Desde Roma
En un mensaje dirigido a los representantes de distintos gobiernos y expertos que participaron el lunes en el Vaticano de un encuentro mundial sobre los derechos de los niños, el Papa Francisco los estimuló a "construir un mundo mejor" para los pequeños, respetando "sus derechos, sus sueños, su exigencia de futuro" y mostró la situación catastrófica que sufren muchísimos niños en el mundo.
"Aún hoy, la vida de millones de niños está marcada por la pobreza, la guerra, la privación escolar, la injusticia y la explotación", dijo Francisco. "Los niños y adolescentes de los países más pobres, o los desgarrados por trágicos conflictos, se ven obligados a enfrentarse a terribles pruebas. Ni siquiera el mundo más rico es inmune a las injusticias. Allí donde, gracias a Dios, la gente no sufre guerras ni hambre, existen sin embargo las periferias difíciles, donde los más pequeños son a menudo víctimas de fragilidades y problemas que no podemos subestimar", advirtió el Papa.
Más de 40 millones de niños desplazados
Titulado "Amémoslos y protejámoslos", el mensaje de Francisco citó cifras impresionantes sobre la situación de los niños en el mundo: más de 40 millones de niños han sido desplazados por los conflictos, cerca de 100 millones no tienen un hogar, unos 160 millones son víctimas de trabajos forzados, trata, abusos y explotación de todo tipo, incluidos los matrimonios forzados. Otros millones de niños son inmigrantes que a menudo viajan solos, sin familia, y unos 150 millones son niños "invisibles" porque no son inscriptos legalmente en ningún registro, y por eso no tienen acceso a la educación ni a la atención sanitaria y son fácilmente víctimas de abusos o vendidos como esclavos.
"Muchos niños mueren como migrantes en el mar, en el desierto o en las numerosas rutas de viajes de 'desesperada esperanza'". recordó el Papa argentino, agregando que "muchos otros sucumben a la falta de cuidados o a diversos tipos de explotación. Son situaciones diferentes, pero ante las que nos hacemos la misma pregunta: ¿Cómo es posible que la vida de un niño acabe así?".
"No es aceptable lo que desgraciadamente hemos visto casi a diario en los últimos tiempos, es decir, niños que mueren bajo las bombas, sacrificados a los ídolos del poder, de la ideología y de los intereses nacionalistas", dijo Francisco destacando que "también el exagerado individualismo de los países desarrollados es deletéreo para los niños". Incluso en los países donde no hay guerra "la violencia entre bandas criminales resulta igual de mortífera para los niños y a menudo los deja huérfanos y marginados".
"Estamos hoy aquí para decir que no queremos que esto se convierta en una nueva normalidad. No podemos aceptar acostumbrarnos a esto. Ciertas dinámicas mediáticas tienden a insensibilizar a la humanidad, provocando un endurecimiento general de las mentalidades. Corremos el riesgo de perder lo más noble del corazón humano: la piedad, la misericordia", subrayó el Papa.
Francisco concluyó su mensaje diciendo a los participantes que "escuchar a los niños que hoy viven en la violencia, en la explotación o en la injusticia, sirve para reforzar nuestro 'no' a la guerra, a la cultura del descarte y del beneficio", en la que "todo se compra y se vende sin respeto ni cuidado por la vida" y mencionó como ejemplo de la lógica del descarte la "práctica homicida del aborto".
Al Gore y la reina de Jordania
El Secretario de Estado (número dos del Vaticano), el cardenal Pietro Parolin, había dado la bienvenida a los numerosos participantes, entre ellos la reina de Jordania Rania Al Abdullah, el canciller de Italia Antonio Tajani, el canciller de la República de Gambia Mamadou Tangara, la sobreviviente del Holocausto y senadora vitalicia de Italia Liliana Segre, la ministra de Desarrollo Social de Sudáfrica Nokuzola Gladys Tolashe, la escritora húngara Edith Bruck y el estadounidense Al Gore, exvicepresidente de EE.UU. y Premio Nobel de la Paz 2007.
Poco después apareció el Papa en la Sala Clementina del Palacio Apostólico donde se hizo la conferencia. Francisco había recibido esta mañana una carta y dibujos de niños de escuelas católicas de Roma que le agradecían que se ocupara de ellos. El encuentro abordó varios temas importantes: los derechos de los niños en el mundo de hoy, los derechos a la educación, a los alimentos, a la nutrición y al cuidado de la salud, el derecho a la familia, al tiempo libre y a las diversiones, el derecho a vivir sin violencia.
También se habló de cómo proteger a los niños en los conflictos armados y ante la devastación ecológica. Francisco concluyó la conferencia agradeciendo a los participantes el haber hecho del Palacio Apostólico "un observatorio abierto sobre la realidad de la infancia en el mundo entero" y por haber hecho propuestas para proteger los derechos de la infancia.