El gobierno de Xi Jinping advirtió este miércoles a Estados Unidos que la presión sobre China no funcionará e instó a resolver sus diferencias mediante consultas equitativas y a promover relaciones saludables, después de que ambos países se enfrentaran de nuevo en una imposición mutua de aranceles. También señaló que China reconoce al Canal de Panamá como una infraestructura internacional neutral, en cuyos asuntos nunca ha intervenido, a pesar de la intención del presidente estadounidense Donald Trump de tomar el control de esa área, alegando la presunta injerencia del país asiático.

"China está muy insatisfecha con los aranceles estadounidenses y se opone firmemente a ellos. Las medidas que adoptamos son necesarias para salvaguardar nuestros derechos e intereses legítimos. No hay ganadores en las guerras comerciales, pero la presión y las amenazas no funcionarán sobre China", afirmó en una rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Lin Jian. "Lo que hace falta es diálogo y consultas basadas en la igualdad y el respeto mutuo, y no aranceles adicionales y unilaterales", remarcó.

China anunció el martes que impondrá aranceles del 10 al 15 por ciento a ciertos productos de Estados Unidos a partir del 10 de febrero después de que entraran en vigor los gravámenes adicionales del 10 por ciento que impuso el presidente estadounidense a los productos chinos. Beijing respondió con firmeza con tarifas selectivas que afectan a productos como el petróleo, el gas licuado, la maquinaria y los automóviles de gran cilindrada, además de lanzar una investigación contra el gigante estadounidense Google y anunciar controles de exportación a minerales críticos.

Donald Trump dijo el martes no estar preocupado por la imposición de los aranceles chinos. "Nos va a ir muy bien contra China y contra todos los demás. Ahora mismo, se han aprovechado de la Administración de (Joe) Biden como nunca antes hemos visto", señaló el mandatario desde el Despacho Oval de la Casa Blanca. "La buena noticia es que lo estamos haciendo muy bien. Nos va bien con países que nadie esperaba que fuera bien. Se nos respeta nuevamente como nación, tal vez a un nivel que la gente no había visto en muchas, muchas décadas", insistió el magnate, quien además remarcó que hablará con su homólogo chino, Xi Jinping, cuando lo considere adecuado y sin prisa.

Sobre el Canal de Panamá

El gobierno chino también se refirió a Panamá como un destino de inversiones internacionales conocido por su apego al Estado de derecho y transparencia en el ámbito empresarial, ante las presiones estadounidenses por sacar del terreno a las empresas chinas que operan el Canal y retomar el control de este paso estratégico. "Se espera que (Panamá) proporcione un entorno justo para las empresas de diferentes países y regiones, incluyendo a las compañías de la Región Administrativa Especial china de Hong Kong", manifestó Lin Jian.

El conglomerado hongkonés CK Hutchison, propiedad de Li Ka-shing --el hombre más rico de Hong Kong y octavo de Asia--, es propietario desde 2015 de la empresa Panama Ports Company (PPC), que opera el puerto pacífico de Balboa, el segundo con más movimiento de contenedores del país, y el atlántico de Cristóbal, el quinto en la lista. La firma matriz de PPC caía este miércoles un 1,8 por ciento en la bolsa por la intención manifiesta del presidente estadounidense, Donald Trump, de retomar el control del Canal de Panamá ante la supuesta injerencia china.

En varias ocasiones, Trump ha amenazado con tomar ese lugar y ha criticado la decisión del fallecido expresidente Jimmy Carter (1977-1981) de negociar los tratados que permitieron la transferencia del canal a Panamá, un proceso que se completó en 1999. China, por su parte, ha insistido en que no participa ni en la gestión ni en la operación del Canal, que reconoce como una infraestructura internacional neutral en cuyos asuntos nunca ha interferido, según declaró esta semana el embajador de China ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Fu Cong.

El pedido chino en la OMC

Al compás de estas discusiones, China ha solicitado consultas con Estados Unidos en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) ante la imposición de aranceles del 10 por ciento a los productos chinos, con lo que la actual guerra comercial entre las dos potencias llega al órgano de resolución de disputas del organismo internacional.

El gigante asiático defendió que el gravamen impuesto y otras medidas de la nueva Administración de Donald Trump no cumplen con las obligaciones de Estados Unidos ante el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), antecesor de la OMC. La apertura de consultas implica que ambas partes tienen ahora la posibilidad de resolver mediante negociaciones bilaterales el conflicto durante los próximos 60 días. Pasado este plazo, las partes tienen derecho a solicitar la formación de un panel de la OMC para que éste resuelva la disputa comercial.

La decisión del panel podría tardar meses o incluso años, y si una de las partes la rechaza, pasaría a la última instancia del sistema de resolución de disputas de la OMC, el Órgano de Apelación, paralizado desde finales de 2019 por la negativa de Estados Unidos a consensuar el nombramiento de nuevos jueces. Si se mantiene la falta de nombramientos para ese órgano, el conflicto podría pasar a un limbo en el que ya se encuentran una treintena de conflictos comerciales de diferentes economías ante la OMC, incluidos algunos que se remontan a la anterior guerra comercial entre China y la primera Administración Trump (2017-2021).