"Soy un pibe que viene del barro”, dice Guido Chapedi, docente de filosofía, estudiante de la carrera de edición, escritor, militante de la poesía e influencer literario. Hoy en día, más de cincuenta mil personas lo siguen en sus redes sociales (@guidochapedi_), donde difunde sus recorridos por las ferias y festivales de toda la Provincia, compartiendo con desconocidos su pasión por la literatura.
La biblioteca familiar
Tiene apenas veintidós años y es oriundo de Costa Esperanza, un barrio de San Martín. “Yo siempre viví en calles de tierra. Nunca tuve agua corriente ni tuve acceso a servicios. Toda mi vida fui a buscar agua a una canilla que tenía una vecina y nos compartía a los demás. Creo que eso influyó muchísimo en saber y tener bien en claro de dónde vengo y quién soy. Siempre ví a la gente en la esquina de mi casa vendiendo droga y creo que eso influyó en mi modo de elegir qué contar y cómo escribir para que la gente del barrio entienda la poesía, que es un género que te permite salir un poco de este mundo”, dice.
Su madre es maestra jardinera y fue la encargada de inventar una biblioteca en la casa familiar. Chapedi recuerda que empezó a leer a los cinco años guiado por ella. En primer grado comenzó un diario íntimo y nunca paró de escribir. A los quince años ganó un concurso literario de la escuela y decidió subirlo a las redes. En la pandemia decidió tomarse la cuenta con más seriedad y asiduidad y los seguidores fueron llegando solos. En el último año participó de tres Feria del Libro, incluida la de la Rural, como invitado.
“Yo publicaba muchas comparaciones, muchas imágenes visuales, escribía de un modo "volado", podríamos decir, y mi papá me dijo: "Mirá, yo no te leo porque no te entiendo lo que querés decir, porque me cuesta". Él terminó la secundaria de grande. Por esa palabra que me dijo, yo empecé a escribir de otra forma. Más literal. Más al grano. Para conectar con gente como él, para que no se sientan afuera, porque la poesía tiene que poder llegar a cualquiera y que cualquiera la pueda entender”, dice.
El acoso
Unos días después de la declaración del presidente en Davos, Chapedi posteó en sus cuentas un poema que se hizo viral. En un fragmento dice: “Señor presidente/ mire hacia donde hay que mirar/ las calles están colmadas/ de familias pasando hambre/ señor presidente/ me niego a nombrar/ las cosas de manera diferente/ porque nombrar las cosas/ de manera diferente/ es negar mi historia”.
Por el poema recibió una horda de agresiones. Pero el acoso venía siendo sistemático desde que en la campaña había hecho un video diciendo por qué no había que votar a Milei. “Me decían zurdo, vivís del estado, se te acabó el curro, andá a trabajar. Me instaban a prepararme para no tener ningún derecho. "Se te acabó la joda". También cosas muy violentas sobre mi cuerpo”, dice, pero agrega que los insultos no solo fueron por redes sociales, sino que estar en la calle se le está haciendo cada vez más complicado. Las agresiones son constantes y fueron en aumento.
“Hace dos años que no puedo salir tranquilo de la mano con mi pareja. Siempre nos gritan, nos miran mal, nos dicen algo agresivo. Discursos como el de Milei en Davos potencian esto al triple. Nos ponen en riesgo”, dice el poeta, que cuando terminó de escuchar el discurso del presidente decidió transformar su bronca y angustia en algo que tenga sentido, inspirado en Lali y otros artistas que están respondiendo a los abusos del presidente con su arte. Fue así que escribió el poema que se viralizó los últimos días. “Milei se está metiendo conmigo, con mi pareja, con mis amigos y amigas, con todo el colectivo. Entonces pensé: ¿qué puedo hacer yo, desde mi lugar, para mostrar cómo es la realidad cotidiana de un homosexual?”, reflexiona.
Pero aún antes de postear el poema sabía que iba a recibir mucho odio, ya que viene notando que las redes se transformaron abruptamente desde la asunción de Milei. “Un comentario de odio que me llega, se multiplica por diez en minutos. Antes podía tener cada tanto un comentario de alguien indignado y se daba una charla por privado, en buenos términos. Ahora es como que cae una patatota. La mayoría con perfiles falsos, aunque también hay gente de a pie. Me sorprende mucho que hay muchas mujeres que me dicen que hay que exterminar a los homosexuales. Ese nivel de odio me tiene aterrado. Así empezó el holocausto”, dice Chapedi, quien también está preocupado por la falta de colectividad que se vive en estos momentos tan duros donde las cosas aumentan sin parar y ni su sueldo ni el de todos los que conoce alcanza para nada.
La militancia
“Es insoportable escuchar en la televisión que dicen que bajó la inflación, cuando uno ve cómo los sueldos se diluyen y no alcanza para comprar nada en el supermercado. Ni hablar de que ya no hay dinero para el ocio. Es un daño psicológico permanente, que te hace sentir que el que está mal sos vos”, dice.
Hoy nota que el discurso individualista está calando hondo en las nuevas generaciones. “Cada uno piensa en su propia vida. ¿Cómo se crea un arte que pueda interpelar a la comunidad? Mi poesía es en primera persona porque a la gente le llega más el poema que habla en singular. Se perdió el sentido de lo social desde la nominación, ya la gente no piensa en un “nosotros” como sujeto de la enunciación”, reflexiona.
Por eso para él es importante colectivizar la lucha y poner el cuerpo en la calle. Salir de las redes sociales. Encontrarse con los otros. “Yo estoy yendo a marchar por lo que dijo el presidente sobre mi comunidad, pero también porque a mi abuela no le alcanza la jubilación para pagarse los medicamentos. Ha dejado de tomar medicamentos con la regulación de Milei. Estoy marchando por la comunidad de docentes, que tienen que hacer 25.000 horas para llegar a fin de mes. Si uno es madre, si uno es padre, si uno es hermano, primo de alguien homosexual tiene que ir, pero también por la realidad que está viviendo con este gobierno. Si a uno le cuesta llegar a fin de mes hay que marchar por eso”, reflexiona.
En ese sentido destaca el poder que tuvo la comunidad LGBTQ+ de federalizar la lucha. “¿Lo colectivo puede poner un parate a un gobierno? Sí. Mientras sigamos marchando individualmente, cada grupo defendiendo o repudiando los intereses que están siendo afectados, la situación va a seguir del mismo modo. Por eso es importante salir juntos contra este odio al pueblo”, concluye.
Ayer los vecinos y vecinas de San Martín se nuclearon desde el Espacio Diversidades San Martín (Matheu y Tucumán), tomaron el tren en la Estación San Martín y, juntos, fueron a la Marcha del Orgullo Antifascista y Antirracista. Entre ellos se encontraba Guido Chapedi, luchando por sus derechos.