La reprobación unánime que los hinchas de Newell’s hicieron a la gestión de Ignacio Astore antes y después del partido con Aldosivi es el anuncio de un año de grandes cambios en el parque Independencia. A fin de año habrá elecciones y con la figura del presidente alejada de cualquier posibilidad de mostrarse competitivo en las urnas, la atención se deposita en la oposición, principalmente en figuras nuevas que reclama el socio que le puedan dar nuevo aire a una institución que atraviesa su peor década deportiva de los últimos cincuenta años.
El año pasado Astore fue el blanco de las críticas de los hinchas en el estadio en más de una oportunidad. El domingo se repitió la reprobación en dos ocasiones y con todos los asistentes en la cancha reclamando por su renuncia.
No aparece ningún otro dirigente en la crítica, síntoma de que el club está controlado en su totalidad por la figura del presidente.
Astore solo puede hablar de las obras de ampliación en el Coloso. En su gestión no hay nada más para rescatar y el socio se cansó. Astore trajo refuerzos compulsivamente como sus antecesores en el arco y la mayoría de esos jugadores no llegaron a jugar un año en el club. Se multiplicó la deuda y no se dio a conocer el resultado de la auditoria contable.
En divisiones inferiores el descalabro fue simular: todos los años se cambió de coordinador, hay dos representantes de jugadores que conservan toda la influencia en el predio de Bella Vista y los entrenadores de las divisiones inferiores cambian año a año. Newell's es un club que compra a un delantero como Juan Ramírez en cuatro millones de dólares pero no le paga el sueldo a sus empleados que facturan.
Este modelo de club que está hecho a copia fiel de las últimas gestiones está agotado. Ya lo hicieron saber los socios. Ahora lo que se espera es la aparición de la renovación en la mesa política.
Aquí se abren dos escenarios. Una oposición compuesta por socios que han formado parte incluso en la alianza que llevó a Astore al club, la cual duró apenas días, con la agrupación Unen con los mejores antecedentes de trabajo colectivo en la construción de un proyecto, al menos por ahora.
Y la otra opción que va a asomar aunque no por eso se materializará necesariamente en una propuesta electoral integrada con ex jugadores detrás de una idea de gestión como la que impulsa Juan Sebastián Verón en Estudiantes.
El fútbol en manos de un inversor con la ilusión de potenciar al equipo. Aquí la figura de Maxi Rodríguez le saca ventaja al resto. La Fiera tiene más perfil de encontrar su lugar en la política del club que como técnico en Bella Vista del primer equipo.
El ídolo no dio señales concretas pero es por quien muchos apostarán con la aspiración de dar la gran sorpresa del año.