Un corazón enorme comenzó a latir el sábado pasado en Parque Lezama, con voluntad  de salir a ponerle un parate a la crueldad que no dio respiro durante todo el 2024 y que se perfiló para volverse aún más deshumanizante a futuro. La llamada al encuentro espontáneo encendió una mecha que no es inédita pero dejó al gobierno -tal vez por primera vez- girando en falso. Enlistados para hacer un movimiento similar al de la Ley Bases el 1° de marzo en la apertura de las legislativas ordinarias, el gobierno libertario se topó con el movimiento LGTBIQ+ convocando a una Marcha Federal del Orgullo Antifascista Antirracista LGTBINB+ comprometiéndose con el antifascismo local y global.

Se unieron feministas, jubiladxs, estudiantes, trabajadorxs, migrantes,  afrodescendientes, discas y la lista crece y toma formas que no llegaron de un día para el otro. La organización en los barrios en respuesta a la Ley Bases, los miércoles de jubiladxs, las madres que siguen rondando la Plaza de Mayo y les estudiantes que se alzaron para defender la educación fueron luchas que hoy confluyen este levantamiento popular y festivo. Tal vez inesperado pero con la potencia que ya tiene cuantiosa tradición de organización y militancia en estos lares, la gimnasia asamblearia fue la llave para mostrar los hilos de un gobierno al que los números no le dan.

 

Foto: Catalina Distefano.
 

¿Cómo se cocinó la asamblea de cara a la marcha? ¿Qué proponen en términos organizativos para dar la pelea de la batalla cultural y salir a la calle? ¿Por qué esta convocatoria tuvo semejante amplificación y multiplicación?

“Hicimos lo que había que hacer, encontrarnos” dice Paulina Domínguez, integrante de la Asamblea, docente de Comunicación y Derechos Humanos. Habla de la primera chispa encendida en Parque Lezama el mismo jueves que Milei salió a dar su discurso en el Foro Internacional de Davos en Suiza. Ese mismo día, con la urgencia de no normalizar la violencia expresada por el presidente, al caer la tarde, un grupo grande de maricas, travas, lesbianas, travos y personas trans se juntaron a pensar una acción directa en la pérgola del Parque Lezama. “No podíamos dejar que atentaran de esa manera con nuestra dignidad y que nos hicieran cargo de su no productividad económica: fue a un foro económico a hablar de nosotrxs porque no hay números que lo favorezcan. A partir de ese momento el proceso asambleario no dejó de crecer” explica.

“Ya desde la primera reunión espontánea en Parque Lezama quienes nos juntamos coincidimos en algo que parece haberse verificado en el sentir masivo que hoy convoca a la movilización del sábado. El odio y el ataque a la comunidad LGBT es inseparable del programa económico que proponen” dice la economista Camila Baron, también integrante de la Asamblea. “Decimos que es fascismo porque intentan instalar que hay vidas que valen más que otras. Ahora es la comunidad lgbt pero también quisieron generar un consenso en torno a que las vejeces no importan, que las personas con discapacidad no deberían recibir ningún apoyo, que los empresarios deberían ser libres de fijar salarios de miseria”, explica Baron y agrega: “Hay un acumulado de luchas que, para sorpresa de muchos, hoy nos permiten mostrar que la defensa de nuestras existencias diversas es también un grito contra este modelo económico que produce cada vez más miseria, desigualdad y exclusión”.

El ingreso por hora de una trabajadora de casas particulares está en $3351, el subte de ida y vuelta a CABA en $1664, el consumo de leche cayó un 16%, Galperín recibió $100 millones de USD, el salario vital y movil en $279.718 y la jubilación mínima en $329.598. Son datos recuperados desde la Asamblea para ilustrar que la llamada batalla cultural es también un programa económico.

“Hay algo que me enorgullece y es la capacidad de organizarnos rápido. Hay un crisis de representación, no hay personas trans en espacios de poder y en ningún espacio de representatividad colectiva en donde se puedan pensar posibilidades para nuestras existencias. Estabamos un poco agotadas y dijimos `si no existen hay que inventarlas`” dice Paulina y agrega: “La asamblea le vino a dar cuerpo a un montón de demandas”.

Foto: Catalina Distefano
 
 

 

Antifascista y antirracista

“¡En el corazón de nuestro movimiento vive la diferencia!” decían desde la Asamblea Antifascista convocada el sábado pasado. Desde ese espacio convocaron a “multiplicarse a través de lo distinto". La experiencia previa fue un año de salir a la calle con la Columna Mostri: “Desde que ganó las elecciones La Libertad Avanza en Argentina un grupo de compañeres que venimos de la militancia transfeminista nos empezamos a juntar para empezar a marchar contra todo lo que sabíamos que iba a pasar y así se armó lo que se conoce como Columna Mostri”, dice Ese Montenegro, hoy integrante de la Asamblea Antifascista. La convocatoria el 8 y el 24 de marzo, el 13 de junio en repudio a la Ley Bases, el reclamo de les jubilades y la marcha universitaria fueron momentos en los que esta columna salió a la calle con la consigna “La Vida está en riesgo”.

“La idea de antifascismo caló profundo porque entendimos que lo que tenemos que disputar va más allá de un tipo de retórica que tiene más idea de Twitter que del manejo del Estado” dice Pato Ruiz, escritor y performer bonaerense. Estuvo desde el primer llamado y también es parte de la Asamblea. “Teníamos que volver a una batalla cultural para que el sentido común -comúnmente fascista de por sí- no se cristalice en lógicas criminalizantes de nuestras formas de vida”. Dice que lo sucedido durante esta semana es lo que todxs pueden percibir: “Una fuerza transversal a todas las luchas diciendo ¡Basta!  La consumación de prácticas artísticas, políticas, estéticas, históricas, sociales puestas al servicio de todxs aquellxs que son creadxs como el enemigo, aquel grupo a exterminar frente al verdadero fracaso del fascismo gobernante: un fracaso económico de quienes prometían crecimiento con o sin dinero”, dice en diálogo con Las12.

“El colonialismo y el racismo siguen vigentes con las políticas de exterminio que se acentuaron de forma exponencial durante el gobierno de Milei”, explica Kadie Morgan, parte de la Asamblea e integrante de Afros LGBTIQ+. En ese procedimiento sistemático menciona el despojo de tierras, la estigmatización de migrantes, el fuego en los territorios, la destrucción de las pocas políticas antirracistas, el cierre del INADI y la violencia institucional. “La lucha antifascista sin una perspectiva antirracista corre el riesgo de reproducir las mismas exclusiones y violencias que pretende combatir. Por eso, el antirracismo no es una causa separada, sino un eje transversal en la lucha contra todas las formas de opresión” concluye.

El plan 2025

Milei busca eliminar la figura de femicidio, el Ministro de Salud Mario Lugones hizo efectivo el despido del 40 por ciento de la planta de la Dirección de Respuesta al VIH, Hepatitis y Tuberculosis. La gestión libertaria va contra el derecho aborto, contra la Educación Sexual Integral, contra las maternidades no heternormadas, contra las personas migrantes, la incesante represión a les jubilades los miércoles que luchan por una vida digna y los despidos en el Estado. Se trata de acciones concretas contra quienes durante esta semana se convocaron para poner un freno.

“Milei no dijo lo que dijo” fue el mensaje de la Casa Rosada para repeler los efectos del discurso del presidente después de que el repudio social fue masivo. Sus dichos y amenazas de exterminio siguen un plan de expansión de violencia y miedo. La ebullición de un hartazgo se hizo eco en el Parque Lezama y en una convocatoria que desborda y promete ser multitudinaria. Las adhesiones recibidas por la asamblea superan las 500 entre organizaciones LGTB, feministas, sociales, de derechos humanos, sindicatos y partidos políticos. Hay convocatorias en cada rincón del país y en el mundo se hacen eco del reclamo.

El presidente hace unas semanas hizo un llamado a temblar, en su narrativa hacía referencia al miedo. Este fin de semana, el temblor suena mas a rabia y hartazgo y estará en las calles de todo el país.