La Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista tuvo en la ciudad de Buenos Aires una convocatoria multitudinaria y transversal. Cientos de miles de personas coparon las calles para manifestar su rechazo a los discursos de odio del gobierno de Javier Milei y para reivindicar los derechos de la comunidad LGBTIQNB+. La movilización, que se fue construyendo luego de la violencia desplegada por Milei en el Foro de Davos, contó con el acompañamiento de dirigentes y partidos de todo el arco político opositor, de sindicatos de las principales centrales obreras y de agrupaciones territoriales de base. Diversas expresiones del peronismo, la UCR, el socialismo santafesino, la Coalición Cívica, coincidieron con las dos CTA, gremios de la CGT y la izquierda en un recorrido que fue desde el Congreso Nacional hasta la Plaza de Mayo.

Entre ropa colorida, banderas de arcoiris, botellas cargadas de agua y gorros para protegerse del sol, personas de todas las edades y procedencias se hicieron presentes en la movilización. Abundaron los afiches, pintadas y pancartas, con distintas frases aunque con un denominador común: el repudio a la violencia presidencial y la decisión irrenunciable de defender la libertad y el orgullo. “El silencio no es mi idioma”, se leía en un cartel en uno de los costados de la Plaza de los Dos Congresos. “A cada Milei le llega su Stonewall”, sugería otro afiche pegado a metros del Cine Gaumont, en referencia a la rebelión de 1969 en el bar gay Stonewall Inn de la ciudad de Nueva York, que marcó un antes y un después en la historia de la lucha LGBTIQ+ a nivel mundial. “Que los fachos vuelvan al closet”, pedía una pancarta, y a su lado, otra avisaba: “Donde hay fascismo no hay libertad”. Un grupo de hombres y mujeres avanzó rumbo a Avenida de Mayo con uno de los atuendos más originales de la jornada: gorras rosas con la inscripción “Make Argentina Gay Again”. 

Detrás de esa marea de personas y reclamos, acompañaban la política y los gremios. "El gobierno de Milei habla de libertad pero insulta, ataca y difama a las mujeres y diversidades. Hoy el pueblo colmó las calles de todo el país por una Argentina libre y sin discriminaciones, donde todos y todas puedan vivir y ser felices!", señaló Wado de Pedro. El senador camporista estaba rodeado por el diputado Máximo Kirchner, y sus compañeras de bloque Julia Strada y Paula Penacca y la indendenta de Quilmes, Mayra Mendoza. “Ni los discursos de odio ni la represión nos volverán al pasado”, lo seguía a unos metros Leopoldo Moreau, también de UxP. 

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, saludaba a los manifestantes que se le acercaban junto al ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco. El líder de Patria Grande, Juan Grabois, marchó en la columna de su partido junto a los diputados nacionales Itai Hagman y Natalia Zaracho, entre otros dirigentes del espacio. 

La izquierda, por su parte, aportó lo propio con los diputados del Frente de Izquierda (FIT) Nicolás del Caño, Christian Castillo y Myriam Bregman a la cabeza: “No le vamos a dar ni tantito así a esta derecha cavernícola", advirtió Bregman. También se movilizó el diputado de la Coalición Cívica-ARI Maximiliano Ferraro, quien aseguró que la marcha es “a favor de la libertad y en contra del odio”, así como también el dirigente del Frente Amplio por la Democracia (FAD), Ricardo Alfonsín. De parte de la Unión Cívica Radical (UCR) estuvieron presentes la diputada nacional Carla Carrizo y la legisladora porteña Inés Barry

La representación sindical fue igualmente nutrida. Desde la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) hasta el Sindicato Único de Trabajadores del Espectáculo Público (SUTEP) y el Sindicato de Trabajadores Viales y Afines (STV) que conduce Graciela Aleñá, numerosos gremios de las dos Centrales de Trabajadores Argentinos (CTA) y de la Confederación General del Trabajo (CGT) desplegaron sus columnas por las calles porteñas con bombos, pancartas y cantitos. También se hicieron presentes diversos sindicatos universitarios y centros de estudiantes, como el de la Facultad de Ciencias Sociales (CECSo) y el de Filosofía y Letras (CEFyL), ambos de la Universidad de Buenos Aires.

“Es fundamental que salgamos todos a movilizarnos porque son derechos conseguidos que no estamos dispuestos a dejar a un costado”, dijo a este diario Valeria, médica del Hospital José María Penna. "Está movilizándose no solamente el colectivo LGBTIQ+ que ha sido agraviado, insultado, ofendido y maltratado, sino quienes defendemos los derechos humanos de todas las comunidades y colectividades, a la salud, la educación, la elección y las disidencias". Fernando, un joven fotógrafo que llevó su cámara a la movilización para no perderse ningún detalle, expresó su preocupación porque "no sólo en Argentina sino a nivel mundial hay un resurgimiento de ideologías fascistas, y también me parece grave ver que mucha gente no se da cuenta o lo minimiza". Por su parte, Marcelo, docente de primaria, no cree que el discurso homofóbico de Milei sea representativo de la mayoría de la población. "La sociedad argentina hace rato que avanza hacia formas más empáticas con la comunidad LGBTIQ+", planteó aunque se mostró preocupado por "el silencio del poder político frente a estas avanzadas del Gobierno no solo contra las diferencias sexuales, sino contra todas las formas que adquiere la defensa de los derechos humanos".


 Para luchar y al mismo tiempo saciar el apetito, en la esquina de Rivadavia y Paraná una chica vendía sus “empanadas antifascistas”, mientras que a pocos metros, a la vuelta del Teatro Liceo, en letras violetas, se leía una pintada: “Nuestro orgullo será su tumba”

La marcha se destacó por su pluralidad tanto en la gente como en los reclamos que la impulsaron. A la defensa de los derechos de la comunidad LGBTIQ+ se sumó la defensa del Hospital Laura Bonaparte, de los sitios de memoria que funcionan en los ex centros clandestinos de detención y de los derechos de los jubilados y jubiladas. El reclamo por la salud estaba presente por todas partes, y no por casualidad. “Con VIH vivo, con Milei muero”, decía un joven con su cartel, en referencia al ajuste de la gestión de La Libertad Avanza sobre las direcciones nacionales de VIH y de Vacunas.

Informe: Juan Pablo Pucciarelli