Mala reputación 7 puntos

Uruguay/Argentina, 2024

Dirección y guion: Marta García y Sol Infante

Duración: 78 minutos

Intérpretes: Karina Núñez, Elaine Neres Alby, María Castro, Carmen Loly, Shadira Quevedo, Rosa Merello, Yenny Gally, Vanessa Pintos, Cinthia Lorena Aldao, Teresa España, Loren Silva, Stephanie Mier.

Estreno en Cine Gaumont, Av. Rivadavia 1635.

”La gente cree que nosotras solo trabajamos con la vagina. ¿Y si te digo que lo más caro que tenemos es la oreja? La mayoría de los tipos nos pagan para venir a contarnos sus problemas. Somos trabajadoras psico-sexólogas”. Karina Núñez tiene 45 años y, sí, es trabajadora sexual. Pero además, es una de las fundadoras y referentes de O.Tra.S, la Organización de Trabajadoras Sexuales del Uruguay, entidad que busca garantizar los derechos y mejorar las condiciones de trabajo de quienes ejercen ese oficio mal llamado el más antiguo de la humanidad, comparación infame que (no tan) en el fondo iguala a la prostitución con la condición de ser mujer.

Karina es además la protagonista del documental Mala reputación, dirigido por Sol Infante y Marta García. Lúcida, espontánea, valiente, emprendedora, graciosa, combativa, carismática, ella es el motor que empuja a un grupo de sus colegas a organizarse y a pensar de forma colectiva, “porque acá ninguna se va a salvar sola”. Locuaz y de ideas claras, Karina es una mujer política, aunque deteste a los políticos que siempre las dejan a ella y a sus compañeras solas ante la marginalidad. “Lo que siento es necesidad de que no nos pongan más palos en la rueda. Porque si no nos van a ayudar a salir del trabajo sexual, por lo menos no nos sigan hundiendo”, afirma para dejar claro cuál es el vínculo que el Estado suele establecer con su gremio.

Mala reputación es un documental sencillo en sus formas, pero muy claro y potente en cuanto a sus intenciones y, sobre todo, honesto en relación al retrato que realiza de su protgonista. La película va construyendo la figura cinematográfica de Karina a partir de una decisión que constituye una auténtica declaración ética: explorar sus vínculos. Los que establece con su trabajo, al que respeta a pesar de las dificultades; con sus colegas, a las que de alguna manera sostiene, educa y protege, y con su familia, que, por sorprendente que parezca, acepta el modo que ella ha elegido para ganarse la vida sin emitir juicios ni condenas.

Sin embargo, Karina no defiende el oficio de prostituta de forma cándida, sino que lo entiende como un recurso para sobrevivir en un mundo donde las puertas no se abren igual para todos. “Hace poco me presenté para un puesto de auxiliar de limpieza, acá en el centro de salud”, cuenta. “Eramos unos mil postulantes y quedé entre los cinco seleccionados. Cuando me hacen la entrevista final se dan cuenta de que nunca había tenido un trabajo formal. Y claro, si vivo de hacer changas desde que tengo 12 años, este sería mi primer trabajo en blanco. ‘Entonces no te podemos evaluar’, me dijeron. ¿Pero que experiencia se necesita para limpiar un baño? Entonces, sabés qué: prefiero seguir chupando pijas”.

Infante y García le dan forma a un fresco vívido en donde la cámara juega el rol de testigo, aprovechando recursos muy simples para alimentar una búsqueda estética. La iluminación fantasmal de los teléfonos celulares a la noche; los primerísimos planos que convierten las marcas de la piel en notas dentro de una partitura de imágenes; la paciencia para dejar que la cámara observe hasta que un plano justifique su presencia. Pero si en la superficie Mala reputación ilustra la vida cotidiana de una prostituta, en sus capas más profundas también consigue decir algo acerca de la esperanza como motor ante la inercia y la inmovilidad. O como dice Karina: “Mujer, no te quedes estática, porque no hay nada que atemorice más a los malos hombres que vernos en movimiento rumbo a las luchas”. Es esa determinación para mantenerse siempre en movimiento lo que hace de ella un personaje tremendamente cinematográfico.