Cuando en su reciente gira internacional el presidente Javier Milei fue consultado por el cepo, respondió que iba a mantenerlo hasta que se cumplieran tres condiciones: el control de la inflación, de la emisión de dinero, y conseguir financiamiento externo. Agregó “Soy liberal libertario, no libertarado”. Sobre esto último hay dudas.
En Davos, demostró que más que liberal, es un rancio conservador: ante un auditorio de inversores globales se puso a hablar mal de las mujeres y les explicó que los homosexuales son pedófilos. El discurso del año anterior sí había tenido un contenido más acorde al evento, a pesar de sus desvaríos, como incluir a los nazis y a los organismos internacionales como ”variantes colectivistas”. Pero como pasó un año y no vinieron las inversiones, ahora el plan es abrazarse al discurso anti-woke de Trump y de los empresarios tecnológicos de EE.UU. No para que pongan plata, no han puesto un dólar, sino para pedirles la escupidera del FMI.
Se ve que no surtió efecto el vulgar acto de exhibicionismo, sonriendo con la cara pintada de blanco en la asunción de Trump. El Imperio le contestó con una sentencia en contra por los platos rotos de la fiesta de la convertibilidad que ahora quieren emular, habilitando la posibilidad de embargo de cuentas en el exterior. Mientras tanto, nuestro oro sigue en babia por Europa.
A horas de ser el principal orador en el día del Holocausto, Milei no tuvo empacho en defender el saludo nazi de Elon Musk con argumentos dignos de Micky Vainilla de Capusotto. Estos multimillonarios arrogantes, villanos cual Lex Luthor, se compraron Twitter para controlar el planeta. Cuando Trump los estaba animando para que también se compraran Tik Tok para frenar a los chinos, las tecnológicas de EE.UU. se comieron un coscorrón de parte del gigante asiático, que en vez de entretenerse con el anti wokismo lanzó una IA más eficiente.
China dio al mundo Deep seek; Milei, “deep motosierra”. Claro, no para todos, a los que se pueden gastar hasta 75 millones en un auto importado de alta gama les regala hasta 15 millones de pesos. A los sojeros les dio apenas unos puntitos menos de retenciones, pero solo hasta mitad de año, para que escupan los dólares de la cosecha gruesa antes de las elecciones. El libertarado es el otro.
De las tres condiciones para salir del cepo, resta la única que tiene relación con los dólares: la entrada de los mismos. Es conmovedor ver cómo se pide a los bancos que adecuen sus sistemas para la muestra de precios en dólares y pagos en dicha moneda, cuando hay reservas netas negativas por 10 mil millones de dólares a pesar del fabuloso blanqueo.
Tras un año “del ajuste más grande en la historia de la humanidad”, aún no han conseguido financiamiento internacional del sector privado ni del FMI. La versión subdesarrollada de Trump quiere distraernos con un muro de alambre en la frontera con Bolivia, para tapar que lo atado con alambre es el plan económico.