepresivo debemos retomar las luchas y demandas de tantas madres del gatillo fácil y la represión. Que es indispensable acompañar las causas que existen y fortalecer a un movimiento de familiares que da una de las peleas más difíciles de la democracia.
Nos sumamos a la Marcha Antifascista Antirracista LGBTIQNB+ desde Congreso a Plaza de Mayo porque sabemos que en ella se juega una intervención política del pueblo tan importante como urgente y porque muches de nosotres integramos el colectivo. Y también sabemos que Luciano, como varón, morocho, villero, joven, fue víctima del patriarcado y del racismo de uniforme que explota a los pibes de los barrios.
El domingo 2 de febrero, desde las 17 horas convocamos a visitar el Espacio para la Memoria Luciano Arruga (Indart 106, Lomas del Mirador, La Matanza), a 16 años de su desaparición y a la Asamblea Antirrepresiva para seguir organizándonos contra el gobierno fascista de Javier Milei y Victoria Villarruel.