El gran maestro bonaerense Sandro Mareco, campeón Argentino 2024 de ajedrez, aseguró que su reto en este año es "entrar nuevamente entre los cien mejores del ranking y llegar a su mejor versión", afirmó que Faustino Oro, de 11 años, el nuevo prodigio nacional, es "un juvenil muy, muy bueno y con mucha proyección" y fijó su posición con respecto al presidente de la Federación Argentina de ese deporte (Fada), Mario Petrucci. Mareco, de 37 años, se consagró campeón invicto del 99º Campeonato Argentino de Buenos Aires, entre noviembre y diciembre pasado, con 8,5 puntos en once ruedas (seis triunfos y cinco tablas) y ganó así su segundo título nacional ya que lo conquistó en 2015. "Estoy en un momento de mi carrera muy bueno porque estaba jugando mucho menos y ahora quiero recuperar. La idea es trabajar en 2025 para llegar al máximo. Mis retos son tratar de volver a los 2600 puntos de ranking. Estuve muchos años arriba de esa cifra y eso significa estar cerca del top 100 y yo estuve muchas veces en el top 100. Quiero entrar entre los 100 de nuevo. La idea es llegar a mi mejor versión", expresó a Página 12 Mareco –quien jugó seis Copas del Mundo: Khanty Mansiysk 2011; Tromso 2013; Baku 2015, Tbilisi 2017; Khanty Mansiysk 2019 y Sochi 2021–, sentado en un bar frente al Parque Rivadavia del barrio porteño de Caballito.
–¿Qué significó ganar el Argentino 2024?
–Fue algo muy importante, es el segundo de mi carrera. Fui campeón continental (Uruguay 2015) e iberoamericano (México 2022). En los últimos años no disputé tantos campeonatos argentinos y este fue importante porque en el último tiempo estuve más dedicado a ser entrenador y decidí volver a jugar en la segunda mitad del año pasado. Gané un torneo en Colombia, el Argentino y mi idea es volver a mi mejor nivel. En el certamen estuvieron los mejores del país, solo faltó Leonardo Tristán. Fue un muy buen campeonato. Además estuvo Faustino Oro, que es un chico muy prometedor. Y las condiciones fueron mucho mejores que las anteriores. Me refiero a la parte económica, el lugar de juego era excelente. Todo el torneo, inclusive el horario, me pareció excelente.
–¿Quedaste conforme con tu rendimiento?
–Sí, pero obviamente hay muchísimas cosas por corregir. Si no ves nada para corregir hay algo raro. Siempre podés hacerlo mejor pero en términos generales creo que gané bien el campeonato. En la tercera o cuarta ronda ya me puse puntero y estuve todo el torneo primero hasta que gané. Con Faustino podría haber ganado e hice tablas.
–¿Cuál es el nivel actual de los jugadores argentinos y cómo lo ubicás a nivel continental?
–En términos continentales, sacando a Estados Unidos, Argentina debe ser de los mejores países del continente. Segundo o tercero de América. Se fue Alan Pichot a España. Es amigo y con él éramos, normalmente en los últimos años, primeros y segundos de Argentina. Eso fue una baja súper importante. Los otros del top, varios son grandes pero siento que hay mucho recambio, entonces lo veo muy positivo.
–¿Vivís del ajedrez?
–Sí, soy jugador y entrenador. Me dedico a entrenar a muchos jugadores fuertes; inclusive algunos que estuvieron en la final fueron mis alumnos, como Leandro Krysa y Lucas Coro; trabajé con el equipo olímpico de México. Hace veinte años que soy entrenador. Tengo 37 años y empecé a dar clases a los 17. Entre estudiar, preparar y dar clases puedo estar trabajando entre ocho y nueve horas por día.
–¿Cómo es el mundo del ajedrez. Es solidario o egoísta?
–Hay de todo. Hay muchísima gente buena, muchísima que no, como en todos lados, no creo que sea muy diferente. Lo que es muy interesante en el ajedrez es que vas a encontrar a muchas personas que son extremadamente diferentes. Conocí gente que eran empresarios o abogados, otros que eran magos, que trabajaban jugando al póker, haciendo apuestas. Jugadores y aficionados. Entonces es un ambiente muy, muy variado.
–¿Qué es lo que te resulta mágico de este juego?
–Lo que me resulta interesante es que se puede comparar con muchas otras cosas de la vida, porque en algunos aspectos es una representación. Tenés que evaluar bastante para la toma de decisiones. Entonces, eso también se puede trasladar a la vida e incluso, algo muy interesante es que, normalmente el estilo de juego de uno tiene relación con el tipo de personalidad que uno posee.
–¿Cual sería el tuyo?
–Soy alguien que intenta corregir sus errores. Empecé siendo un jugador mucho más agresivo pero después trabajé mucho el juego posicional; me di cuenta que era muy malo en otras cosas, en posiciones tranquilas: posiciones defensivas o en las que no hay demasiadas amenazas. En su momento fui a trabajar a Suecia por ese tema. Mi juego es bastante claro. Hoy siento que soy bastante regular en ambos.
–¿Cuáles son las mayores virtudes y defectos que tenés en el juego?
–Entre las mayores virtudes pueden ser el trabajo y la autocrítica. No tengo problemas en admitir errores o que hay cosas para mejorar. Los defectos los fui emparejando.
–¿Qué diagnóstico tenés del ajedrez argentino?
–En los juveniles hay muchos jugadores buenos. Va a haber un buen recambio en la parte de arriba de acá, del top, en pocos años. Pienso que hay buenas chances que para en el próximo equipo olímpico entre alguno de los juveniles y eso para mi sería muy positivo. Es bueno que haya un cierto recambio. Hubo un tiempo donde estuvieron siempre los mismos y ya son más grandes varios de ellos. No juegan mal pero siento que están no en la etapa más alta, pero todavía siguen siendo los mejores, incluido yo. Todos tienen más de treinta años.
–¿Hasta cuando jugarás?
–No lo sé, algunos más, seguro. Hasta los 45 es lo más probable. Después no lo sé. Lo voy a definir de acuerdo a como me lleve la vida.
–¿Cuáles son las grandezas y las miserias de este juego?
–A veces en la parte dirigencial hay cosas que son raras. Es un ambiente muy pequeño y alguien que hace dos o tres malas muy claras ya queda marcado.
–¿Qué es el ajedrez en tu vida?
–Algo muy importante y que me ayudó a crecer, a ganar experiencia y a tener amigos y a abrir la cabeza para muchas opciones en la vida. Es mi trabajo. Es algo que me apasiona.
–¿Hubo un momento en que te hartaste del ajedrez?
–No exactamente pero en los últimos dos años estuve jugando menos porque me enfoque más en ser entrenador. Y ahora la idea es volver a jugar fuerte un tiempo.
–Nombraste a Faustino Oro, el nuevo prodigio del ajedrez local, de once años. ¿Cómo lo definís?
–Me parece muy bueno, que está muy enfocado y que seguro tiene mucho futuro. En principio parece súper prometedor, sin dudas se espera que llegue a ser muy, muy bueno y hoy es difícil de predecir si tiene techo. Espero que ya entre para el próximo equipo olímpico, es lo más probable.
–¿Estamos ante la presencia de qué tipo de ajedrecista?
–Me parece un juvenil muy, muy bueno y con mucha proyección. Por ahora es probable que sea, para la edad, uno de los mejores de la historia del ajedrez del mundo pero lo que tiene es que cada vez están surgiendo más juveniles por todos lados. De hecho, está Faustino pero en otros países están surgiendo otros juveniles que son peores que él pero que también son muy buenos para la edad.
–¿Es un genio?
–No lo sé. Evidentemente tiene mucho talento, eso sí. Pero para mi forma de ver, tampoco eso define tanto. A la larga, por más genial que seas siempre el trabajo influye mucho porque cuando quieras estar muy, muy arriba vas a encontrarte con varios que también tienen mucho talento y trabajo. Uno tiene que hacer una mezcla entre el trabajo y la genialidad. Siento que en eso él está yendo bien porque se nota que trabaja bastante.
–¿Qué opinión tenés de Mario Petrucci, presidente de la Federación Argentina de Ajedrez (FADA)?
–Hay varias cosas que no me gustan tanto de la Federación. El campeonato argentino estuvo bien pero a mí lo que no me gusta mucho es perder tiempo en los conflictos de la Federación. Hace rato decidí que voy a seguir mi camino tranquilo. Hay cosas que no me gustan. Alguna vez se lo dije pero tampoco tengo la más mínima pretensión de vivir algún tipo de conflicto.
–¿Qué retos te trazaste para el 2025?
–Estoy en un momento de mi carrera muy bueno porque estaba jugando mucho menos y ahora quiero recuperar. La idea es trabajar en 2025 para llegar al máximo. Mis retos son tratar de volver a los 2600 puntos de ranking. Estuve muchos años arriba de esa cifra y eso significa estar cerca del top 100 y yo estuve muchas veces en el top 100. Quiero entrar entre los 100 de nuevo. La idea es llegar a mi mejor versión. Ahora, por distintas situaciones de la vida, me siento más motivado que nunca para hacerlo.