El sector turístico argentino atraviesa una de sus peores crisis en décadas, con un impacto directo en la economía y el empleo. A pesar de ser reconocido por el Gobierno nacional como un pilar estratégico para el desarrollo del país, las políticas implementadas bajo la administración del presidente Javier Milei han exacerbado los desafíos del sector, generando un escenario crítico que requiere atención inmediata.
Según el último informe del INDEC sobre Estadísticas de Turismo Internacional (ETI), el balance del turismo en 2024 fue alarmante: mientras la llegada de visitantes extranjeros cayó un 9,6%, el número de argentinos que viajaron al exterior aumentó un 50,6%. Este desequilibrio resultó en un saldo negativo de 2,1 millones de turistas, lo que representó una pérdida económica de US$ 2.125,8 millones para el país.
Saúl Echeveste, secretario de Turismo de La Pampa, no dudó en responsabilizar al Gobierno nacional por esta situación. “Las políticas de Milei están ahogando al sector turístico y destruyendo la capacidad de recepción del país”, afirmó. Echeveste subrayó que 2024 “quedará marcado en la historia del turismo argentino como uno de los años más desafortunados, con consecuencias que podrían ser irreversibles si no se toman medidas urgentes”.
Los datos reflejan una tendencia preocupante: en diciembre, la caída de excursionistas extranjeros alcanzó el 41,9%, mientras que los argentinos que realizaron viajes cortos al exterior aumentaron un 116,1%. Este fenómeno, impulsado por un tipo de cambio favorable para los consumidores locales, ha generado un flujo masivo de divisas hacia el exterior. “La paradoja es evidente: antes, nuestros vecinos venían a Argentina para cargar combustible o comprar productos a precios competitivos; hoy son los argentinos quienes cruzan fronteras en busca de esas mismas oportunidades”, señaló Echeveste.
La crisis también se manifiesta en el sector aeronáutico. Datos de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) confirman que Aerolíneas Argentinas ha perdido participación de mercado, lo que agrava la situación del turismo receptivo. “La combinación de la caída en la llegada de turistas extranjeros, el aumento del turismo emisivo y la pérdida de competitividad de nuestra aerolínea flagela al sector y compromete su futuro”, advirtió el funcionario.
Uno de los principales factores que contribuyen a esta crisis es el atraso cambiario y la apreciación del peso, que han encarecido los precios de bienes y servicios en dólares. Esta situación no solo desalienta a los turistas internacionales, sino que también incentiva a los argentinos a buscar destinos más económicos en el exterior. Aunque estas medidas han logrado contener la inflación en el corto plazo, sus efectos negativos a mediano y largo plazo son innegables: debilitamiento económico del sector turístico, pérdida de empleos y un golpe severo a las economías regionales.
Echeveste comparó la situación actual con la de los años 90, cuando un tipo de cambio bajo favorecía las importaciones y los viajes al exterior, en detrimento de la producción local. “Este escenario beneficia a los mismos de siempre: aquellos que pueden acceder a bienes importados y vacacionar en el exterior, mientras que la mayoría de los argentinos sufren las consecuencias de un sector turístico en declive”, enfatizó.
Ante este panorama, el secretario de Turismo de La Pampa hizo un llamado urgente al Gobierno nacional para que reevalúe sus políticas económicas. “Es imperativo que el Gobierno adopte medidas inmediatas para revertir esta situación. El turismo necesita un tipo de cambio competitivo que permita atraer visitantes extranjeros y fomentar el desarrollo de las economías regionales. De lo contrario, el colapso del turismo argentino será irreversible, con consecuencias devastadoras para el empleo y la economía nacional”, advirtió.
La advertencia de Echeveste resuena en un sector que clama por políticas públicas que prioricen su recuperación. En un contexto de incertidumbre, el turismo argentino enfrenta un desafío sin precedentes, que requiere no solo de decisiones económicas acertadas, sino también de una visión estratégica que reconozca su papel fundamental en el desarrollo del país. El tiempo apremia, y las decisiones que se tomen hoy definirán el futuro de una de las industrias más importantes de la Argentina.
Nota por Karen Apaza Flores