Todo estaba previsto y organizado para que comenzara el peritaje del celular de Fernando Sabag Montiel, el principal acusado por el intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner, cuando justo se cortó la luz. La insólita situación se produjo este martes a la mañana y llevó a los peritos convocados en la sede de la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP), ubicada en una dependencia de la Procuración General de la Nación, a suspender el procedimiento que ordenado por el Tribunal Oral Federal 6 (TOF6) a cargo del juicio por el atentado a la expresidenta. El teléfono había quedado borrado en las primeras horas después del hecho y nunca se volvió a peritar. Hay tantas posibilidades de recuperar el contenido como de que se pierda definitivamente.
Hasta nuevo aviso
"Se deja constancia en este acto, de común acuerdo entre los peritos intervinientes, de la suspensión de la medida debido a cuestiones de fuerza mayor ocasionadas por un corte de suministro eléctrico en el edificio de esta DATIP, ubicado en Perú 545, San Telmo, CABA, el cual impide el normal desenvolvimiento de las tareas técnicas a realizar sobre el dispositivo", dice el acta a la que accedió Página/12. Cuando los especialistas llegaron se encontraron con que el edificio estaba sin energía eléctrica. No solo la luz no volvía sino que el generador estaba a punto de agotarse. Tuvieron que empezar a prender linternas. Entre todos analizaron la situación y concluyeron que era arriesgado trabajar en esas condiciones. Tampoco confiaban en las UPS, que son dispositivos que pueden proporcionar energía.
Estaban allí la ingeniera Natalia Passarini García (por la defensa de Sabag Montiel), José Morán (por la querella de CFK), el segundo comandante de Gendarmería Francisco Pardo, y los ingenieros Nicolás Sanguineti y José Pollola Barón de la DATIP, por el Ministerio Público Fiscal. Pese a la increíble puntería que llevó a posponer el estudio, entre ellos hablaron con formalidad de la ola de calor y el problema de los cortes de luz.
Todavía no establecieron una nueva fecha para el peritaje, cuyo objetivo es hacer un último intento de rescatar el contenido del celular que se le secuestró a Sabag Montiel después de que intentó matar a la entonces vicepresidenta. Lo primero que debían realizar es una técnica llamada rooteo. "Este primer paso permite que uno se meta en las entrañas del equipo, como si fuera el administrador. Es algo que no lo puede hacer cualquier técnico. Hace un tiempo la DATIP hizo una prueba con un celular igual al de Sabag Montiel y como salió bien se decidió hacerlo en el original", explicó a este diario Morán, el perito de CFK. "Después del rooteo se utiliza otro programa que muestra una foto del celular, es decir todo lo que tiene, archivos, aplicaciones, todo. Y luego se pasa por otros programas para hace búsquedas específicas", detalló.
Hasta ahora sólo se pudieron extraer fotos del celular de Sabag, que tuvieron su importancia ya que se los veían a él y su novia Brenda Uliarte, acusada como coautora, exhibiendo el arma, una Bersa calibre .32, que habría sido utilizada en el intento de magnicidio. De otros celulares se extrajeron diálogos. Pero no se sabe con quién se mensajeaba (ya sea por Whastapp u otras aplicaciones) el asesino fallido por esos días y horas. Es algo clave en la búsqueda de información sobre quién estuvo detrás y si recibió o recibiría alguna retribución. Los expertos sostienen que este será el último intento y que hay tantas posibilidades de rescatar información, aunque sea parte, como de que el teléfono quede definitivamente inutilizado. Pero coinciden en que no queda otra alternativa que hacerlo.
Qué pasó antes
Como ya informó este diario, el celular estuvo en manos de Sabag Montiel hasta unas tres horas después de que lo agarraran militantes y lo entregaran a la policía, que en un comienzo no tenía certezas de los sucedido. El hombre decía ser militante y se victimizaba. El aparato llegó al juzgado a la madrugada en un sobre sellado dentro de otro llamado Faraday (que bloquea señales). La jueza a cargo, María Eugenia Capuchetti, convocó a especialistas de la Policía Federal a que fueran a extraer el contenido del teléfono a su juzgado. Fue el cabo Alejandro Heredia, que llevó un dispositivo “UFED” (Universal Forensic Device) de la marca israelí Cellebrite. El celular, un Samsung modelo SM A50 5G con 64 GB (gigabytes), se apagó al instante, y cuando lo enchufó extrajo la tarjeta SIM y la de memoria pero cuando quiso descargar el contenido le aparecía la leyenda "error de extracción". Probó "dos o tres veces" y como pasaba lo mismo, desistió. Un secretario del juzgado lo guardó en la caja fuerte.
Durante el 2 de septiembre el celular quedó en el juzgado, pero a la noche Capuchetti decidió enviarlo a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) confiando en que tendría mejor tecnología. Le encomendó llevarlo a la cabo de la policía que custodia su despacho, Priscilla Santillán, que llegó a la sede de Ezeiza después de las 23 sola con un sobre de papel madera bajo el brazo. Estaba abierto, sin planilla de cadena de custodia. El celular encendido. La recibieron la oficial principal Camila Dafne Seren y el subinspector Pablo Kaplan, del Departamento Técnico de Criminalística. En la pantalla del celular se veía una leyenda que decía "Samsung Galaxy A50-Warning: CMDLINE Parameter”. El juzgado indicó que igual intentaran bajar la información del aparato. Buscaron salir del mensaje de alerta de distintas maneras y el aparato terminó reseteado de fábrica. Todo quedó lo ocurrido quedó detallado en un acta que firmó Santillán, inclusive el estado en el que había entregado el sobre.
La jueza María Servini investiga qué sucedió con el celular pero en estos dos años todavía no encontró responsables. Capuchetti tiene por el borrado un pedido de juicio político en le Consejo de la Magistratura sin novedades.