“El arte hecho por mujeres no es solo para mujeres. Los varones están invitados como público, como nosotras nos acercamos a eventos donde ellos predominan”, dicen las organizadoras del Festival Hermana que se hace todos los 7 de marzo desde hace tres años en Marcos Paz. Las creadoras del Festival son Abril Brizuela y Naru Ruiz, dos vecinas de la zona, y lo realizan en conjunto con la Cooperativa de Trabajo Audiovisual Haz.

“Yo nací en la parte que se denomina Los Barrios, que está un poco más alejada de la ciudad. Eso siempre me hizo sentirme fuera de la movida que era organizada por la gente del centro y siempre para el mismo circuito. Una de mis motivaciones fue hacer que no suceda siempre lo mismo, darle lugar a otras artistas del territorio”, relata Ruiz y una gran movida cultural agrega Brizuela, que vivía en Capital Federal hasta hace algunos años y actualmente lleva adelante Agencia Fogón, un proyecto que difunde y visibiliza la cultura local.

“Cuando yo me mudé acá me llamó mucho la atención todo lo que sucede a nivel artístico, pero no había nadie registrándolo. Así que decidí encarar esa tarea”, dice Brizuela que conoció a su socia del Festival mientras sacaba fotos en un bar donde Ruiz cantaba.

Esa misma noche se pusieron a charlar en una mesa y fueron llegando a la conclusión de que la mayoría de los lugares programaban solo hombres. “ Hemos presenciado fechas mixtas donde varones se levantan para irse a fumar cuando tocamos las pibas. Se aplauden, bancan y programan entre ellos”, dice Ruiz.

“Por eso hay una ley de cupo en los festivales, porque sino los productores tienden a programar hombres porque son más visibles, están en más lugares y tienen más llegada”, acota Brizuela.


Estos intercambios las llevaron rápidamente a ponerse en acción. Fue así como un 7 de febrero del 2023, como previa a la marcha, decidieron pedir el Centro Cultural Roma, que es el teatro municipal de Marcos Paz, para organizar el festival.

Para ambas siempre fue importante pensar cómo el machismo y la misoginia actuaban en la localidad, por eso, además de programar recitales y espectáculos, sumaron desde el comienzo charlas de concientización sobre las distintas formas de ejercer violencia de género. “Es incómodo reflexionar en una comunidad chica, porque nos conocemos e implica indagar y revisar nuestras prácticas. Pero es un desafío que nos transforma”, dice Brizuela.

A su vez. Ruiz también agrega que el trabajo de reconocimiento empezó por ellas: ver sus propias actitudes misóginas. “El objetivo del festival es mostrar que el arte hecho por mujeres no es para mujeres solamente. La mirada feminista está en la vida y en el arte y es para todos”.

Todas las ediciones tienen que aclarar que, aunque las mujeres y disidencias tienen roles visibles. La entrada es abierta a todo público. “Queremos que vengan los varones a mirar y bancar el laburo de las artistas que los rodean. Es un desafío pensar qué lugar ocupan las masculinidades en el festival. Muchos compañeros se acercan a dar una mano. Pero en general notamos que hay un desinterés por parte de los hombres y hasta un rechazo por el festival. A nosotras nos gustaría ir proponiendo espacios para que esa discusión se pueda dar con ellos”, reflexiona Brizuela, que también comenta que muchos se acercaron a curiosear en la primera edición y no volvieron más.

Ambas organizadoras coinciden en que haber planteado la propuesta en la comunidad sin pertenecer ninguna a una organización partidaria generó que activistas y vecinas se acercaran por igual. “Suele haber discusiones entre partidos, como propusimos un espacio sin bandera, pudimos trabajar en torno a acuerdos y fue muy efectivo”, agrega Brizuela.

El festival lleva por nombre Hermana, dado que sienten que, aunque en la primera convocatoria eran desconocidas, se fueron escuchando y acompañando como si fueran hermanas o amigas de toda la vida. A lo largo de las ediciones fueron comprobando que necesario era el espacio y cuánto les hacía falta sentirse escuchadas y habilitadas. Muchas mujeres y disidencias de Marcos Paz con una amplia trayectoria, se presentaron por primera vez localmente gracias a que se sintieron convocadas por la propuesta.

Para ambas, el contexto socioeconómico está muy complicado y dificulta que las personas puedan asistir a eventos artísticos o producirlos. “Los primeros consumos que una recorta son los culturales. Muchas artistas priorizan sus otros trabajos en momentos así. Nuestro desafío es generar estrategias para que sigamos teniendo trabajo. La visibilización es una cuestión económica”, concluye Brizuela.

Falta un mes para la tercera edición. Es por eso que abrieron la convocatoria para artistas, feriantes, poetas, actrices, directoras, dramaturgas y músicas que quieran ser parte del Festival que se realiza nuevamente en el Centro Cultural Roma, un espacio que cuenta con una gran sala y un patio enorme donde organizarán una feria para que las emprendedoras locales y de zonas aledañas den a conocer su trabajo. Para ser parte y conocer las condiciones para participar, hay que comunicarse con ellas por mail: [email protected] .

“Esperamos que el festival crezca. Contar con la participación de mujeres y disidencias de otros lugares. Nos gustaría diversificarnos. Sumar charlas sobre neurodiversidad, por ejemplo”, comenta Brizuela y agrega que este año contarán con una ludoteca para infancias.

Pero cada vez más están convencidas de que el Festival no se termina en marzo. Ya están planificando ofrecer talleres durante el año para que las mujeres y disidencias puedan formarse en instrumentos “que están masculinizados”, como el bajo y la batería. También desean lograr expandir la agenda de actividades para que “Hermana” siga existiendo e insistiendo durante todo el año.

El Festival Hermana tendrá lugar el 7 de marzo. Desde las 17:00 en Avellaneda 1950, Marcos Paz.