Una de las justificaciones que el Gobierno de Javier Milei usó, en las últimas horas, para explicar por qué intentará que Argentina se vaya de la Organización Mundial de la Salud (OMS), fue la económica. En el marco del ajuste sobre los gastos del Estado, el Ejecutivo vendió que la membresía en el organismo le costaba al país 10 millones de dólares anuales. El gasto, exiguo incluso si no se consideraran factores de utilidad sanitaria de ese vínculo, es muy menor en relación a otros costos altísimos que el Gobierno tiene y está haciendo.