Unos 15 fallecimientos de niños y niñas de hasta 5 años se produjeron en la provincia de Salta en el inicio de este año. Nueve de ellos pesaban entre 360 gramos y 1100 gramos, dado que habían nacido prematuros y con características de salud que les generaban incompatibilidad con la vida.

Así lo explicó el ministro de Salud Pública de la provincia, Federico Mangione, a Radio Salta al ser consultado sobre un viejo posteo. En 2020, el diputado nacional de Jujuy, Alejandro Vilca, publicó que en enero de ese año ya habían fallecido 6 niños y niñas de comunidades indígenas. Ese viejo posteo se viralizó por estos días y algunos lo tomaron como un dato del presente, por lo que el funcionario salió a dar la infomación. 

El Ministerio de Salud indicó que de los 9 casos de bebés prematuros, con complicaciones de salud diversas, uno tenía 30 semanas, era de Campo Quijano y pesaba 1060 gramos. Otro nació con 28 semanas y 1000 gramos, era de Rosario de la Frontera. Un bebé nacido con 32 semanas era de General Güemes y pesaba 1120 gramos.

De los cuatro bebés atendidos en la ciudad de Salta, dos nacieron a las 20 semanas de gestación y pesaban 340 y 360 gramos, respectivamente. Un tercero nació a las 27 semanas y pesaba 900 gramos, y el cuarto, de 22 semanas, pesaba 690 gramos.

Un bebé de Las Lajitas nació a las 41 semanas y pesaba 3430 gramos, pero falleció por problemas renales. El noveno bebé había nacido a las 31 semanas en Coronel Juan Solá (también conocido como Morillo, o Rivadavia Banda Norte), y pesaba 1200 gramos.

Muertes indígenas evitables 

De los cuatro niñas y niños nacidos a término y hasta los cinco años fallecidos en lo que va de este año, tres eran de comunidades indígenas del departamento Rivadavia. El otro nene vivía en la ciudad de Tartagal, en el vecino departamento San Martín.

En el detalle brindado por el Ministerio de Salud se indica que el 5 de enero falleció en Morillo un niño del Pueblo Wichí por muerte súbita y que tenía bajo peso. Era oriundo de la Comunidad Misión Los Baldes.

Este niño había ingresado al servicio de emergencias de Morillo el 30 de diciembre con un cuadro clínico de náuseas, vómitos y diarrea. "Contaba con control sanitario previo, habiendo ingresado al servicio de guardia derivado por el enfermero de Los Baldes”, indica el informe de Salud.

El chico fue dado de alta el 31 de diciembre tras ser atendido por la guardia. “Se le da el alta médica por presentar buena evolución con el tratamiento ambulatorio, con indicaciones dadas al abuelo y la madre y citación en 24 horas para control”, sostiene el informe de Salud.

Sin embargo, recién el 5 de enero el abuelo se presentó en el Hospital y dio a conocer que el nene había fallecido durante la madrugada mientras dormía. “El equipo de salud refiere que el niño estaba en peso adecuado para la talla hasta noviembre y bajo vigilancia (del área de) APS (Atención Primaria de la Salud)", concluye el primer informe.

El 18 de enero se registró la muerte de una nena, también en Morillo, esta vez de la Comunidad wichí San Patricio.

El informe solo indica que tuvo una "muerte súbita" y que presentaba "bronconeumopatía y sepsis". No señala si tuvo atención médica, aunque fuentes oficiales afirmaron que sí la habría tenido.

El tercer niño fallecido es del Pueblo Chorote de Misión La Paz, comunidad ubicada en la frontera con Paraguay, al borde del río Pilcomayo.

Según informó a este diario el gerente del Hospital de Santa Victoria Este, este niño había sido atendido unas tres semanas antes de su fallecimiento, porque estaba con diarrea y vómito. Tras ser compensado, fue derivado al Hospital de Tartagal (que tiene mayor complejidad), en donde quedó internado por 10 días. “Encuentran la causa de gastroenteritis por un parásito que se encuentra en el agua”, dijo el gerente del Hospital victoreño, Ariel Sosa.

Tras ese tratamiento, el niño fue dado de alta, contó el gerente. Pero a solo dos días de llegar a su casa, desde Misión La Paz informaron que se había descompensado gravemente. Alcanzó a llegar al Hospital pero no sobrevivió. La muerte aconteció el 24 de enero.

El cuarto deceso, de un nene no indígena, fue por paro cardio respiratorio por broncoaspiración. Este niño tenía una “desnutrición crónica según patología de base”.

"El 87 por ciento de un paciente pediátrico es agua. Y con diarrea se descompensa inmediatamente y si no se atiende como se debe, puede ser mortal", sostuvo el ministro Mangione, quien afirmó que se encuentran "muchas parasitosis". 

Como ocurre casi invariablemente con los funcionarios principales del área de Salud de la provincia, el funcionario tampoco se privó de expresar su sesgo respecto de las poblaciones indígenas. Dijo que a estos problemas de salud se suma la "idiosincrasia" de las comunidades que resisten las internaciones de sus niños y niñas, con lo pasó por alto la complejidad del acceso a la salud pública de las personas de pueblos originarios, que se encuentran con obstáculos vinculados a las distintas cosmovisiones, la pobreza, y la discriminación, entre otros. 

Por otro lado, el ministro informó asimismo que alrededor de 120 niños y niñas recuperaron su salud gracias a los operativos que la cartera a su cargo rrealiza en las comunidades indígenas.