Con el odio disparado por el presidente Javier Milei en Davos resonando en los cuerpos, el sábado 25 de enero comenzó la 65° edición del Festival de Cosquín. En la séptima noche, la del 31 de enero, Yamila Cafrune decidió que la mejor manera de honrar un legado era volver a revolucionar el escenario, como lo hizo su padre 60 años antes. Así fue que presentó a La Ferni, quien estremeció los corazones presentes en la plaza Próspero Molina con Cantor(a) de oficio, tema que popularizó Mercedes Sosa. Fue una noche histórica, la primera vez que una cantante trans no binarie se plantó en el escenario Atahualpa Yupanqui.
No era un día cualquiera: exactamente seis décadas antes, Jorge Cafrune había desafiado a la organización para invitar a la entonces ignota Mercedes Sosa, la Negra. El canto popular sigue trayendo noticias de un pueblo que no se somete a los designios del poder.
Y así lo hizo saber también Duratierra, con un repertorio que incluyó la chacarera "La del pueblo” cantada por Valen Bonetto, también artista travesti (y cordobés). Y -con otro tono- lo expresó Soledad Pastorutti el mismo sábado, en la octava luna, con un emotivo discurso que convocó a “aceptarse primero, para poder aceptar a otro”.
Una de las artistas más populares, la que llena la Próspero Molina, La Sole de Arequito -que alguna vez fue tomada como ícono del tradicionalismo- dijo que la felicidad es “entender que cuanto más libres somos, más difícil es encontrar el odio, es entender que somos nosotros, los únicos protagonistas de esta historia, por eso les pido que hagan publicidad para el amor, para todas las cosas que nos hacen bien”.
Y siguió La Sole, nada menos que al ritmo de Todo Cambia: “Si tienen redes sociales, hablen de cosas lindas, que de lo otro estamos hartos ya, hay que querernos como somos, como queremos ser, y dejemos de hacerle el caldo gordo a los que siempre se la llevan más fácil y quieren que estemos divididos, peleados, porque es más fácil así”.
Fueron varias, varies, quienes pusieron su palabra en el Festival como una luz que alumbra un escenario no siempre paritario, ya que muchas agrupaciones folklóricas tradicionales -y no tanto- están integradas sólo por varones. La Sole también habló de lo difícil que le resultó el folklore como mujer.
En la noche del jueves, Micaela Vita, de Duratierra, hizo un discurso estremecedor. “¿Saben que hace 60 años Mercedes Sosa pisó este escenario por primera vez? Y fue gracias a la generosidad de Jorge Cafrune, que vio la grandeza artística de la Negra y también supo entender que a ella, como mujer, pisar estos escenarios le iba a ser muy difícil. La memoria del pueblo vive en esta plaza y hay que encender la memoria y el amor en cada esquina de esta patria”, dijo la cantante el 30 de enero. El aniversario sería en la noche siguiente.
Y vaya si se honró. "Que hoy es una noche muy especial, sí. Noche del 31 de enero de 1965, cumpleaños de don Ata y noche especial porque la cantora que voy a presentarles hace respetuosa, muy respetuosamente, folklore”, dijo Yamila y agregó: “Ella hace una diferencia y va a marcar una diferencia. Hoy, más que nunca, acuerdense de lo que les digo. Ella es una cantora de oficio, ella es la Ferni”.
Y allí salió la gran cantora. La Ferni de Gyldenfeldt. La primera trans en el escenario mayor del folclore argentino. “Finalmente Cosquín, qué placer, qué gusto, qué responsabilidad poder abrazarnos”, saludó antes de entonar -y pasar al femenino- el tema de Miguel Ángel Morelli.
“Nadie debe creer que los las y les artistas pertenecemos a un mundo extraño donde todo es escenario y fantasía”, recitó la artista que junto a su hermana Luchi ganó el Estrella de Mar este mismo año por Ópera Queer. Y quien, en 2022, desafió y cuestinó los binarismos de género para inscribirse en el pre Cosquín.
“Les artistas somos hombres y mujeres, y también somos travestis, trans, no binaries, maricas, tortas, bisexuales, identidades sexogenéricas disidentes, legítimas, empoderadas, orgullosas y visibles, que ya sin ocultarnos nunca más transitamos las calles y los días, sufrimos el sufrimiento de nuestro pueblo y latimos también con su alegría”, dijo con su voz operística La Ferni, para volver a entonar: “Mi oficio de cantora es tan hermoso que puedo hacer amar a los que odian”.
Para terminar, la Ferni y Yamila cantaron el triunfo “Patria que lucha y sueña”, de Diego Gallo.
Fue después, en la conferencia de prensa, cuando Yamila hizo explícito el contenido político a su invitación. “Así como no podemos bajo ningún punto de vista apagar a un fuego con nafta, no se puede bajo ningún punto de vista seguir dando la lucha a los manotazos. Acá hay derechos adquiridos y no tenemos que dar ni un paso atrás por esos derechos adquiridos”, dijo.
Recordó: “Ellos, ellas, elles, no sé cómo se dice porque no sé hablar en inclusivo, han ganado derechos. Nosotras también hemos ganado derechos, es decir todos los derechos que hubo toda una generación que se rompió el traste para que los tengamos, está muy mal que venga alguien y los deje atrás, o los eche por el suelo”.
Yamila consideró que “en vez de preguntar por qué se sube una persona del colectivo al escenario, es al revés. Por qué no, por qué no lo vamos a hacer”.
Y una vez más, recogió el legado. “Soy una Cafrune, soy hija de un gaucho, puro gaucho, y yo creo que él estaría orgulloso”.
Si de orgullo se trata, al día siguiente, las hermanas De Gyldenfeldt marcharon por las calles de Cosquín, desde la Próspero Molina a la San Martín, junto a miles de personas que formaron una columna de más de cuatro cuadras, donde confluyeron el reclamo por el agua y la vida junto al orgullo lgtbiq+ antifascista y antirracista. “Milei no te aguanto más”, era uno de los tantos carteles hechos a mano que mostraban el pulso artesanal de una manifestación popular en una provincia donde Milei ganó con el 74,05% de los votos en el ballotage de 2023.
Orgulloses se mostraron les manifestantes por las calles. Muchos habían llegado al Festival. Porque lo que pasa en la ciudad de Cosquín durante las nueve lunas excede por mucho al escenario central. Es una ciudad tomada por la música popular: hay guitarreadas en la calle y a la orilla del río, hay escenarios callejeros donde actúan músicos de todo el país, hay dos peñas enormes, que congregan multitudes: la Salamanca y Añoranzas santiagueñas.
Y también, en el Patio de la Piryncha, pasan otras cosas.
Como el Cosqueer que se realizó el miércoles 29, con una grilla “explotada de Tortas, travestis, marikas y drags”. Legon Queen y Mink’a, Valen Bonetto, Martín Cabrera, Romi Moyano, Norma Aguirre, Bebo Chacoma, Alex Di Lorenzo, Micaela Chauque, Flor Straubs y Clara Bertolini estuvieron presentes. Como todas las noches, el Patio estalló de público que desbordó sillas y cajones de cerveza, tomó el pasillo y hasta la vereda, para escuchar a lxs músicxs.
La transmisión oficial, la de los espectáculos del escenario central que mira el país a través de la televisión -todavía- pública, comenzó el 25 de enero y terminó el domingo 2 de febrero. En esos días, el Atahualpa Yupanqui también alojó al dúo que integran Manuel Visetti y Fernando Vera, ganadores del Certamen para Nuevos Valores Pre Cosquín 2025 en el rubro pareja de baile estilizado. Dos varones que desplegaron erotismo en el escenario.
Fueron ramalazos, rayos de luz, que dejan su huella. Y así fue que Micaela Vita pudo desplegar una línea histórica, la del Movimiento del Nuevo Cancionero, la de una corriente indómita siempre presente en los ríos caudalosos de la música popular. Que la que la música tan exquisita como jugada de la banda actualiza en clave contemporánea.
“Es necesario encender el amor de cada esquina de esta patria, de esta patria sur, de esta patria pueblo, de esta patria barrio, de esta patria de monte nativo, de pueblos originarios, de esta patria de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, de esta patria de Susy Shock,de esta patria de Diana Sacayan, de la patria de Liliana Herrero, de Teresa Parodi, de María Elena Walsh, de Yupanqui, de León Gieco, la patria de León Gieco. La patria de la diversidad, del mestizaje, de los afrodescendientes. Esto somos y es maravillosa nuestra diversidad. Por nuestras infancias, es preciso encender el amor y la memoria en cada esquina de nuestra patria”, arengó Vita.
“El amor y la memoria, es urgente y es ahora, pueblo querido, es ahora, no hay tiempo para tibiezas”, terminó. Después, hicieron La del Pueblo. Así dice esa chacarera, escrita por Valen Bonetto y Juan Saracco: "Chacarera, la del pueblo/ Derecho al hueso, mi hermana/ No hay tiempo para tibiezas/ Andá poniendo la pava/ Al punto de ebullición/ Para que hierva la canción".