“No estoy de acuerdo con la agenda ambientalista, que es un completo fraude” afirmó el presidente argentino que regaló los helicópteros de lucha contra el fuego a Ucrania y cuya ministra Patricia Bullrich ejecutó apenas el 30 por ciento del presupuesto de manejo del fuego. Mientras el gobierno de Milei hacía politiquería, los incendios destruyeron más de 25 mil hectáreas en el sur y 20 mil hectáreas en Corrientes.

Según un informe de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales que se conoció el año pasado, entre enero y julio de 2024 se produjo el doble de lo que se había previsto de incendios forestales en todo el país. Sin embargo aunque la inversión en el Sistema Nacional de Manejo del Fuego aumentó, si se lo ajusta a la inflación, implicó una caída real de casi el 40 por ciento, de lo cual solamente se ejecutó lo mínimo. Un ejemplo: a pesar del aumento de los incendios, de las 5100 horas de vuelo previstas en la lucha contra el fuego, se redujeron a 3100.

El presidente dijo que la agenda ambientalista “es un fraude”, y por eso minimizó las partidas destinadas a la lucha contra el fuego mientras el país está en llamas. Para el presidente es un tema abstracto, “incentivado por el marxismo cultural” pero para los habitantes de Río Negro, Chubut, Neuquén y Corrientes, es un infierno en el que han perdido casas, ganado, cultivos, esperanzas y futuro. Ya se produjeron dos muertes, don Angel Reyes, un hombre de 83 años que intentó defender su casa de las llamas en Mayin Ahogado, en la zona de El Bolsón, igual que la maestra Cindia Mendoza, de 30 años, directora de la escuela 919, del paraje Alén Cué, en Corrientes.

El presidente libertario desertó de su responsabilidad, y abandonó a las provincias que sufren la tragedia en soledad como si no formaran parte de Argentina. La única reacción solidaria provino del gobernador bonaerense Axel Kicillof, que envió a Río Negro 50 brigadistas con experiencia en la lucha contra incendios, motobombas y otras herramientas. Pero ese aporte es mínimo ante la dimensión que ha tomado el incendio.

Es ridículo que cada provincia tenga un dispositivo primario para afrontar estas situaciones extremas, cuando el Estado Nacional, que representa el esfuerzo conjunto de todos los argentinos, es el único en condiciones de disponer de estrategias y de un dispositivo suficiente. Pero Milei y Bullrich han reducido el Sistema Nacional de Manejo del Fuego hasta hacerlo casi inexistente para la dimensión que han tomado los accidentes climáticos. Es increíble el parentesco de sensibilidades con Donald Trump, quien, después que Israel redujera a ruinas a la Franja de Gaza, anunció con gran cinismo un enorme negocio inmobiliario con hoteles de lujo sobre los restos de las ciudades palestinas en las costas del Mediterráneo.

En una entrevista que concedió este viernes al diario francés Le Point, poco después de retirar a la Argentina de la Organización Mundial de la Salud, Milei anunció que también repudiará el acuerdo de Paris, que establece metas de tipo ambiental.

Para Milei, la salud pública y el cambio climático son temas teóricos de los que no sabe, es ignorante. En su cabeza, la salud es solamente una cuestión de gasto. No la quiere en el Estado Nacional y por eso reniega, sin tener conocimiento, de las estrategias diseñadas para combatir la pandemia mundial del Covid.

Para todos los argentinos fue esfuerzo y sacrificio, nadie la pasó bien con el aislamiento y los problemas de trabajo. Pero gracias a ese esfuerzo, a ningún infectado le faltaron camas ni respiradores, mientras en Estados Unidos y Brasil, —gobernados por Trump y Jair Bolsonaro, dos negacionistas—, la gente moría por asfixia, amontonada en los pasillos de los hospitales, y los cadáveres se apilaban en camiones frigoríficos en los estacionamientos.

Después de la epidemia de covid quedó claro que el aumento de población mundial y la multiplicación de la movilidad y el transporte internacional, aumentaban la vulnerabilidad de la humanidad ante nuevas pestes que antes no existían o quedaban circunscriptas a una localidad. Son muchas las posibilidades de nuevas pestes.

El covid surgió en China y se expandió por todo el mundo en menos de tres meses. Era una epidemia desconocida y la única forma de combatirla fue intercambiando experiencias y recursos como vacunas y prácticas sanitarias y el principal canal fue la OMS. No es de izquierda ni de derecha, ni hay que ser un “marxista cultural” para reconocer algo tan elemental. Negarlo es esencialmente imbécil. Pero también es abandono de persona, tanto en cuestiones de salud como en tragedias de origen climático.

El episodio de los helicópteros MiL MI-17 de origen ruso que se utilizaban en caso de catástrofes, como los incendios, fue ilustrativo. Al mismo tiempo que Milei bajaba el 40 por ciento del presupuesto para el manejo del fuego, la Fuerza Aérea anunció que Milei regalaba los helicópteros a Ucrania para su guerra contra los rusos. Con esa decisión involucraba a los argentinos en una guerra espantosa, a miles de kilómetros y en la que no tenían nada que ver. Y resignaba un recurso invaluable para la lucha de vida o muerte de los patagónicos y correntinos contra el fuego.

Abandonar a las provincias a su suerte no es hacer federalismo sino disolución nacional. El Estado Nacional reniega de la educación y la salud pública y también de la defensa y la protección de los argentinos. Les niega ayuda y además los extorsiona con el dinero que les corresponde.

Milei dice que las catástrofes producidas por el cambio climático no son por la acción de los seres humanos, sino por la naturaleza. Es discutible. Pero una vez que se producen las catástrofes y aumentan en capacidad de daño, esa discusión pasa a un segundo plano y hay que apagar el fuego: el Estado debería tener infraestructura y presupuesto para hacerlo y a este gobierno no le importa.

Por el temor de perder lo poco que reciben, y como expresión de su impotencia, en vez de criticar la ausencia e ineficiencia del gobierno nacional, los gobernadores sólo atinan a buscar enemigos internos o a hacer politiquería. Llegaron a acusar a los mapuches por los incendios y advertir por "falsos mapuches" que llegaban del conurbano.

En El Bolsón detuvieron a tres muchachos que participaban en las brigadas de voluntarios que luchan contra el fuego y los acusaron de iniciar el incendio. Cuando los vecinos se movilizaron para defenderlos, apareció la patota a caballo del magnate Joe Lewis para reprimirlos. En eso destaca la actitud de Kicillof. Si lo hace por política siempre es mejor aquella que exalta la solidaridad, antes que inventar chivos expiatorios o enemigos internos para engañar a la gente.

Milei prepara su noveno viaje a Estados Unidos a una conferencia de partidos reaccionarios. En el Congreso se discute la suspensión de las PASO. Es lógico que se plantee esta problemática, no se trata de hacer antipolítica barata, pero la sociedad no tiene esa preocupación y es una agenda que instaló el gobierno mientras deserta de sus responsabilidades concretas.