“Tiene el Conurbano no sé qué, mística de barrio y bicicletas/ fábricas de smog, casas de cartón, rejunte de transas y poetas”, entona el cantautor de Monte Grande Leandro Tornello en “Tiene el Conurbano no sé qué”, la canción que le da nombre a su tercer disco y también al proyecto teatral que retrata historias sobre el Conurbano bonaerense. “En el Conurbano se mezclan lo rural y lo urbano, lo celestial y lo mundano, lo original y la imitación. En el Conurbano somos casi un cuarto de la población del país, no es un lugar aislado o pequeño, es un lugar central en la economía del país. Y tiene un espacio protagónico en la generación de sentido social, político y cultural”, define Tornello sobre este proyecto que conjuga la música, el teatro, la historia y la identidad cultural.

El proyecto nació a partir de una idea que el músico tuvo con su socio artístico, el profesor y lingüista Gustavo Albanece. “Tuvimos la intención de hacer un documental sobre Camino de Cintura, una especie de road movie, con una estética medio Tarantino. Estábamos obsesionados con la cuestión y recorríamos Camino de Cintura de punta a punta, de madrugada, a la mañana, a la tarde, y filmábamos”, introduce Tornello. “Mirándolo con ojos documentalistas veíamos cosas maravillosas más allá del tránsito o el tedio que uno sufre al recorrerlo. Pero la realidad es que ese proyecto era demasiado grande para nuestra capacidad de producción, entonces lo descartamos. Sin embargo, en una charla se nos ocurrió hacer un espectáculo de relatos y canciones sobre el Conurbano. Porque de alguna forma está de moda, hay ciertas tendencias reivindicativas y hasta un libro de Pedro Saborido”, grafica Tornello.

La semilla inicial quedó reflejada en la cumbia “Si Camino de Cintura fuera un río” y en piezas como “Milonga del Conurbano” o “Conurbolero”. “Después hice una canción para los trenes (‘Abrazados en el tren’), otra sobre la historia del hombre gato, una para los botelleros y los chatarreros (‘Ambasincaba’), y así fuimos viendo cuáles eran los tópicos más representativos del Conurbano. Las canciones quedaron tan redonditas en la obra teatral que por mi parte las grabé en un disco”, explica el cantante y compositor. “El hombre gato es una leyenda (o no) de una persona que vestida de gato atacaba por las noches a otras personas, en Brandsen, en 1984. Después se divulgó esa figura y empezó a aparecer por todos los rincones del Conurbano”, explica sobre “El hombre gato”, una de las historias populares que circulan en ese territorio.

El sonido del Conurbano está representado a través de ritmos populares y diversos, como la milonga, la cumbia, el bolero, la balada y el gato. Una mezcla sonora que puede ir con total naturalidad desde el rock hasta el reggaetón. “El Conurbano es tan amplio culturalmente que no es necesario cerrarse a un género para poder representar su esencia”, sostiene Tornello. “Porque sí vas por Camino de Cintura podés escuchar cumbia, pero si te metés más hacia adentro podés escuchar chamamé, porque viven muchas personas del Litoral argentino y Paraguay. También hay muchos residentes de provincias del noroeste, como Tucumán, donde se escuchan chacareras y gatos. Entonces, el Conurbano está poblado de distintos géneros y es un crisol cultural. Primero surgía la canción y después me daba la libertad de usar cualquier género tratando de que fuera el más representativo”.

-El disco, además de aportar reflexión, se permite jugar con el humor, el folklore y la picardía, como se refleja en “Conurbolero”.

-Es una canción que exalta el orgullo conurbano. Años atrás quizás daba vergüenza decir que uno era del Conurbano, porque siempre fue sinónimo de servicios deficientes, clientelismo político y delincuencia, pero de un tiempo a esta parte el Conurbano creció y ya no necesitamos ir a Capital Federal para hacer un trámite o consumir teatro, música o cine. En el Conurbano tenemos una oferta amplia de lugares y polos gastronómicos. Entonces, este lugar de preponderancia que se puso un poco de moda me inspiró a escribir esta canción que habla del orgullo de ser de acá. La idea no es polarizar desde el odio cultural, sino que en esa diferencia que se genera con la Ciudad de Buenos Aires también se crea identidad, porque el Conurbano crea su identidad a la sombra de Capital.

-También hay una canción dedicada a la crisis de diciembre 2001, "Ahí vienen", que retrata cómo se vivió esa época en los barrios. ¿Cómo nace la canción?

-Esa canción surge en principio por un momento político que estábamos atravesando, que fue el triunfo de la extrema derecha que de repente nos puso en un lugar de triste rememoración. La canción la lanzamos a fines de 2023 en un contexto de elecciones. Nos parecía un suceso que no podíamos dejar de contar, porque visto ahora a luz de la historia fue un hecho increíble, que si bien no es privativo de nuestro Conurbano, fue muy cruento lo que se vivió. Fue una psicosis que sufrimos millones de habitantes. No podíamos dejar de retratar esas escenas tan de película, de apocalipsis, de fogatas en las esquinas y gente armada en los techos. "Cuidado que vienen del fondo a saquear", se repetía en los barrios. Todos éramos el marginal del fondo que iba a atacar al otro. Más allá de las alianzas de la cuadra, el resto eran enemigos. Fue una psicosis colectiva: no ocurrió nada de lo que decían que iba a pasar.

-En general los medios hegemónicos construyen una imagen estereotipada y generalista del Conurbano que difiere de la real. ¿Es importante contar el Conurbano a través de las personas que lo habitan?

-Sí, totalmente. Creo que, como pasa en general, el sentido común de los lugares se construye desde medios que por lo general son porteñocentristas, entonces lógicamente va a haber una falta de sentido real de lo que se expresa. El Conurbano es sinónimo de cosas ligadas a lo negativo, pero acá somos más de diez millones de personas que trabajamos, estudiamos y generamos arte y cultura. Y somos una parte importante del motor de la economía del país. Entonces, cuando dicen que el Conurbano es sinónimo de delincuencia o clientelismo político es caer en una visión muy sesgada y estigmatizante, y que está muy alejada del sentir conurbano. Si bien hablamos del Conurbano a veces con un tono humorístico, no caemos nunca en la ridiculización de la región y su gente. Hacemos más bien una reivindicación de sus habitantes, sus actividades y su entorno.

-Pero tampoco hay una romantización, como queda claro en la canción "Tiene el Conurbano no sé qué" (“mate en el cordón, garitas al sol, haciéndole sombra al proxeneta”).

-Sí, es esa mezcla donde se da todo: el desarrollo en su máximo esplendor y también lo precario. La pobreza y la opulencia. Los barrios que se inundan. Acá convive todo. También aparece eso en la canción "Si Camino de Cintura fuera un río", en la que hablo de lo dura, extensa y variopinta que es ésa ruta. Sin romantizar ni hablar con tono burlón, pero sí con ojo sensible.