“Ninguna expresión que promueva la exclusión, la desigualdad o el desprecio hacia quienes piensan, sienten o viven de manera diferente no construyen el futuro que anhelamos. Creemos en la fuerza del diálogo, en la riqueza de la diversidad y en la importancia de un liderazgo que inspire unidad, la solidaridad y la comunión en lugar de fragmentación”. El párrafo corresponde a una declaración emitida por la Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes que preside el obispo José Larregain, coadjutor de Corrientes, y va en línea con otras manifestaciones en el mismo sentido adoptadas en el último tiempo por las autoridades de la Iglesia Católica.

El comunicado, titulado “Cuidar a las personas es su fundamental igualdad”, comienza diciendo que “en tiempos donde la palabra pública tiene el poder de edificar o dividir, queremos reafirmar nuestro compromiso con un mundo en el que cada persona sea valorada en su dignidad y en su derecho a ser quien es”.

Porque, continúa el organismo que depende de la Conferencia Episcopal, “el amor de Dios no es selectivo ni excluyente. Nos abraza a todos, sin distinciones, y nos llama a reconocer en cada ser humano un hermano, una hermana, alguien digno de respeto y cuidado. Cuando el discurso público niega esta verdad fundamental, es deber de cada persona de fe y de buena voluntad insistir en otro camino: el de la empatía, la justicia y el amor”, agrega.

La Comisión expresa también su “preocupación ante mensajes que refuercen la xenofobia, el racismo o el rechazo a las personas que se identifican con otras orientaciones, identidades, expresiones y características sexuales y de género”. Lo afirmado ahora se ubica en línea con otras manifestaciones recientes de la institucionalidad católica expresando preocupación y alarma por declaraciones xenófobas y de racismo emitidas por el presidente Javier Milei, aunque no se aluda directamente al mandatario.

La Comisión se expidió también sobre la situación de los migrantes para decir que “reafirmamos nuestra cercanía y acompañamiento a cada persona que ha dejado su país de origen, que llega a nuestro territorio o al de otros países y buscando vivir dignamente”. Tras señalar que cada una de estas personas “lleva consigo una historia, un anhelo, una esperanza, y merece ser recibida con dignidad y respeto” el equipo que preside el obispo Larregain sostiene que “el mundo de la migración nos ofrece la oportunidad de ver al hermano que piensa, siente, vive y actúa diferente, pero que al mismo tiempo es un igual en dignidad y derechos como persona”.

Dice también la Comisión que “en los migrantes podemos ver el rostro de Dios, y somos llamados por Él a amar a todas las personas en todas las diversidades” porque “mirando a los migrantes, podemos ver todas las pluralidades con las cuales podemos vivir, compartir y crecer”.

La declaración finaliza con un mensaje “a quienes creen en la construcción de un mundo más humano y fraterno” para animarlos a que “no dejemos de responder con amor, no dejemos de tender puentes donde se descalifica porque el otro piensa o sea distinto. Insistamos en construir desde el amor y la amistad social, porque solo así podemos avanzar hacia un futuro donde nadie sea descartado”.

Por otra parte, y con motivo del “Día mundial contra la Trata de Personas”, el obispo Larregain, sostuvo que “combatir la trata no se limita solo a la reacción” sino que “la prevención es fundamental”. Para el obispo de Corrientes “educar y hablar sobre los riesgos, fortalecer las comunidades y promover la igualdad de oportunidades son claves para evitar que más personas sean víctimas”. Por eso, argumenta, “informarnos, actuar y prevenir son las herramientas más poderosas para erradicar este delito”. Entiende el obispo que “podemos ayudar a tomar conciencia en nuestras comunidades, colegios, instituciones, parroquias, etc. y unirnos a la lucha por un mundo libre de explotación”. Para que ello ocurra pide “rezar, meditar o profundizar según la creencia de cada uno”, identificar a las organizaciones que trabajan contra la trata en cada comunidad, colaborar con las causas que apoyen esta lucha y educar a otros sobre los signos de la trata. Para el obispo “juntos podemos marcar la diferencia y construir un mundo libre de explotación”.

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