Después de sus dos últimos estrenos: Un árbol y un cielo. Historias de familia (2011) y Coco lunático (2013), el reconocido grupo local "La Hormiga", estrena hoy a las 18 en el Teatro La Manzana (San Juan 1950) El viaje de Lino, escrita por Diego Percik y Cecilia Piazza.

Con esta propuesta el emblemático grupo creado en 1994 llega a siete espectáculos pensados para público infantil, conformando un repertorio integrado por: Cacareando (1985), Oliverio, el de la vuelta (1998), La historia del Gigante (2001) y Garabato, por un rato (2005).

El viaje de Lino es ‑según sus responsables‑ "la historia de un nene y su papá, construida en base a juegos que invitan a curiosear, investigar,  andar, hacer amigos y, seguramente, crecer".

--¿Este nuevo trabajo se inscribe dentro de la búsqueda habitual del grupo?

--El viaje de Lino continúa un mismo proceso de investigación realizado  en Un árbol y un cielo. Historias de familia, realizada en co‑producción con el grupo "Cuentos Rodantes" y que contó con la dirección de Yeni Mata ‑dijo a Rosario/12 la titiritera Cecilia Piazza.

Según la creadora de La Hormiga, en este proceso de trabajo encuentran un código para narrar la historia, con una escenografía móvil conformada por grandes cubos; títeres de mesa y las titiriteras a la vista del público, instaladas también como narradoras.

--¿Cómo fue el proceso de creación de este nuevo estreno?

--En octubre de 2015 nos reunimos Diego Percik, como titiritero, y yo, por primera vez como directora, con la premisa de crear una obra que pudieran disfrutar los más chiquitos, desde los 2 años, obsesionados una vez más por los dibujos de los chicos (Garabato, por un  rato), por sus formas de representación, tan sintéticas y expresivas que usamos como  disparadores para crear títeres muy simples.

La escenografía retomó la búsqueda de Un árbol y un cielo..., en base a cubos, pero en esta oportunidad de dimensiones más reducidas.

El diseño de la escenografía de El viaje de Lino correspondió a Diego Percik, que también colaboró con Piazza en el diseño y realización de los títeres, mientras que Franco Pisano fue el responsable de la técnica de sonido y luces, y Florencia Marting del vestuario.

--Retornan una vez más al mundo de los juegos de la infancia...

--Aparece el tema del equilibrio, tan difícil de lograr entre la atención que podemos prestar a los chicos y el deber de la tarea a realizar como adultos, y sobre todo el inabarcable mundo de los juegos de los niños, en donde tras vencer la barrera del aburrimiento, los elementos más conocidos de la rutina diaria se hacen cómplices en una aventura inimaginable; en un viaje donde descubrir nuevos mundos, encontrar a otro como yo y lograr códigos en común que nos permitan hacernos amigos.

--Después de una extensa trayectoria en el mundo de los títeres, creadora de un grupo histórico como La Hormiga, recién este año, estrenas tu traje de directora...

--Me atreví por primera vez a dirigir, si bien es cierto que a lo largo de mi experiencia, en todas las obras participé como autora en su proceso de creación, a través de las improvisaciones; ese es el modo de  producción de "La Hormiga": planteamos un tema, comenzamos a pensar  algunas acciones, pensamos qué tipo de organización espacial y de técnica de títeres será la  más adecuada para contarlo, a través de los ensayos vamos creando la obra y recién así vamos plasmando el guión definitivo.

La flamante directora cree que la decisión de asumir ese rol, tiene que ver con su experiencia en comunicarse con niños muy pequeños y los escasos ejemplos de creadores que desde el teatro puedan asumir conectarse con esa franja de espectadores.