La mayor obsesión de EE.UU. en su lucha tecnológica contra la potencia que amenaza su hegemonía ha sido mantenerse a la vanguardia del desarrollo de la Inteligencia Artificial: lo venía logrando con comodidad. Esto cambió en la misma semana que asumió Donald Trump. ¿El saludito de bienvenida? Los chinos parecen haber ascendido en la tabla de posiciones de la IA para compartir ya esa cima con su adPágina/12