Fue la gota que rebasó el vaso. Después de más de un año de desguazar las políticas de prevención de la violencia de género, de recortar la entrega de medicamentos a jubilados y a personas con VIH/sida y de comida a centros comunitarios, de suprimir programas clave para la prevención del embarazo no intencional en adolescentes, de dejar de comprar y distribuir anticonceptivos y tratamientos para a