Era muy previsible que el gobierno de Javier Milei terminara denunciando a Facundo Jones Huala, lonko de Lof en Resistencia de Cushamen, por sus recientes declaraciones en las cuales hizo una reivindicación de atentados incendiarios y sabotajes como métodos de lucha de la causa mapuche. El Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, lo acusó ayer de intimidación pública, incitación a la violencia colectiva, apología del crimen y asociación criminal y lo vinculó con los incendios que azotan a la Patagonia, en una presentación que recayó en el juzgado federal de Bariloche, a cargo de Hugo Grecca. "Jamás hemos atacado nuestro entorno ni a las personas, dicen que andamos prendiendo fuego los bosques donde vive nuestra gente. Todas mentiras. Jamás lo hemos hecho ni lo haríamos porque no tiene sentido perjudicarnos a nosotros mismos, jamás atacaríamos al pueblo pobre", argumentó Jones Huala, al tiempo que afirmó que "estos son fuegos winkas".

Gustavo Franquet, de la Gremial de Abogados y Abogadas, dijo a Página/12 que "las autoridades dicen que los mapuches andan prendiendo fuego los bosques como dijo Jones Huala, pero él dijo precisamente lo contrario". Las declaraciones del referente de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) fueron tomadas de un video que grabó su madre, Isabel Huala, en ocasión de la presentación de su libro Entre rejas, antipoesía incendiaria, el pasado domingo en la Biblioteca Aimé Painé, en Bariloche. Franquet aclaró que como aún no hay imputación alguna no es el abogado de Jones Huala en la eventual causa que se abriría si prospera esta denuncia. En la misma, el director nacional de Normativa y Enlace Judicial del Ministerio de Seguridad, Fernando Soto, expuso que Jones Huala "ha reivindicado atentados incendiarios en la Patagonia y convocó a la lucha armada públicamente, actuando con intimidación pública e incitando a la violencia colectiva".

Puro humo

Sobre el anuncio de la ministra Bullrich sobre inscribir a la RAM como una organización terrorista, Franquet declaró que funciona al revés de como fue planteada por la funcionaria. "Tienen que hacer la denuncia penal contra Facundo, la fiscalía tiene que tomar esa denuncia penal, y de acuerdo a lo que la investigación establezca respecto a la RAM eventualmente se la puede inscribir en tal registro", explicó el abogado, quien junto a Eduardo Soares y Laura Taffetani representó a Jones Huala en el proceso que culminó el año pasado con su extradición desde Chile. "En las leyes y decretos que lo reglamentan, vinculados al lavado de activos del terrorismo, hay requisitos tales como que la organización en cuestión se encuentre en los listados del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", agregó.

Franquet insistió en que la inclusión de la RAM en esa nómina no es potestad del Poder Ejecutivo sino que debe surgir de la investigación penal, cuando ésta llegue a imputar a estas personas la pertenencia a una organización como una asociación ilícita calificada. "En este caso no están cumplidos los requisitos, así que ese anuncio es puro humo", opinó. A su criterio, "lo que sí es muy grave son las denuncias penales, la multiplicidad de delitos que habría cometido Facundo, que se deducirían de sus palabras". El abogado concluyó que "es un delirio total vincular a los mapuche con los incendios, ni que eso pasa por lo que dijo, cuando en sus declaraciones dice claramente que lo último que haría un mapuche es prender fuego el bosque". Franquet admitió que Jones Huala hizo mención al incendio de maquinaria y camiones en una localidad chubutense, algo común en los métodos de lucha de este pueblo originario en Chile.

¿Qué dijo el lonko?

"Reivindicamos los sabotajes, y yo particularmente, como miembro de una organización político militar, reivindico los atentados incendiarios y los sabotajes a la infraestructura del sistema capitalista, de las transnacionales, de los terratenientes, con un objetivo político", expresó micrófono en mano Jones Huala el domingo. "Los que nos jugamos la vida durante muchos años estamos dispuestos a quemar pólvora, a largar plomo y a prender fuego a aquello que destruya a esos árboles, esos pajaritos, esas flores; eso que atenta contra la naturaleza, contra la tierra que nos heredaron nuestros antepasados y contra nuestra vida como pueblo mapuche", agregó en alusión a la maquinaria forestal y vial, actividades combatidas por las comunidades mapuche en Chile y, en menor medida, en Argentina.

"La RAM no es una organización terrorista sino de liberación nacional dispuesta a dar algún tipo de confrontación contra el Estado winka (invasor blanco) como lo llama él", aclaró Franquet. De hecho, en su denuncia el Gobierno abre ese paraguas. "Sus expresiones (las de Jones Huala) permiten vincularlo a una organización que, aún cuando pueda no estar comprendida en el artículo 210 del Código Penal (asociación ilícita), tendría por objeto principal o accesorio, imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor", dice el texto de la acusación.

La propia denuncia oficial es genérica y deja constancia de que el lonko de Cushamen se desvinculó de los actuales incendios en la Comarca Andina. "El ahora denunciado reivindicó el atentado incendiario que se produjo semanas atrás en la localidad de Trevelin, en Chubut e hizo una apología de los sabotajes contra 'la infraestructura del sistema capitalista, las transnacionales y los terratenientes', aunque intentó desligarse de la intervención de su agrupación delictiva RAM, respecto del incendio que comenzó el jueves pasado en la localidad de El Bolsón y que aún continúa activo", indica.

En otra parte del video de la presentación de su libro, se lo escucha plantear a Jones Huala: "Soy un militante de la causa mapuche, soy revolucionario, anticapitalista, antisistema. Reivindico los sabotajes, las acciones de resistencia, de autodefensa, la rebelión frente a la opresión de la que siempre hemos sido objeto". En el entorno del lonko hay preocupación porque aunque en este momento no tiene aún abierta ninguna causa, sí posee antecedentes de modo que si prospera la denuncia oficial podría ser privado de su libertad una vez más. Mientras tanto, la única prueba que hay de la intencionalidad y la autoría mapuche de los incendios es una botella.