La petrolera estatal incrementó en promedio el 6 por ciento sus precios en todo el país a partir de ayer. Se esperaba que la misma conducta fuera aplicada por el resto de las empresas del sector. En el caso de Shell, se preveía que la remarcación de precios en surtidor se haría efectivo a la medianoche. La suba es producto de la decisión del Gobierno de liberar el precio de los combustibles a partir de octubre, pero cuyo impacto en los precios se postergó, por acuerdo con las petroleras, hasta unas pocas horas después de las elecciones legislativas del 22 de ese mes. Este incremento, de previsible impacto en el costo del transporte de carga para un amplio universo de productos, se suma a los tarifazos de gas y electricidad domiciliarios y al comercio y la industria, que ya están en vigencia desde este mes de diciembre. El tarifazo en los servicios es una pieza central de la política del gobierno para reducir en algún punto el déficit fiscal del año próximo, pero también para recomponer las ganancias del sector a favor de las empresas contratistas del área energética.
En los surtidores de YPF los combustibles se pagan, desde ayer, un 6 por ciento más caro en promedio. En el caso de la Ciudad de Buenos Aires el litro de nafta súper pasó a 22,66 pesos por litro, mientras que el precio de la premium subió a 26,15 pesos. Cada litro de gasoil cuesta ahora 19,99 pesos y el diésel premium trepó a 23,18 pesos. La petrolera estatal controla más del 55 por ciento del mercado de combustibles. Lo que hace o deja de hacer influye en el resto de las empresas del sector. Se preveía que las otras compañías ajustaran sus respectivos precios a partir de la medianoche. En el caso de shell, fuentes de la compañía anticiparon que los nuevos valores para la ciudad de Buenos Aires serán de 22,94 pesos por litro para la nafta súper, 26,81 pesos la V-Power Nitro+, mientras que el gasoil Fórmula Diesel pasaría a tener en surtidor un precio de 20,25 pesos por litro y la V-Power Diesel, 23,79.
La variación del precio internacional del petróleo pasó a incidir en los surtidores locales a partir de la decisión de la administración macrista de desregular el mercado de hidrocarburos. El petróleo crudo volvió a subir esta semana, al día siguiente de que la OPEP y otros grandes productores pactaron extender por nueve meses el régimen de cuotas de producción que expiraba en marzo.
El aumento se veía venir, además, tras la marcha atrás del Gobierno de la baja del precio de bioetanol con los que se “corta” la nafta. El Ministerio de Energía había dispuesto a comienzos de noviembre una reducción del 15 por ciento el precio del bioetanol, pero a mediados de la semana pasada limitó la baja a 7,5 por ciento en la variedad derivada del azúcar y 10,5 por ciento en la proveniente del maíz.
La cartera conducida por el ex CEO de Shell Juan José Aranguren había anunciado la reducción del precio del bioetanol a comienzos de noviembre para neutralizar el inevitable nuevo aumento que se venía como consecuencia de la suba del crudo a nivel internacional. Las petroleras ya habían subido los combustibles el 23 de octubre último, a pocas horas de terminadas las elecciones.