El Servicio de Bomberos de Washington confirmó que no hay sobrevivientes del accidente aéreo ocurrido este miércoles por la noche. "A esta altura, no pensamos que haya ninguna posibilidad de rescate", declaró el jefe de bomberos John Donnelly en una rueda de prensa en el aeropuerto Ronald Reagan. La misión pasó de ser una operación de rescate a una de recuperación de cuerpos, luego del choque entre un avión comercial de American Airlines y un helicóptero militar.
El cielo nocturno de Washington se iluminó por un instante con una bola de fuego antes de que los restos de un avión comercial y un helicóptero militar se precipitaran a las heladas aguas del río Potomac. El impacto, ocurrido el miércoles por la noche, dejó un saldo devastador: 67 víctimas fatales y una investigación en marcha sobre las causas de la colisión.
Los equipos de emergencia lograron recuperar hasta el momento los restos de 27 pasajeros del avión y uno del helicóptero. Sin embargo, las bajas temperaturas del agua complican las labores de búsqueda y reducen significativamente las posibilidades de hallar más cuerpos en condiciones reconocibles.
El peor accidente en más de una década
El avión, un Bombardier operado por una subsidiaria de American Airlines, había partido de Wichita, Kansas, con destino a Washington. Por su parte, el helicóptero Black Hawk, con tres militares a bordo, realizaba un vuelo de entrenamiento. Según el secretario de Defensa, Pete Hegseth, la tripulación estaba altamente experimentada y equipada con gafas de visión nocturna para la maniobra.
Este trágico accidente se convierte en el peor desastre aéreo en Estados Unidos desde 2009, cuando un avión de Colgan Air se estrelló en Nueva York, dejando 49 muertos. Entre los pasajeros del Bombardier se encontraban figuras del patinaje artístico, como los rusos Evgenia Shishkova y Vadim Naumov, campeones mundiales en 1994.
"Debería haberse evitado", dijo Trump
Un testigo presencial, Ari Schulman, relató a CNN el momento exacto del impacto: "Primero vi el avión, todo parecía normal, estaba a punto de aterrizar. Pero unos segundos después, se inclinó completamente a la derecha y comenzó a arder".
Mientras tanto, el presidente Donald Trump expresó su indignación en su plataforma Truth Social, señalando que el accidente "debería haberse evitado" y cuestionando la comunicación entre la torre de control y el helicóptero. Además, acusó a los programas de diversidad promovidos por sus predecesores demócratas Barack Obama y Joe Biden de haber influido en el accidente
El secretario de Transporte, Sean Duffy, respaldó la versión que puso en duda las tareas de los sistemas de control, calificando el choque como "absolutamente evitable". Aunque las condiciones meteorológicas eran óptimas, aún no está claro por qué los sistemas de prevención de colisiones no evitaron la tragedia.
Investigación en curso
El tráfico aéreo en Washington es uno de los más congestionados del país, con vuelos comerciales, helicópteros militares y aeronaves gubernamentales operando constantemente. La Administración Federal de Aviación (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) iniciaron una investigación para esclarecer los hechos y determinar si hubo fallas humanas o técnicas.