La torre de control del aeropuerto Ronald Reagan de Washington quedó en el centro de la polémica por el choque en la noche del miércoles entre un avión regional de American Airlines que estaba por aterrizar con un un helicóptero militar que iba a la misma altura. La tragedia causó un total de 67 muertes, entre ellas la de un argentino. El presidente Donald Trump culpó indirectamente del hecho a las políticas de diversidad de sus antecesores Barack Obama y Joe Biden: dijo que el problema fue haber impulsado más personal de origen afro. Pero según el informe preliminar de la Adminstración Federal de Aviación (FAA), el número de personal de la torre de control aéreo "no era normal para la hora del día y el volumen de tráfico". El mismo Trump fue quien a poco de asumir despidió a 400 funcionarios de la FAA, al jefe de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) y a 3000 controladores aéreos.
El vuelo 5342 de American Eagle procedente de Wichita (Kansas) tenía como destino el aeropuerto Ronald Reagan. Se trataba de un avión comercial Bombardier CRJ700 que se aproximaba a la pista de aterrizaje a las 20.48 hora local del miércoles (22.48 de la Argentina) cuando fue embestido por un helicóptero militar Black Hawk.
En la aeronave comercial viajaban 60 pasajeros y cuatro tripulantes. El helicóptero tenía capacidad para quince personas, aunque en ese momento iban solo tres, todos militares.
El helicóptero realizaba un "vuelo de entrenamiento". Pete Hegseth, el secretario de Defensa, expresó que los tres militares conformaban "una tripulación bastante experimentada que estaba haciendo una evaluación nocturna anual obligatoria" y agregó que todos "llevaban gafas de visión nocturna", lo cual hace más incomprensible el accidente.
El avión Bombardier operado por PSA, una filial regional de American Airlines, colisionó a media altura con el helicóptero cuando se acercaba para aterrizar en el Ronald Reagan, situado en los límites de Washington y el río Potomac. El avión tenía previsto aterrizar allí a las 21.
El impacto quedó registrado por una cámara: en el video se observa nítidamente cómo el helicóptero avanza en una trayectoria directa hacia el avión.
Un testigo, Ari Schulman, contó que iba conduciendo camino a casa cuando vio "un chorro de chispas" y algo parecido a fuegos artificiales cuando se produjo la colisión nocturna. "Al principio vi el avión y parecía estar bien, normal. Estaba a punto de tomar tierra", declaró. "Entonces tres segundos más tarde se inclinó completamente a la derecha. Pude ver su parte inferior, estaba iluminada de un amarillo muy brillante, y había un chorro de chispas debajo de ella", añadió.
Al menos 14 patinadores, entre ellos, los excampeones del mundo de patinaje artístico rusos Evgenia Shishkova y Vadim Naumov, de 46 y 48 años, respectivamente, figuran entre los fallecidos. El argentino que integra la nómina es un hombre que viajaba con su hijo, de nacionalidad chilena, que también falleció en el acto.
Juan Pablo Mazzieri, secretario de Prensa y vocero de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) señaló a Página 12 que "es muy difícil elaborar hipótesis" ya que el accidente es muy reciente y aconsejó "esperar la investigación".
"El accidente se produce prácticamente en el tramo final del aterrizaje. Mil metros antes del umbral de pista, al inicio de la pista", especificó. El avión de American Airlines "había preparado la aproximación para la pista 01 pero la torre de control le pidió que aterrizara en la pista 33".
Mazzieri también señaló que "a tan baja altura los sistemas de prevención para evitar colisiones no funcionan, solamente hay aviso de otros tránsitos", razón por la que el sistema que da estos avisos no actuó. El vocero de la asociación de pilotos sostuvo que deberá investigarse "las comunicaciones de la torre y las comunicaciones de los pilotos", así como la zona, que es "un área de muchísima congestión de tráfico aéreo". Anoche fueron encontradas las dos cajas negras que contienen la grabación de todas las comunicaciones.
Los controladores del servicio de tráfico aéreo son los principales apuntados. En las grabaciones previas al choque se escucha que le preguntaron al helicóptero si tenía "a la vista" al avión. Recién en los segundos que antecedieron a la tragedia le recomendaron que "pasara por detrás", algo que aparentemente no fue dicho a tiempo y no pudo ser cumplido. Según un controlador llegó a ver "una bola de fuego y desapareció".
Poco después del incidente, Trump utilizó su cuenta en la red social Truth Social para hablar del accidente que "debería haberse evitado" y cuestionó duramente a la torre de control. "¿Por qué la torre de control no le dijo al helicóptero qué hacer en lugar de preguntar si vieron el avión?", escribió el mandatario.
Luego, durante el día, culparía a Obama y Biden por haber implementado una política de diversidad en distintos sectores de la administración pública, con el fin de promover la incorporación de personas de origen afro. El exsecretario de Transporte de Estados Unidos Pete Buttigieg calificó de "despreciables" esas dichos y lo acusó de "despedir y suspender a parte del personal clave que ayudó a mantener" la seguridad, en referencia a su ola de despidos en la administración.
El recate de los cuerpos
Las 67 muertes en Washington colocan a esta tragedia aérea como la peor en más de una década en territorio estadounidense y la más mortífera desde el 2001. La esfumada expectativa de encontrar alguna víctima con vida hizo que se pasara de una operación de rescate a otra "de recuperación" de los cuerpos. Durante todo el día, los bomberos trabajaron en la búsqueda. Hasta anoche, lograron recuperar 30 cadáveres.
El secretario de Transporte, Jean Duffy, aseveró que las tareas de recuperación de los restos continuarán y que la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB por sus siglas en inglés), quien se encarga de investigar los accidentes de transporte, analizará los restos para esclarecer cómo sucedió la tragedia.
El propio impacto entre las dos aeronaves es el principal argumento por el que se comprende que los 67 pasajeros fallecieron. Pero no es el único. El choque fue sobre el río Potomac, donde cayeron tanto las aeronaves como los cuerpos de las personas. El agua del Potomac está a solo 2 grados Celsius, por lo que eran pocas las posibilidades de sobrevivir en el río. El tiempo de supervivencia en sus aguas oscila entre los 30 y los 90 minutos, por lo que los equipos de emergencia tenían pocas posibilidades de salvarle la vida a quien eventualmente no hubiera muerto por la colisión.
Se registra un antecedente de otro accidente aéreo que terminó en el río Potomac. En enero de 1982, un Boeing 737 con destino a Fort Lauderdale, Florida, se estrelló contra el puente de la calle 14 durante el despegue. Este accidente dejó un saldo de 78 muertos y ocurrió debido a un incorrecto deshielo de las alas y a un error humano del piloto.
A los pocos segundos luego del accidente la torre de control ordenó cerrar la pista 33, al igual que el aeropuerto Nacional Ronald Reagan unos minutos más tarde. Por este motivo los aviones fueron desviados a otros aeropuertos o aeródromos. Del mismo modo, a los aviones que estaban por despegar se les ordenó que no lo hicieran.