Desde la caída de la dictadura de Bashar Al-Assad en Siria, Turquía ha intensificado sus ataques contra las zonas de Autonomía Democrática de Rojava (Kurdistán Occidental) / Norte y Este de Siria, y anunció un ataque intenso contra Kobane. Militares del Ejército de Turquía, y del Ejército Nacional Sirio (SNA), bombardean pueblos, carreteras de Kobane y la región. Se enfrentan sin embargo a la decisión sólida del pueblo kurdo de defender su revolución, y una vida que merezca ser vivida.

En los últimos tiempos se ha concentrado el ataque en la zona de la presa de Tishrin, cerca de Manjib, en Rojava, donde si ésta cede sucedería una gran catástrofe humana y ecológica. Por ello la población civil, junto a las fuerzas militares, está defendiendo ese territorio con sus cuerpos. Se han convertido en escudos humanos.

No es la primera vez que el pueblo kurdo tiene que hacerlo. Diez años atrás fueron atacados violentamente por la organización fascista “Estado Islámico” conocida como ISIS, que con el apoyo de Turquía intentó tomar Kobane y terminar con el corazón de la revolución kurda. La resistencia de las mujeres y del pueblo, a través de sus organizaciones como las Fuerzas de Defensa de las Mujeres (YPJ) y las Fuerzas de Defensa Popular (YPG), con el apoyo de combatientes internacionalistas, resultó en la victoria de enero de 2015, de la que ahora se celebran 10 años. Se demostró entonces que era posible derrotar la violencia fascista del Estado Islámico. Y no solo eso. En las regiones liberadas se establecieron nuevas estructuras de autogobierno.

Ahora estas mismas regiones están amenazadas. Bandas yihadistas como el SNA y el grupo islamista HTS, buscan destruir la revolución de Rojava, y aumentar así su influencia en Medio Oriente.

Fuerza de defensa civil de las mujeres

¿Cómo es la vida en Rojava? ¿Cómo es la Revolución de las Mujeres?

Aída Fento, delegada del Movimiento de Mujeres de Kurdistán en América Latina, reflexiona sobre el sentido de la Revolución de Rojava: “Yo creo que para el Movimiento de Mujeres de Kurdistán, Rojava es la realización de un sueño que tenían las compañeras mucho antes de que existiera. Compañeras que ya no están entre nosotras físicamente, que cayeron mártires, soñaban un día un lugar como Rojava. Es la realización de un sueño, el momento en que la utopía deja de ser utopía, y es el fruto de 50 años de lucha del Movimiento de Mujeres de Kurdistán. Cada minuto de esta lucha con sus lágrimas, sus sonrisas, sus celebraciones, sus críticas, están emergiendo en Rojava. Hay que remarcar el esfuerzo de Reber Apo (así nombran al líder del pueblo kurdo Abdullah Öcalan preso en la isla turca de Imrali hace 26 años), porque más de 20 años de su vida él estuvo en Rojava, viviendo entre la gente, generando conciencia, educando, amando a la gente que sintió su amor por el pueblo y por la libertad. 

La Revolución de Rojava es también resultado de la lucha y de los saberes de las mujeres del mundo, porque el propio Movimiento de Mujeres de Kurdistán siempre tuvo mucha influencia de esa experiencia. Hay compañeras que dicen: “Rojava es la niña de nuestros ojos, nuestro tesoro”, porque en medio de una guerra que nunca ha parado, ha ido construyendo un sistema social de hermanamiento entre los pueblos, y un sistema autónomo de mujeres en todas las áreas de la vida, con cooperativas de mujeres, academias de mujeres, comunas de mujeres, consejos de mujeres, sistema judicial de mujeres, fuerzas de defensa de mujeres. Rojava tiene el color de las mujeres, la energía de las mujeres que impregna a la sociedad, donde se valora especialmente la figura de las madres, que son una autoridad natural en Rojava. No tienen por qué tener hijos biológicos. Son las mujeres mayores, con experiencia, que han estado cuidando a la comunidad. Rojava es ese lugar donde la existencia de las mujeres ha podido brotar de nuevo, no sólo físicamente sino a nivel de significado. Por ello es como un tesoro. Estos frutos crecen sobre una base de amor y compañerismo. Una va a comprar el pan, y es una compañera quien te atiende, paras en un puesto de control militar, son compañerxs, toda la gente que está habitando allí, y apostando por la construcción del sistema autónomo, está unida profundamente por ese compañerismo. Es una sociedad abrazada por las mujeres.”

El pueblo se organiza para la defensa en un barrio de la ciudad de Qamishlo en Rojava.

Abriendo diálogos

Además de la hermosa descripción de los valores que guían la vida cotidiana, también hay principios políticos de esta convivencia. Zozan Zima, integrante de la Academia de Jineoloji (ciencias de las mujeres), en diálogo con activistas feministas de todo Abya Yala, analiza el rol de Abdullah Öcalan: “En Medio Oriente hay problemas muy importantes por el nacionalismo, el fundamentalismo religioso y el sexismo contra las mujeres. Reber Apo no ha buscado simplemente solucionar estos problemas. También ha cuestionado las ideas y las ideologías que provocan que estos problemas se intensifiquen, y ha construido alternativas. Hay muchos motivos para que hubiera surgido un nacionalismo muy fuerte en Kurdistán, porque es un pueblo que ha sido culturalmente perseguido, se le ha prohibido la lengua, nacionalmente ha sido negado. Podría perfectamente haber surgido un movimiento nacionalista, pero Reber Apo con sus propuestas frenó esta situación, y desarrolló una solución a través del confederalismo democrático, abriendo el espacio a diálogos entre los diferentes grupos religiosos, étnicos, políticos, que a través de un sistema confederal han podido construir sus propias formas organizativas. El otro punto muy importante es la cuestión de las mujeres, porque en Medio Oriente, esta situación feudal y fundamentalista religiosa, además de todos los planes de los estados coloniales en la región, crea una realidad en la que la que quienes más se enfrentan a dificultades son las mujeres. Reber Apo definió la revolución de Kurdistán como la revolución de las mujeres, y esto no lo ve únicamente como un eslogan, sino ha desarrollado su organización, su pensamiento, la propuesta de Jineoloji, una guerrilla de mujeres, es decir, tanto a nivel teórico como a nivel práctico creó condiciones para que la revolución de Kurdistán pueda ser la revolución de las mujeres”.

Baile en la presa de Tishrin


De qué se trata la propuesta revolucionaria del Confederalismo Democrático

¿Por qué el Confederalismo Democrático puede ser un aporte conceptual y político a la paz en Medio Oriente? ¿En qué consiste?

Aida Fento comparte las características teóricas y prácticas del Confederalismo Democrático, y cómo se expresan en Rojava, lo que hace de esa propuesta un camino posible para la convivencia en paz: “El Confederalismo Democrático es el cuerpo de la propuesta, y la nación democrática es el espíritu. La nación democrática son las diferentes naciones que conviven en un mismo territorio sin necesidad de fronteras, unidas por principios de hermandad, y en coordinación. Esos principios son la democracia de base radical y comunal, la libertad de las mujeres, y la ecología, la defensa de la naturaleza, de la madre tierra

Hay tres elementos muy importantes para el confederalismo democrático: 1) las comunas, los consejos de las comunas, 2) las academias, y 3) las cooperativas. Consejos y comunas para que se pueda dar una democracia realmente de base, comunal, radical. Academias para que la gente se pueda formar y se pueda dar ese cambio de mentalidad necesario para hacer una transformación social. Y las cooperativas para desarrollar una economía alternativa. Otro de los puntos muy importantes de Rojava es que la libertad de las mujeres se lleve a la práctica en todas las estructuras, en todas las áreas de la vida que están siendo organizadas: salud, educación, justicia, autodefensa, cultura, creencias, religión. Por lo tanto hay un sistema autónomo de las mujeres en marcha. 

Las mujeres en todas las dimensiones de la vida están organizadas, toman sus decisiones, se forman, y promueven un sistema en el que vuelve a brotar su existencia. Para ello hay una figura importante, que se está poniendo en práctica en Rojava, y se cumple en los otros territorios también, que es el coliderazgo en todas las estructuras. Hay un coliderazgo, una representante por parte del sistema de mujeres y uno hombre.”

En relación a la gigantesca resistencia que se está realizando en Rojava, subraya Aída Fenton: “Todos los días hay convoys de civiles que salen de una u otra ciudad de Rojava para apoyar a las fuerzas de defensa de la presa de Tishrin. Esos convoys son atacados sistemáticamente por el estado turco, y decenas de civiles son asesinados. Son familias, mujeres, niñas/os, mayores. Lo más increíble es que la gente, a pesar de estar siendo atacada, sigue yendo con mucho ánimo, y no dudan en estar ahí defendiendo, siendo el más grande ejemplo de la dignidad humana”. Y concluye: “Nosotras analizamos la historia como si fueran dos ríos. Existían las sociedades que vivían en libertad de forma comunal, y una vez que empieza el sistema de dominación con el patriarcado sale otro río, el de la dominación. Pero el río de la resistencia, de los pueblos, de la democracia, de las mujeres, de las comunidades, no desaparece. Entonces desde ese momento hay dos aguas que caminan mezcladas pero que siguen existiendo. Rojava es un lugar donde se observa esta coexistencia de los dos ríos. Cada identidad política tiene, dentro del sistema del confederalismo democrático, las condiciones para florecer, tienen la posibilidad de organizarse para fortalecer esa base democrática, y para eso tienen que hacer un proceso de gran cuestionamiento para erradicar el pensamiento y las prácticas de la modernidad capitalista. Es un proceso donde conviven la modernidad capitalista con la modernidad democrática, pero dando cada vez más pasos para ir erradicando ese sistema capitalista y patriarcal, y que vaya fluyendo el agua limpia de ese río democrático.”

Defender Rojava, en este contexto de crueldad mudial, de guerra, de genocidio, es la apuesta a defender los sueños, a cuidar la Revolución de las Mujeres, como una propuesta no solo para Medio Oriente, sino para los feminismos internacionalistas y revolucionarios, y para quienes buscan caminos para decir Ya basta al fascismo, a la violencia, a esta Tercera Guerra Mundial.

Los primeros diálogos que se están realizando en la isla de Imrali en estos días, que tienen a Abdullah Öcalan como protagonista, nos permiten también saber que para defender el sueño de la revolución de las mujeres, y las posibilidades de paz, hay que crear condiciones para garantizar la libertad del líder del pueblo kurdo. Defender Rojava. Liberar a Öcalan y a todxs lxs presxs políticxs de Kurdistan. Darle chances a la paz en Medio Oriente. Un programa mínimo contra la guerra, las violencias, y por la libertad verdadera.