Este miércoles, las autoridades palestinas en la Franja de Gaza, los gobiernos de los países árabes y representantes a nivel internacional rechazaron la propuesta del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de "tomar el control" del enclave desplazando a la población, para reconstruirla en la nueva "Riviera del Oriente Medio".
A pesar de las críticas globales, el republicano insistió en que "a todo el mundo le encanta" su plan para la región, según expresó el mismo miércoles en declaraciones a la prensa desde el Despacho Oval. Sin embargo, evitó dar más detalles sobre su propuesta, indicando que "no es el momento adecuado".
Trump destacó que la Franja, que según él fue "un símbolo de muerte y destrucción" durante décadas, "no debería ser reconstruida por las mismas personas que estuvieron allí (...) viviendo en condiciones difíciles. Otros países, con corazones humanitarios, deberían ser los encargados de hacerlo".
El martes, durante una rueda de prensa junto al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, Trump manifestó que Estados Unidos intervendría "a largo plazo" en la Franja, con el objetivo de reconstruirla y convertirla en un lugar "increible", tras reasentar permanentemente a los palestinos en otros países.
"Make Gaza Beautiful Again"
En medio del frágil acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamas, Trump sugirió la intervención de Estados Unidos sobre el terreno, aunque no ofreció fechas ni detalles. A pesar de contar con un supuesto apoyo en Medio Oriente, el republicano incluso apuntó que Estados Unidos podría tener una "propiedad a largo plazo" en el enclave, asegurando que transformará el territorio en un próspero centro turístico.
"Estados Unidos está listo para liderar y hacer que Gaza vuelva a ser hermosa. Lo que buscamos es una paz duradera en la región para todos los pueblos", escribió más tarde en X, el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio.
El proyecto fue enmarcado como una medida humanitaria para rescatar el territorio, al que calificó de "zona de demolición". Además, Trump no descartó el uso de tropas para "apoyar" la reconstrucción de Gaza, reafirmando que su país hará "lo que sea necesario" para llevar a cabo su plan.
"Liquidar" la causa palestina
Los primeros en rechazar la propuesta fueron los miembros de Hamas, el grupo islamista enfrentado con Israel, quienes la tacharon de "racista" y apuntaron que pretende "liquidar" la causa palestina. A través de su portavoz, Abdel Latif al Qanu, el grupo calificó la medida como alineada con los intereses de "la extrema derecha israelí", y advirtió que solo intensificaría la inestabilidad en la región. "En lugar de hacer responsable a la ocupación sionista por el crimen de genocidio y desplazamiento, se le está premiando", dijo el movimiento militante en un comunicado.
El presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abás, que el miércoles llegó a Jordania para reunirse con el rey Abdalá II y discutir las crecientes tensiones en la región, también rechazó "enérgicamente" la propuesta de Trump, que considera una amenaza para los derechos de los gazatíes. El mandatario subrayó que "el pueblo palestino no entregará su tierra, sus derechos y sus lugares sagrados", señalando que el enclave es "parte integral del Estado de Palestina, junto a Cisjordania y Jerusalén Este", y pidió a las Naciones Unidas que "protejan al pueblo palestino y sus derechos inalienables".
Al otro lado de la frontera, la idea de Trump fue recibida como una alternativa viable para la paz en Medio Oriente. El miércoles, el ministro de Exteriores de Israel, Gideon Saar, lamentó las críticas internacionales a las declaraciones de Trump. "El presidente Trump es el mejor amigo que Israel ha tenido nunca en la Casa Blanca", recalcó Saar, defendiendo que es crucial explorar enfoques distintos para la resolución del conflicto.
"Al fin y al cabo, Gaza es un experimento fallido, que falló bajo soberanía egipcia, cuando se le entregó a la Autoridad Palestina con los Acuerdos de Oslo y que, sin duda, ha fallado con Hamás", añadió el funcionario. El mismo día, el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, del ultraderechista Partido Sionista Religioso, prometió hacer todo lo posible para "enterrar definitivamente" la idea de un Estado palestino.
Por su parte, Netanyahu también se mostró interesado en la propuesta de Trump, indicando que podría ofrecer una "nueva visión" para Gaza, un territorio que, para los objetivos de su Gobierno, "nunca debe volver representar una amenaza para Israel". El mandatario manifestó que espera que la Estados Unidos de Trump sea el empuje necesario para dar con sus fines.
"Una receta para la inestabilidad"
Tras los comentarios de Trump, los países de la región también mostraron un rechazo unánime a la propuesta. Egipto, Jordania y otros aliados estadounidenses en el Medio Oriente ya habían rechazado la idea de "limpiar" el enclave, desplazando a los más de 2 millones de palestinos de la Franja, que el republicano propuso semanas atrás, pero renovaron su oposición al desplazamiento, recalcando la importancia de una solución de dos estados.
El Ministerio de Relaciones Exteriores egipcio, Badr Abdelaty, emitió una declaración en la que subrayó la necesidad de reconstruir "sin mover a los palestinos fuera de Gaza", destacando la importancia de avanzar sobre programas que faciliten el fin de la guerra sin necesidad de desplazamientos.
Arabia Saudita, importante aliado de Estados Unidos, reaccionó a la propuesta de Trump destacando que su posición a favor de un Estado palestino independiente es "firme, inquebrantable e inamovible", a la vez que reiteró su rechazo a "la violación de los derechos legítimos del pueblo palestino".
Durante su reunión en Amán con Abás, el rey de Jordania, Abdalá II, reafirmó su postura de oposición a cualquier intento de desplazamiento de los palestinos, destacando la importancia de mantener el alto el fuego y aumentar el volumen de la ayuda humanitaria.
La Liga Árabe, usualmente dividida ante las políticas intervencionistas de Estados Unidos, condenó la propuesta de Trump de forma unánime, calificándola de una "receta para la inestabilidad". En un comunicado, la Secretaría General del organismo expresó su "confianza en la voluntad" del estadounidense de lograr la paz, pero consideró que su plan supone un desplazamiento que viola el derecho de los palestinos, "el cual es rechazado por los árabes y a nivel internacional".
Solo con dos Estados
Para muchos representantes de la comunidad internacional, la propuesta de Trump es inapropiada tanto por implicar nuevos desplazamientos como por obviar la creación de un Estado palestino. Desde Ginebra, Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, recordó que cualquier traslado forzoso de territorio ocupado está prohibido por el derecho internacional, y resaltó el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino.
China, a través de su portavoz Lin Jian, reiteró su apoyo a un gobierno palestino y su oposición al traslado forzoso de los habitantes de Gaza. Rusia, por su parte, se abstuvo de criticar la propuesta, pero destacó que la solución debe basarse en la fórmula de "dos Estados".
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que Gaza debe ser gestionada por los palestinos, quienes requieren reparación por las destrucciones sufridas. Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reafirmó la postura histórica del país de reconocer tanto al Estado Palestino como al Estado de Israel.