“Fue gratificante ver un montón de caras que usualmente no vemos en la Marcha del Orgullo. Logramos convocar e interpelar al vecino, que como nosotres, está embroncado con lo que está haciendo el gobierno con el país”, dice Dana Busnelli, activista lgbtq+ pergaminense y una de las organizadoras de la Marcha del Orgullo Antifascista y Antirrascista en la ciudad.

Busnelli relata que se respiró una cierta alegría en la movilización porque la gente pudo encauzar su bronca en lo colectivo. “Pasaron a la acción directa y salieron de la angustia. La mayoría de los vecinos estaban de acuerdo con la protesta”, agrega, y eso es mucho decir, ya que en Pergamino casi un 65 por ciento votó a Milei. “Es una ciudad muy compleja donde reina el agronegocio en complicidad con el glifosato. José Luis Espert es como una celebridad acá”, dice Busnelli para pintar el paisaje cotidiano y resaltar la importancia de la convocatoria del sábado. “Ser activista LGBT es muy duro en este territorio. Pero resistimos y le ponemos el cuerpo al bloqueo mediático. Nos suele costar mucho que la gente se acerque a nuestros espacios, por eso estamos sorprendides”, dice.

Después de la gran asamblea que se realizó en el Parque Lezama, hicieron la propia para decidir si iban a plegarse a la marcha convocada en Capital Federal o si iban a organizar una propia. Últimamente sentían a la agrupación desgastada. Desde la pandemia cada vez menos gente se acercaba a “Orgullo Pergamino”. Había una desidia generalizada. “Por eso fue muy impactante. La asamblea estalló. Se llenó de juventudes, personas LGBTQ+ que estaban alejadas del espacio, organizaciones políticas y movimientos sociales. Estábamos todes juntes. Todes coincidimos en que más allá de los dichos de Milei en Davos, había que reaccionar a la política de empobrecimiento y hostigamiento discursivo a la que estamos sometides desde que asumió”, dice y agrega: “Esta marcha también fue por nuestros jubilados. Que están organizados y resistiendo semana a semana”.


Si bien se trata de una ciudad grande y con una de las universidades públicas más importante de la zona, para Busnelli es un territorio con alma de pueblo, donde la población tiende a ser conservadora. Uno de los grandes problemas que acarrea esta característica es el sexilio. “La comunidad LGBTQ+ para tener una vida más plena y libre, para no ser mal mirada, se tiene que ir a Rosario o a Buenos Aires. Tiene que alejarse de su familia, de sus amigos, de sus lugar de orígen, la casa”, relata y contra eso también luchan desde Orgullo Pergamino.

La asamblea que realizaron en el Parque Belgrano fue un éxito y decidieron tener su propia marcha que comenzó en la Plaza de la Merced, la plaza principal de la ciudad frente a la Municipalidad, y terminó en el Parque Belgrano, un parque nuevo realizado por el Intendente. “Le copamos el parque con nuestros reclamos. Fue muy emocionante para nosotres volver a convocar a las juventudes. Había adolescentes que se acercaron a tomar la palabra”, dice conmovida. Desde la agrupación “Orgullo Pergamino” vienen luchando contra la política privatista local. “Están queriendo privatizar el cementerio, el natatorio y otros espacios. El área de diversidad hace más de un año se encuentra acéfala. No hay designado un nuevo coordinador y cada vez que nos hemos acercado, nos han maltratado”, cuenta Busnelli.

Hace tres meses elevaron un petitorio que da cuenta de las problemáticas de las personas LGBTQ+ en el territorio y sugiere propuestas para implementar. “El expediente fue rechazado. Están en contra de todo lo que realizamos, cajonean nuestros pedidos y no nos atienden”, relata.

Un poco de historia

La Marcha del Orgullo en Pergamino nació a partir de una convocatoria por el aborto legal, seguro y gratuito que se realizó en el 2017 en un Centro Cultural. Luego de eso se decidió activar la Marcha del Orgullo, que fue la primera de la zona noroeste de la Provincia. Fue en noviembre del 2019 y tuvo mucha repercusión. “En esos años Pergamino estaba despierto. El movimiento estudiantil estaba organizado y luchando por el boleto escolar. Se estaba luchando por el derecho al aborto y en el 2017 ocurrió La Masacre de los Siete también”, recuerda Busnelli. La masacre a la que alude fue una de las violaciones a los derechos humanos más graves sucedidas durante la democracia en una dependencia policial. Siete jóvenes detenidos en prisión preventiva por delitos menores murieron de manera atroz en un incendio producido en los calabozos de la comisaría 1ª de esa ciudad. Los policías no acudieron al pedido de socorro. Nunca encontraron la llave del calabozo. Esa dependencia también había funcionado como centro clandestino durante la última dictadura militar. “Lo que quiero decir es que Pergamino estaba muy movilizado y activo, pero ese fervor se fue perdiendo con la pandemia”, dice y agrega que ve a la ciudad despertando.

Quienes volvieron a hacerse cargo de la comisión organizadora en el 2021 marcaron una impronta fuertemente política. “La marcha para nosotres es en defensa de nuestros derechos y de las leyes que hemos conseguido, no solo para reivindicar el amor y ponernos glitter. En el 2023 salimos a manifestarnos contra Milei y recibimos acusaciones de que éramos kirchneristas. Obviamente hay compañeros kirchneristas, pero es un grupo muy plural”, relata.

En la marcha del sábado, Busnelli estuvo dialogando con una señora que se acercó porque su hijo es gay. Ella le contaba, compungida, que había votado a Milei porque quería que el país saliera adelante, pero que estaba muy defraudada con lo que estaba pasando y preocupada por su hijo. “Para nosotres es un logro que se haya acercado gente que está dándose cuenta de que la cosa así no va”, concluye.