En los últimos años, con el boom inmobiliario y de construcción provocado por la reforma del Código Urbanístico de 2018 (durante el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta), sumado a la quita de adoquines en gran parte de la ciudad y la reducción de espacios verdes, Buenos Aires se está convirtiendo en un lugar expulsivo. El boom inmobiliario y los Airbnb producen un fenómeno de gentrificación que expulsa a los habitantes de sus lugares de residencia, encareciendo los barrios y destinándolos solo al mercado.

Para frenar este fenómeno, hace tres años nació Amparo Ambiental Chacarita, un grupo de personas hermanadas por su barrio que decidieron unirse para defender su espacio público y la calidad de vida en la ciudad. Desde entonces han luchado para que se reforme el Código Urbanístico de 2018 que permitió aumentar las alturas al interior de los barrios porteños, construir edificios en las esquinas, adelantar la línea de frente cortando árboles centenarios y reducir los pulmones de manzana. Todas medidas que van en contra de la adaptación y la mitigación al Cambio Climático, porque disminuye la superficie absorbible, provocando inundaciones; pérdida de luz y de vegetación que logra amortiguar la caída del agua de lluvia; aumento del tráfico, de la contaminación del aire, sonora y visual. Además de la pérdida irrecuperable de patrimonio histórico, cultural y arquitectónico.

En abril de 2023, los y las vecinas presentaron un proyecto de ley en la Legislatura porteña que proponía readecuar aspectos del Código Urbanístico en la zona de casas bajas de Chacarita, volviendo a los parámetros constructivos anteriores a 2018. Ese año gracias a la lucha vecinal, no sólo de Amparo sino de las demás organizaciones vecinales de toda CABA, lograron que todos los candidatos a Jefe de Gobierno incluyeran como promesa de campaña reformar el CUR o derogarlo. Finalmente, en el 2024 de cara a la reforma que impulsó Jorge Macri (inconsulta y de espalada a los vecinos), a fuerza de lucha y de trabajo con muchos legisladores de diferentes partidos políticos, consiguieron que se amplíe el pulmón de manzana, de un tercio a dos cuartos el centro libre de manzana y que se baje a 3 y 4 pisos de altura lo que se construya en el interior del barrio (el Código de 2018 permitía edificios de hasta 7 pisos en calles que no eran avenidas) y, en el caso de las avenidas Dorrego y Newbery, lograron que se baje de 7 a 4 pisos. También se consiguió restituir el área de protección histórica (APH) para el Barrio los Andes, patrimonio histórico y cultural del barrio.

En 2023, AAC entregó ante la Legislatura porteña el pedido de declaración de emergencia urbano ambiental  y el cese de permisos de obra.  

Interbarrial unida

La lucha de Amparo no fue aislada, junto a otros barrios constituyeron la Interbarrial Buenos Aires (IBBa) para conseguir un nuevo código urbanístico. Gracias a esa pelea colectiva, lograron que la justicia porteña intimara al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por incumplimiento de la Constitución al demandarle el Código Ambiental. 

La historia de este grupo comenzó en 2022 cuando una mujer que se acababa de mudar y refaccionar la planta baja de un PH, junto a su vecina de al lado, que vive en un PH de dos plantas, vieron que se vendía un lote y que se iba a hacer un edificio. Cuando averiguaron qué tipo de edificio se iba a construir, se dieron cuenta que era uno de 7 pisos en el medio de la manzana y ahí descubrieron que el Código Urbanístico de 2018 lo permitía y que también habilitaba el uso mixto (comercial y residencial) en todas las calles, no solamente en las avenidas, como establecía el código anterior. 

Fue entonces cuando se juntaron y se pusieron en contacto con el abogado Jonatan Baldiviezo, especialista en defender el derecho a la ciudad. “En aquel momento nos dijeron que lo mejor era hacer un amparo y juntamos una cantidad impresionante de firmas en un tiempo récord. Nos agrupamos con otros barrios que ya tenían historia de movilización barrial como el caso de Colegiales Participa por los playones ferroviarios que son casi los únicos espacios verdes absorbentes disponibles que tenemos en la ciudad”, cuenta a Las12, Vera Czemerinski. Lo que dicen los y las integrantes de Amparo Ambiental es que en este escenario de crisis climática que se profundiza a pasos agigantados, cuidar los espacios verdes es vital porque no sólo ayudan a regular la temperatura, frenando el fenómeno de isla de calor que es el aumento de la temperatura como consecuencia del calor absorbido por el cemento y el asfalto; sino que son clave para prevenir inundaciones que llegarán cada vez con más frecuencia e intensidad.

Con la Interbarrial Buenos Aires comenzaron a visitar a los y las legisladoras, e hicieron, junto a la Defensoría del Pueblo, un relevamiento patrimonial en el que inventariaron más de 100 propiedades que conforman el patrimonio cultural histórico y arquitectónico de Chacarita.