El recorte de medicamentos a jubilados es una eutanasia encubierta. Cardenal Ángel Rossi, arzobispo de Córdoba, República Argentina.

Para que una política económica sustente la vida entre seres humanos con dignidad, debe concretarse –con sumo respeto por la naturaleza y el medio ambiente-, el objetivo del crecimiento inclusivo y desarrollo económico. Implica además el “nunca más” a la máxima crueldad, de la “eutanasia encubierta”.

¿Qué significa crecimiento económico? Que crezca cada año la producción de bienes y servicios que satisfacen las necesidades vitales y otras que, -sin ser tales-, generan creciente bienestar social. El indicador que mide el crecimiento es el PIB. No existe crecimiento único y menos universal. Dependerá de las políticas económicas activas, que pueden ser diversas.

Es decir, la intencionalidad política determinará el tipo de crecimiento que puede llegar a ser, éticamente inclusivo o criminalmente excluyente.

¿Qué significa desarrollo económico? Que lo producido en un período determinado, se distribuye con la mayor equidad, entre los diferenciados sectores que integran la sociedad. Específicamente entre el sector social del trabajo y el sector social del capital que han generado el producto (PIB), que satisfará necesidades humanas.

La mayor igualdad social dependerá de la equidad distributiva, que solo será posible con la participación del Estado, que posibilitará la redistribución de bienes y servicios, que dan sustento a la vida. El “mercado” no solo no redistribuye, sino que concentra riqueza.

Crecimiento y desarrollo

¿Qué relación existe entre crecimiento y desarrollo económico? Se trata de una relación dialéctica ya que ambos conceptos interactúan entre sí integrándose en una unidad indisoluble y, - en determinadas circunstancias -antagónicos. Es decir, una economía puede crecer por largos períodos y en simultáneo generar una inequidad también creciente, que implica malestar social inclusive muertes evitables y, por otra parte, concentración de riqueza.

El neoliberalismo en todos los casos, desde la Dictadura bajo la gestión de Martínez de Hoz y Cavallo, pasando por Menem-De la Rúa (Cavallo-Sturzenegger), Macri (Caputo, Sturzenegger) y Milei (Caputo, Sturzenegger) ha generado ausencia de crecimiento con inequidad, o intermitentemente crecimiento raquítico y generador de máximas desigualdades, que siempre implica recorte de libertad concreta.

La “receta” además de inhumana resulta reincidente, como sus ejecutores: atraso cambiario que provoca menoscabo de los bienes transables en beneficio de los no-transables que potencian servicios, como la actividad financiera (carry trade), destrucción de la actividad productiva, caída o crecimiento excluyente del PIB, apertura de importaciones que primarizan la economía y destruye la actividad industrial fundamentalmente PYMES.

Por ende, estas políticas traen aparejado desempleo, destrucción del salario real, pobreza, indigencia y su contraparte forzosa: creciente concentración de riqueza. Esta última, “fugada” por el poder económico como atesoramiento que induce la inflación cambiaria y recesión derivada de desigualdad distributiva, financiada con enormes y corruptos endeudamientos públicos y privados, que mutilan el crecimiento.

Primer año

A un año de gobierno de la dupla Milei-Caputo, la política económica neoliberal implementada ha derivado en una catástrofe social. Es decir, caída del crecimiento económico y aumento de la desigualdad social. Se estima que 2024 habría registrado una retracción del crecimiento del 3,5%, al tiempo que la inflación se ubicó en el 117%. Argentina fue el cuarto peor país en términos de desempeño económico, después de naciones africanas. En cuanto a la regresividad distributiva, la participación del trabajo pasó de 46,4% en el primer semestre de 2023, a 43,9% en igual período de 2024.

Sin embargo, se insiste sin fundamentos que en 2025 se producirá crecimiento con equidad, cuando es un imposible en el marco neoliberal.

Según Keynes, se demuestra aritméticamente que el crecimiento medido por el PIB depende de la demanda agregada. Esta última, se compone de variables que suman al crecimiento como el consumo total, que implica más del 70% del mismo, la inversión total, el gasto público, las exportaciones y, por último, la única que resta al crecimiento: las importaciones.

En otros términos, resulta un absurdo alardear futuro crecimiento inclusivo cuando todas las variables que suman al mismo han sido derrumbadas y solo se ha potenciado la que resta: importaciones. Además, a costa de generar déficit de cuenta corriente que obtura la única posibilidad de obtener divisas genuinas y, el consiguiente aumento infinito del endeudamiento público.

Según un informe de la Secretaría de Finanzas de la Nación, el endeudamiento llega a 462.553 millones de dólares para octubre de 2024. Cuando asumió Milei, la deuda alcanzaba 370.700 millones de dólares. O sea, sumó pasivos por 91.853 millones de dólares, que varias generaciones pagarán a costa de abdicar derechos vitales e inalienables como salud, educación, alimentación y vivienda digna.

Por tanto, no solo se trata de “soy un topo que viene a destruir el Estado”, sino también que se utiliza al Estado para generar la mayúscula transferencia de ingresos al poder económico (“la casta”) y así, sumir en pobreza, indigencia y “eutanasia encubierta” a millones de compatriotas.

*Economista y Contador Público.