¿Movida de prensa brillante o los devaneos de un loco? ¿Sociópata o genio incomprendido? Como en cada uno de sus escándalos West nos deja con más dudas que preguntas.
Los premios Grammy 2025 se destacaron por la presencia arrolladora de artistas femeninas, que levantaron las estatuillas más codiciadas de los podios y eclipsaron todos los flashes en la red carpet. Chapell Roan, Sabrina Carpenter, Billie Eilish, Charli XCX y Beyoncé no dejaron dudas acerca de por qué son algunas de las personalidades más influyentes de la cultura pop a nivel mundial.
En este contexto de celebración del talento femenino, no fue sino chocante escuchar al polémico rapero Ye (antes conocido como Kanye West) declarar días luego de la premiación que él había “ganado los Grammys”. Si bien el reputado artista había sido nominado a seis ―incluyendo Álbum del año y Canción del año― el único premio que recibió fue la tormenta de publicidad resultante de su paso por la alfombra roja.
Look minimalista: desnuda
Como es su costumbre, él asistió a la premiación con un look minimalista y urbano: una simple remera negra oversize, pantalón de vestir y anteojos negros. Censori, que llegó a su lado, lució un enorme abrigo negro de piel con tacos nude para luego darse la vuelta y revelar un vestido completamente transparente, sin atisbo de ropa interior, de la marca Yeezy, creada por el rapero.
El outfit de Bianca no fue tan shockeante teniendo en cuenta su largo prontuario haciendo apariciones públicas con looks atípicos y extremadamente reveladores. Dos días después de la ceremonia, Ye des-siguió a todas las personas de su cuenta de Instagram excepto a su “musa” y dejó como única publicación en su feed una foto del infame vestido.
En sus historias compartió métricas mostrando a Bianca como la “persona más googleada del planeta tierra” (sic), y luego publicó fotos de ella junto con links de su vestido de la red carpet y del body (también completamente transparente) que usó para la after party (a la que sí asistieron).
Si bien se trata de una clara movida publicitaria para promocionar su marca, el historial detrás de la utilización de la imagen de sus ex parejas y el control que ejerce sobre sus imágenes públicas hace que muchos se cuestionan las intenciones de Ye y el bienestar de Bianca.
Además, tanto el estilismo como el accionar siguen patrones que claramente hablan más de un control “creativo” del rapero más que una decisión libre de Censori. El historial de West no lo ayuda: a pesar de los múltiples éxitos musicales de su carrera, en los últimos años su presencia mediática se destacó más por sus controversias. El artista ha sido diagnosticado con trastorno bipolar y hablado abiertamente de cómo esto afecta su salud mental, además de haber admitido tener conductas sexuales compulsivas como la adicción al porno que según él mismo “destruyó a su familia”. Además de esto, su apoyo a las candidaturas de Donald Trump, sus dichos misóginos, antisemitas y racistas y sus muchos exabruptos en redes hicieron que muchos fans dejen de apoyarlo y muchas marcas como Adidas rompan sus colaboraciones.
La relación del rapero con su actual esposa siguió una secuencia análoga a los vínculos anteriores de West, en los cuales mantiene esta extraña mezcla de relación profesional y personal, donde la frontera entre realidad y performance es opaca.
En 2012 West empezó a salir con Kim Kardashian, con quien estaría en pareja nueve años y llegaría a tener cuatro hijos. El rapero era ya un artista consagrado y respetado por la crítica mientras que ella era conocida por su reality show Keeping Up With The Kardashians. Desde ese momento, Kanye, ya con un interés profundo en la moda (fundó Yeezy en 2013) empezó a desarrollar su fetiche por tratar a sus parejas como Barbies de tamaño real: transformó completamente la imagen de Kim y la convirtió en un ícono. Kim reveló que hasta conocer a su esposo creía tener “bastante buen estilo" hasta que él la “ayudó” a hacer una impactante transformación literalmente forzándola a tirar todo su armario anterior y empezar de cero.
De musas y Barbies
En la mitología griega las musas eran deidades que bajaban a la tierra de cuando en cuando para susurrar a los oídos de los artistas inspirándolos. Así, el dicho reza que cuando tenemos la mente en blanco es porque “las musas nos han abandonado”.
Kanye no tuvo sino opción que buscar otra musa cuando se separó de Kim. a principios de 2022 comenzó a salir con la actriz Julia Fox. En su biografía Down the Drain, Fox revela cómo ya en su primera cita West la vistió con ropa elegida por él y decidió contratarle un equipo de estilistas. En la segunda le regaló una habitación llena de ropa y realizó una sesión de fotos en medio del exclusivo restaurante al que habían asistido. Dijo sentirse como Cenicienta y a la vez “un mono de circo” ya que después de hacerla pavonearse por todo Miami y Nueva York de su mano, le ofreció conectarla con marcas, contactos e incluso se ofreció a pagarle una operación de siliconas.
West y Censori se habrían conocido en 2020 cuando ella comenzó a trabajar en Yeezy, la marca de moda de Kanye, donde es Jefa de Arquitectura. Su relación profesional se transformó en una personal y en enero de 2023, la hicieron pública.
Además del asombroso parecido físico con Kim, hay otras cosas que llaman la atención de Censori, de quien se sabe poco y nada: jamás se la ve saliendo sola o con amigos, siempre que se la fotografía es acompañada por Ye, se muestra seria e incluso incómoda, vistiendo outfits fríamente curados que reflejan la estética específica que el rapero quiere cultivar.
Pero volviendo al escándalo de los pasados Grammys, ¿cuál es la relevancia de lo que Bianca use o deje de usar? En un contexto en el que las políticas neoliberales en Estados Unidos y en nuestro país no hacen sino exigir el retorno de la mujer a un rol de subyugación y el discurso político promueve una una pérdida de libertades y derechos reproductivos, el ver a una mujer completamente desnuda en una alfombra roja como una jugada de prensa de su pareja no sorprende a nadie.
Si bien las usuales payasadas de Kanye son vistas por el público como intencionalmente provocadoras, siempre tratando de correr la línea de la “decencia” y lo políticamente correcto, no se puede evitar preguntarse qué es lo irreverente y controversial sobre limitarse a repetir conductas ya cansinas en el panorama hollywoodense de ahora (y de siempre): el hombre completamente vestido y la mujer a su lado como accesorio, como ornamento, como pieza de arte, objeto de colección, en todo caso como modelo o percha.
Tal vez lo más controversial hubiese sido ver al mismo Kanye usando una prenda completamente transparente y dejando su cuerpo al descubierto. Mas esto no ocurrió, dado que él no es obra, no es un objeto para ser expuesto, ni un modelo para promocionar su propia marca sino el diseñador, “el artista”.
El exhibicionismo de Bianca, más que irreverente, no hace sino reforzar un sistema en el cual los cuerpos femeninos son y han sido históricamente explotados para consumo masculino y usados además no solo para el placer de los espectadores sino para generar ganancia.
En estos casos, Kanye no solo ejerce su dominio sobre los cuerpos de sus parejas como esposo mostrando su control sobre ellas, sino que directamente a través de la explotación de su imagen obtiene una ganancia para su empresa.
Es por esto que las mujeres nos cansamos de aquel otrora honroso y romantizado título de musas y nos conformamos con la más humilde ambición de ser nosotras las artistas. Es sabido que para levantar un outfit soso y minimalista es esencial portar un buen accesorio: para la próxima entrega de premios sería más impredecible para Kanye agregar a su look all-black algún par de zapatos, un sombrero o cartera en vez de llevar de la mano a su Barbie de turno.