En el Foro de Davos (Suiza) el primer mandatario argentino se despachó con un discurso claramente homofóbico y virulento.
Una vez mas exhibió su ideología liberticida, violenta, que no admite disidencia con sus políticas de empobrecimiento masivo y el talante persecutorio, censor de diversas expresiones contraculturales.
El hombre que invoca el espíritu de sus canes fallecidos con los que dialoga y a la par es indiferente e indolente con jóvenes que desvanecen a su lado en una escuela, el hombre que niega medicamentos a las personas que padecen cáncer y cuyo gobierno escamotea alimentos y elementos de abrigo que quedan arrumbados en depósitos estatales.
Este sórdido y grotesco personaje que llegó al gobierno mediante el voto del 56 % de la población en un país devastado económicamente y con las subjetivides desmanteladas como señaló certeramente Silvia Bleichmar.
El grotesco personaje que se opone a la educación sexual integral tiene como aliados a la caterva de inquisidores y oscurantistas que encubren a pedófilos e incita indirectamente ataques como un reciente lesbicidio/ femicidio.
Las marchas masivas que se llevaron a cabo en múltiples ciudades de la Región: Buenos Aires (800.000 personas), Rosario (80.000 personas), Mar del Plata, Mar de Ajó, Bariloche, Mendoza, Santa Rosa de Calamuchita, Córdoba y en ciudades de Europa: Barcelona, Amsterdam y Berlín, son un buen síntoma de que no todo es resignación y servilismo.
No siempre las "máximas" del infame Goebbels serán efectivas.
Puede que una vez más valga recordar al anarquista Albert Camus cuando dijo que los pueblos algunas veces se rebelan por cansancio o por asco.
Carlos A. Solero