El Ejecutivo nacional eliminó la triangulación de aportes de los trabajadores al sistema de salud privado a través de las obras sociales, con el objetivo de que "bajen las cuotas de las prepagas", según fuentes oficiales. Al menos que se exprese lo contrario, el dinero de la persona afiliada irá directo al servicio que haya elegido de forma voluntaria.

La medida, que involucra a las de 1.380.000 trabajadores en relación de dependencia y fue establecida por la Superintendencia de Servicio de Salud en la Resolución 1/2025 publicada en el Boletín Oficial, comenzó a regir a partir de este viernes 31 de enero.

“Dispónese la derivación directa de los aportes y contribuciones de los trabajadores bajo relación de dependencia”, detalla la norma. A menos que se exprese lo contrario, los aportes de los trabajadores en relación de dependencia pasarán directo a la prepaga previamente elegida, sin la intermediación de una obra social. 

De esta manera, todos los empleados fueron incorporados al sistema que funcionaba desde 2024 pero implicaba que el mismo trabajador se ocupara de realizar el cambio de servicio en salud. Con esta iniciativa, la situación es a la inversa: quienes quieran mantener sus aportes en la obra social y de allí derivar a una prepaga tendrán que manifestarlo de modo obligatorio.

El trámite de "Voluntad de Permanencia en Obra Social" se podrá realizar de forma online dentro del portal de la Superintendencia de Salud, en un plazo de 60 días corridos, a partir de este viernes. La obra social asumirá entonces la totalidad de la cobertura del trabajador, sin opción de transferir fondos a una prepaga.

De acuerdo con las declaraciones del Gobierno, abandonar la intermediación generará un extra de dinero que derivará directo en la medicina prepaga. En este sentido, desde la gestión libertaria se ilusionan conque las cuotas “no solo no aumenten, sino que bajen" durante los próximos meses.

Los porcentajes de la intermediación representaban entre 3 y 10 por ciento, calcularon oficialmente. El sistema permanecía vigente desde los años '90, cuando con la llegada de la medicina privada el gobierno de Carlos Menem implementó la triangulación: una salida elegante para no provocar un enejo mayor en los sindicatos.

También los monotributistas podrán elegir directamente con qué prepaga se atenderán, en lugar de tener que optar si o sí una obra social como paso previo y pagar la diferencia en caso de ser necesario.

En un comunicado, el Ejecutivo afirmó que con esta desición "más de 1.300.000 titulares enviarán de manera directa sus aportes a su Agente del Seguro de Salud. De esta manera, los famosos 'sellos de goma', que solo subsistían producto de la intermediación, no podrán continuar con un negocio de más de 30 mil millones de pesos por mes”.

La normativa complementa el DNU 70/23, los decretos 170/2024 y 171/2024 y la Resolución 3284/2024, que determinó la inscripción de las Empresas de Medicina Prepaga en el Registro Nacional de Agentes del Seguro de Salud. Ese paso impulsó la decisión de algunos beneficiarios que, desde el 1 de diciembre y en forma voluntaria, terminaron con la triangulación cuando completaron un formulario en la web de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA).

Desde el Ministerio de Salud, sin embargo, esperaban que un mayor número de personas tomara la iniciativa por sí mismas. Como tal estimación no ocurrió, decidieron concretar la baja de las obras sociales como parte necesaria en el esquema de aportes a las prepagas.  

En algunos casos puntuales, los empleados en blanco no podrán decidir a dónde derivar sus aportes: los trabajadores del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tienen la obligación de pertenecer a la Obra Social de la Ciudad de Buenos Aires (OsBA) o los de la Provincia de Buenos Aires al Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA), como ocurre con otros sistemas estatales provinciales.