El gobierno de Mauricio Macri quedó envuelto en un escándalo internacional luego de que se conociera su rechazo al ingreso de más de 60 expertos de la sociedad civil que tenían previsto participar de la cumbre ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que comenzará el viernes 10 de diciembre en Buenos Aires.
A pesar de que el mensaje de bienvenida en la web dedicada a la cumbre afirma que los asistentes “tendrán la oportunidad de conocer nuestra hospitalidad y la pujanza de todos los argentinos”, el jueves los representantes de distintas ONGs de todo el mundo comenzaron a recibir un correo de la OMC en el que se les informaba que el Ejecutivo argentino denegaba su autorización por supuestos motivos de seguridad, a pesar de que la propia organización los había acreditado para asistir. Según pudo saber Página/12, el ministerio de Relaciones Exteriores envió un cable diplomático en el que ordenó a las embajadas y consulados del país que denieguen los visados para ingresar al país a los representantes de las organizaciones de la sociedad civil, por instrucción del Ministerio de Seguridad y la Agencia Federal de Investigaciones.
Recién en un comunicado fechado ayer sábado, la Cancillería hizo oficial la decisión y sostuvo que el Gobierno tomó “diversos recaudos en materia de organización, incluyendo lo relativo al sistema de acreditación de los asistentes”. “El equipo de Seguridad de la organización de esta Conferencia Ministerial anticipó a la OMC la existencia de algunos inscriptos, registrados por dicha Organización en nombre de algunas ONG’s, que habían hecho explícitos llamamientos a manifestaciones de violencia a través de las redes sociales, expresando su vocación de generar esquemas de intimidación y caos”, afirmó la cartera que tiene como titular a Jorge Faurie, a cargo de la organización de la cumbre junto a la ex canciller Susana Malcorra.
“Es absurdo”, respondió Deborah James, de la red Nuestro Mundo No Está en Venta (Our Wolrd Is Not For Sale -OWINFS), tras tomar nota del comunicado de Cancillería. “No hay ninguna prueba para su acusación. No somos organizaciones violentas”, remarcó en contacto con este diario.
OWINFS envió una carta a Roberto Azevêdo, presidente de la OMC, en la que reiteró su reclamo para que la organización mueva la sede de la cumbre. “Jamás observamos una prohibición tan masiva y sin fundamento a organizaciones acreditadas para una cumbre internacional”, remarcó James en la nota enviada al titular de la OMC. El único antecedente similar que mencionan es de 2006, cuando Singapur fue anfitrión de la cumbre del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El gobierno singapurés denegó entonces la entrada de 27 delegados de ONGs que habían sido acreditados, pero la presión de la sociedad civil llevó a que los entonces titulares del BM y del FMI, Paul Wolfowitz y Rodrigo Rato, se reunieran con el primer ministro de Singapur para reclamar que se autorice el ingreso de los acreditados, ante lo que 22 de los 27 delegados rechazados finalmente pudieron participar.
La red de ONGs remarcó que entre las supuestas “propuestas disruptivas y/o violentas” que menciona el Gobierno argentino está por ejemplo la belga 11.11.11 (que tiene entre sus 90 miembros a reconocidas organizaciones como Caritas, Oxfam, Médecins du Monde, Rotary Club for Development y el Conseil de la Jeunesse Catholique). “Ninguna de las organizaciones que conocemos ha hecho llamados a la violencia en las redes sociales. Si el gobierno argentino usa esta afirmación como su justificación, la OMC debería requerirle que ofrezca pruebas (que por supuesto no existen)”, planteó OWINFS.
La nota al titular de la OMC señala que los expertos que no podrán asistir a la cumbre en la Argentina no representan ninguna amenaza a la seguridad del país, por lo que la lista negra en realidad se basa “en un juicio sobre las opiniones de las personas y organizaciones prohibidas”. De esta manera, denunciaron, se debilitarán los debates al censurarse esas visiones y “el resultado de la conferencia se verá distorsionado y carecerá de legitimidad”.
Por último, apuntaron contra el director general de la Organización Mundial de Comercio por no haber puesto en consideración del Consejo General del organismo la posibilidad de aplazar la cumbre y elegir un nuevo país anfitrión. “Como eso no sucedió, parece que la OMC está de acuerdo con el punto de vista de la Argentina de que su seguridad nacional está bajo amenaza y que la OMC no se opone a la distorsión del resultado de la conferencia”, señalaron al reclamar nuevamente que la Argentina no albergue la reunión, un planteo que circula mundialmente en las redes sociales bajo la etiqueta #UnfitToHost (No apto para ser anfitrión).