La música puede ser un refugio, pero también una frontera. O una zona de guerra. ¿Quién puede tocar jazz? ¿Quién tiene derecho a ocupar un escenario y hacer que la gente baile? El quinteto londinense Ezra Collective empezó en 2016 con esas preguntas en la cabeza y en una ciudad donde los clubes de jazz parecían reservados para unos pocos. O al menos así lo percibe Femi Koleoso, el baterista y frontman de la banda: según el músico, en la Londres de hace menos de una década los estereotipos dictaban qué voces podían formar parte de la tradición.
Pero Ezra Collective pudo romper el molde. Con su nuevo disco, Dance, No One’s Watching ("Bailá, nadie te está mirando", 2024), recorren los altibajos de una noche de baile a lo largo de 19 canciones divididas en cuatro actos. Inspirado por la resistencia bailable de América Latina y con un espíritu groove que lleva el jazz al club sin sacrificar su esencia musical, el disco no tiene etiquetas ni exclusiones: si te hace sentir algo, entonces es para vos.
Antes de su llegada a Buenos Aires, el líder de la banda que tocará en Niceto el jueves 13 de febrero repasa sus inicios, los estereotipos que tuvo que superar y el poder de la música en tiempos de incertidumbre.
-¿Qué historias quieren contar con su nuevo disco?
-Se trata de la libertad. De no dejar que la inseguridad te robe el momento. En cierto modo, está inspirado en viajar por el mundo y escribir sobre las pistas de baile increíbles en las que tuvimos la oportunidad de tocar. Queríamos capturar esos momentos y convertirlos en un mensaje, en un disco. De ahí viene todo. Y estoy muy orgulloso de él.
-Siempre contás que, cuando eras más joven, el jazz te parecía un arte elitista. ¿Cómo trabajan para hacer el jazz más accesible e inclusivo para nuevos públicos?
-Creo que son muchas cosas. Por ejemplo, se trata de cómo se fijan los precios de las entradas. No siempre tenemos control sobre eso, pero cuando lo tenemos, intento que sean accesibles. También trato de que no toquemos siempre en los mismos tipos de lugares. A veces tocamos en un club de jazz, otras en un club de tecno, otras al aire libre. Intento asegurarme de que, cuando es posible, toquemos en lugares con sillas para que quienes no puedan estar de pie puedan sentarse, pero que quienes quieran saltar y bailar también lo puedan hacer. En general, evitamos tocar en lugares donde todos tienen que estar sentados porque queremos que todos los amantes de la música puedan disfrutar. También intentamos tocar en la mayor cantidad de lugares posible. No siempre se trata de la plata que hagamos. La gira por Sudamérica, por ejemplo, es bastante costosa para nosotros, pero es importante bailar con los sudamericanos porque ellos inspiraron mucho este álbum.
-¿De qué manera los inspiraron?
-Ustedes aman bailar, aman la fiesta. Y me encanta eso de Sudamérica. Hay una alegría en la música sudamericana, desde el tango hasta el samba, el reggaetón y la cumbia. Todos esos géneros transmiten alegría y hacen que la gente quiera bailar. Eso es lo que intento hacer con Ezra Collective, así que Sudamérica me inspira profundamente y estoy muy emocionado de tocar ahí por primera vez.
-Aunque terminaron convertidos en música bailable, la cumbia y el tango son dos géneros arraigados en el dolor y la desigualdad. ¿Eso lo ves reflejado en tu música?
-Exactamente. Es como si esa oscuridad pudiera transformarse en alegría. Y creo que la palabra clave es esperanza. Cuando estás atravesando el dolor pero aún podés ver la alegría en el horizonte, eso es esperanza. Y siento que hay mucha esperanza en Sudamérica. Se ve en la pasión con la que viven el fútbol. Siempre creen que pueden ganar. Todo el mundo esperaba que Messi ganara el Mundial y cuando pasó, explotaron de felicidad. Ese sentimiento, esa vibra, esa energía es lo que intento capturar en nuestra música. La última vez que estuve en Buenos Aires, aprendí un poco sobre su música, pero estoy emocionado por aprender mucho más la próxima vez que vaya.
-Uno de los mensajes del disco es que no podés bailar cuando estás enojado. ¿Cómo se hace eso en un panorama político como el actual?
-Se trata de intentar que la gente deje ir esa tensión y oscuridad por un momento y que la música la lleve. No significa que la oscuridad y la tensión no existan, pero sí que, aunque sea por un rato, enfoquemos la energía en otra dirección, sabiendo que eso hará que el siguiente momento se sienta mejor.
-Arrancar como una banda de músicos jóvenes de jazz en Londres no debe haber sido fácil. ¿Con qué obstáculos se encontraron?
-Al principio no había muchos lugares donde pudiéramos tocar. Además, había un estereotipo sobre lo que tiene que ser el jazz y quiénes tienen que tocarlo. Era difícil conseguir esos espacios. Ronnie Scott’s -uno de los clubes de jazz londinenses más famosos del mundo- es uno de mis clubes favoritos en el mundo, pero al principio nos resultaba imposible conseguir un show ahí. Con el tiempo cambió la actitud y nos dieron una oportunidad. Cambió la percepción. Ahora trato de hacer lo mismo y allanar el camino para que la próxima generación lo tenga un poco más fácil.
-¿Cuáles eran esos estereotipos?
-Me refiero a la idea de que el jazz es música intelectual y elitista, que solo quienes son de clase media alta pueden acceder a esos espacios. Entrás a un club de jazz y ves los precios de los vinos… Yo no podía pagar ninguna de esas bebidas. Cuando sos un chico negro del norte de Londres, que habla como yo, se viste como yo y se ve como yo, el estereotipo apunta más a que seas rapero, no músico de jazz. Esas percepciones pueden convertirse en barreras, pero una vez que te dan una oportunidad, esas barreras se destruyen. Ahora toco en todo el mundo, hablo como hablo, me visto como me visto, y espero que el próximo chico de 15 años que se parezca a mí ya no tenga que lidiar con esos prejuicios.
-¿Qué es Ezra Collective?
-Ezra Collective es una banda de Londres con raíces en la educación del jazz, pero con un amor profundo por el afrobeat, el reggae, el hip-hop y muchos otros géneros. Más que nada, se trata de decirle a la gente: si te gusta el rock, genial. Si te gusta el reggae, genial. Si te gusta el jazz, genial. Si te gusta bailar, genial. Todos ustedes son bienvenidos. Y de eso se trata nuestro nombre. Estoy muy orgulloso de eso.