Había que caminar al ritmo de la más lenta, dijeron les compañeres responsables del cuidado de la marcha … ¡y las más lentas agradecidas! Las diferencias cuentan, en todos los sentidos, y nuestras cuerpas quieren estar presentes, cada cual a su ritmo y con sus posibilidades. Esta marcha lo tuvo en cuenta y, en ese cuidado, la sentía a Lohana del brazo, cantando, agitando, inventando consignas, mirando a las otras, a les otres al tFuerza marica! ¡Furia travesti!