Apurado por la demora en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y desesperado por lograr un puente de divisas frescas para sostener el dólar intervenido y contener la inflación, el Gobierno anunció, hace unos días, una baja en las retenciones al campo de manera temporal (hasta julio). La medida se vendió como una quita del peso impositivo al agro y el ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que hace meses venían trabajando en el tema. Pero la realidad es otra.

En exclusiva, Página I12 accedió a una charla en la cual, el lunes pasado, un altísimo funcionario nacional les admitió a dirigentes agropecuarios que, en realidad, la decisión de bajar retenciones se basó en un paper que fue acercado al Gobierno por la Sociedad Rural (SRA). Un documento que hasta decía que había que bajar los derechos de exportación a los granos en un 20 por ciento, mismo volúmen que se terminó plasmando en la letra oficial. Además, el FMI hizo también su aporte: fue el que le pidió al Gobierno que obligue a los exportadores a liquidar dólares en un plazo de 15 días y por el 95 por ciento de los contratos. En pocas palabras, una decisión de política económica y acceso a divisas que debió ser soberana, terminó en manos de la organización más poderosa del campo y del acreedor internacional del que Gobierno quiere tomar aún más deuda. 

¿Cómo fue la historia? En una oficina en el Ministerio de Agricultura, ubicado sobre la avenida Paseo Colón, se reunieron los cuatro referentes de la Mesa de Enlace y tres funcionarios nacionales para analizar las cuestiones técnicas y la aplicación del decreto 38, con el que se dispuso la baja impositiva. Los anfitriones fueron el titular de ARCA, el organismo recaudatorio, y ex Coordinador de Producción y virtual viceministro de Economía, Juan Pazo; Sergio Iraeta, secretario de Agricultura; y Pablo Lavigne, el secretario de Comercio e Industria. Por Enlace se sentaron Andrea Sarnari, presidenta de Federación Agraria; Carlos Castagnani, de CRA; Lucas Magnano, de Coninagro; y Eloisa Frederking, la vice de SRA que reemplazó a su titular, Nicolás Pino, de vacaciones en campos de la Patagonia. 

El arranque del convite fue de película. Pazo se sentó y abrió una carpeta con recortes periodísticos en los cuales los titulares de CRA, Coninagro y FAA criticaban la baja de retenciones por temporal y, sobre todo, por complejidades en la aplicación. "Todo esto es lo que dijeron ustedes, que nos venían pidiendo que bajemos retenciones", soltó el funcionario, sorprendiendo a los presentes. De los únicos que no había recortes era de los dirigentes de la SRA, que como contó este diario venían sosteniendo el malestar de las bases con el Gobierno por las retenciones. 

Luego de eso, Pazo les pidió explicaciones de por qué no salieron a apoyar de manera más fuerte la decisión, "en vez de operar en los medios para que no las volvamos a poner en julio". El silencio era total y nadie atinó a reaccionar. A continuación, trataron temas técnicos y allí vino lo más jugoso. Pazo admitió que usaron un documento de la SRA para bajar las retenciones en el número y condiciones que ellos mismos impusieron.

"Ustedes sí entendieron el esfuerzo"

Una vez concluidas las cuestiones técnicas, terminó la reunión con saludos amables. Pazo, el que llevó la voz cantante, fue el primero en levantarse de la silla para saludar a uno por uno. Pero con alguien fue particularmente elogioso

"Ustedes tienen que aprender", dijo señalando a CRA, FAA y Coninagro, y agregó que "ustedes, en cambio, sí entendieron el esfuerzo que estamos haciendo en la baja de impuestos". Le hablaba a Eloisa Frederking, de SRA. La mayor sorpresa, de todos modos, no fue esa, sino lo que vino un instante después: "te quiero agradecer particularmente por la mano que nos dieron", expresó. Y le recordó que "fue clave el paper que nos trajo Pino en diciembre, sugiriendo una baja del 20 por ciento a los granos". El momento, incómodo para ella, dejó a los otros tres socios de Enlace desconcertados y enojados. No estaban al tanto de que Pino había operado de manera individual con un documento de baja de retenciones apuntado a la soja. El tema no había salida de un debate de la Mesa de Enlace. 

El FMI habilitó "el puente"

El trasfondo del apuro por dólares es la demora en el acuerdo de nuevos desembolsos con el FMI. Por eso, ni la Rural esperaba que su plan de retenciones a la baja se hiciera tan rápido. Les avisaron el mismo día que, con el Presidente de viaje en el exterior, Caputo lo llamó desesperado para anunciar, por la tarde, la decisión. "Estamos quemando muchos dólares interviniendo y los del Fondo nos piden devaluación o nada, para darnos la plata", le dijo al mandatario, que dio el ok

Esa mañana, Caputo había hablado con dirigentes técnicos del organismo que conduce Kristalina Georgieva para analizar opciones para lograr sacar los granos de los silos y hacerse de dólares. La primera propuesta fue un nuevo dólar especial. "Eso no", les respondieron. "Y qué hago?", preguntó Caputo, en confianza. Fue allí donde recordó el paper de Pino, y planteó al organismo la baja de retenciones. Sabía que la reducción a las economías regionales iba a pasar, pero la baja en granos no estaría tan fácil. 

Cortaron le teléfono y más tarde volvieron a hablar. Allí el FMI, que en general recomienda subir retenciones y no bajarlas, le pidió al Gobierno que le exija a los exportadores que en sólo 15 días liquiden el 95 por ciento de los contratos. Y que Hacienda monitoree de manera religiosa que eso se cumpla. Esa parte es el famoso "puente hasta el acuerdo", tal el nombre que el propio FMI mencionó en las conversaciones con el Gobierno

¿Un puente hasta cuándo? En principio, hasta después de mitad de año. Ahora bien, por qué el Fondo admitió un puente si le informó al Gobierno que el ajuste es correcto y las condiciones generales de lo que piden están ok? Porque, como evidenciaron esta semana dos informes de bancos de Wall Street (Morgan Stanley y Bank of America), mientras el Gobierno vende que el Fondo no pide devaluar, el Fondo sí pide devaluar como condición única para soltar fondos frescos.