Las imágenes que llegan desde El Bolsón, en la provincia de Río Negro, son devastadoras. Desde que empezaron, el jueves pasado, por causas humanas, los incendios en la zona de Mallín Ahogado ya consumieron 2700 hectáreas y más de 70 casas le costaron la vida a un hombre, Ángel Reyes, que se había negado a evacuar.

"No tenemos otro objetivo que apagar el fuego". Así resumió la situación el presidente del Comité de Bomberos del Bolsón, Juan Carlos Martínez, en diálogo con la 750, quien señaló sin embargo que este lunes fue un día de esperanza.

"Hoy esperamos ganarle un poco al fuego. La situación es muy difícil, los vientos complican mucho y se está trabajando con varias brigadas de bomberos. Una ardua tarea desde el jueves para tratar de dominar esta situación, que hasta ahora no pudimos hacerlo", explicó Martínez.

¿Fue intencional?

Consultado por las denuncias de los gobernadores de Chubut, Ignacio Torres, y Río Negro, Alberto Weretilneck, quien este domingo aseguraron en sus redes sociales que los incendios que sufren sus provincias fueron intencionales, el titular del Comité de Bomberos de El Bolsón prefirió no opinar "sin tener pruebas" al respecto, pero señaló que, de cada 10 incendios, 8 son evitables.

"8 de cada 10 son generados por el hombre, ya sea intencional o por descuido. El daño que generan en definitiva es el mismo, aunque por supuesto que no tiene la misma sanción una persona que lo hace por descuido. Pero igualmente tiene que tener una severa sanción, porque mucha gente hace caso omiso a las advertencias, cree que domina la situación y el fuego es dinámico, no se lo domina, en segundos se escapa un remolino de viento y te tira el fuego en diez lugares distintos y cuando quisiste apagar uno tenés diez focos distintos", resumió Martínez. 

Y apuntó contra la Justicia: "Tanto los gobernadores de Río Negro y Chubut dicen tener las pruebas para demostrar que fue intencional, y sobre eso se está trabajando. Ha habido muchos casos en los que se ha encontrado a los responsables, pero después la Justicia, en vez de ser severa, hace hacer trabajos comunitarios como si no hubiese pasado nada. La Justicia a veces es muy laxa en ese sentido".

"Cuando uno le pone número de hectáreas es algo frío, pero lo que se ha perdido es tremendo. Lo que se está dañando, el medio ambiente, la fauna, la flora, corrales que se han prendido fuego con animales adentro, loa gritos desgarradores de familias cuando ven que no pueden hacer nada y tienen que salir corriendo de sus hogares. Son situaciones límite que tienen que vivir nuestros bomberos", finalizó.