El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que firmará un decreto contra el uso de los utensilios ecológicos firmado por su predecesor, Joe Biden, y prometió que Estados Unidos volverá a usar los contaminantes. "Vuelta al plástico", dijo en su plataforma Truth Social. Así, regresarán las pajitas y los vasos de plástico que habían sido reemplazados por los de papel.
El presidente estadounidense es un negacionista del cambio climático que califica de "estafa" la transición energética y prometió impulsar la producción de petróleo y gas.
Su predecesor, el demócrata Biden, se había fijado el objetivo, por decreto, de eliminar en la medida de lo posible el empleo de utensilios de plástico de un solo uso, incluidas las pajitas, en los departamentos y organismos federales para 2035.
Las pajitas, al igual que los vasos y cubiertos desechables, forman parte esencial de la vida cotidiana de los estadounidenses, grandes consumidores de bebidas y alimentos para llevar, y aficionados a las comidas a domicilio.
La pajita desechable no reciclable se convirtió en uno de los principales símbolos mundiales de la contaminación por plásticos, especialmente en los océanos.
Biden firmó en junio pasado unn decreto para eliminar gradualmente la utilización de plásticos de un solo uso como parte de su estrategia más amplia para abordar la contaminación plástica. La eliminación tenía el objetivo de poner fin a la adquisición por parte del gobierno federal de plásticos de un solo uso en operaciones, eventos y envases de servicios de alimentos para 2027.
El gobierno del demócrata había explicado que las políticas de adquisiciones eran el último esfuerzo interno destinado a abordar la contaminación plástica. Y había encarado otros planes para abordar la producción de polímeros con uso intensivo de combustibles fósiles, el reciclaje y la eliminación del plástico arrastrado a los océanos.
En su momento, grupos ambientalistas dijeron que la medida para eliminar gradualmente los plásticos de un solo uso en favor de productos reutilizables o compostables era "significativa". "El gobierno de Estados Unidos es el mayor comprador de bienes y servicios del mundo, y sus decisiones de compra pueden tener un impacto global", dijo Christy Leavitt, directora de la Campaña de Plásticos de Oceana.
Ahora, Trump dará marcha atrás. Las pajitas para sorber bebidas y los vasitos serán de plástico otra vez.
En tanto, el jefe del organismo de la ONU para el Clima llamó a los países a apelar a sus propios intereses para luchar contra el cambio climático, en medio del anuncio de la retirada ambiental del Estados Unidos de Donald Trump. En un discurso en Brasil, que será sede de la próxima COP30 de las Naciones Unidas sobre el clima en noviembre, Simon Stiell reconoció que muchos países entregarán sus hojas de ruta climáticas con retraso.
Sin embargo, resaltó avances reales desde la firma del Acuerdo de París hace una década. "Ya vamos en la dirección correcta. Sólo tenemos que implementar, e implementar más", dijo Stiell, secretario de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático, en un foro en Brasília. Para Stiell, con dos billones de dólares en inversiones climáticas mundiales, será la realidad económica y no los anhelos nobles el motor de las acciones.
El interés propio, "por encima de cualquier otro factor", es la razón por la que "el cambio hacia las energías limpias es ahora imparable: por la colosal escala de oportunidades económicas que representa", dijo. "Un país puede dar un paso atrás, pero otros ya están ocupando su lugar para aprovechar la oportunidad y cosechar las enormes recompensas: mayor crecimiento económico, más empleo, menos contaminación y costos de salud pública mucho más bajos, energía más segura y asequible", dijo Stiell.
Trump anunció por segunda vez --la otra había sido durante su primera presidencia-- la retirada de Estados Unidos, el segundo mayor contaminante mundial después de China, del Acuerdo de París. El Gobierno argentino también estudia la retirada del país de se Acuerdo.
En el marco de ese pacto de 2015, los países deben presentar las llamadas contribuciones determinadas a nivel nacional. El 10 de febrero es la fecha límite para entregar esos planes climáticos con vistas a 2035, pero pocos hicieron la tarea. "Ya hemos visto cómo varias economías importantes, como Brasil y el Reino Unido, entre otras, han enviado señales claras de que están intensificando la acción por el clima presentando nuevos y audaces planes de acción climática", destacó Stiell.
El representante de la ONU cree que "tiene sentido tomarse un poco más de tiempo para asegurarse de que estos planes sean de primera categoría", y dio plazo hasta septiembre.
Según un funcionario de Naciones Unidas, más de 170 países habían indicado a la CMNUCC que estaban trabajando en sus nuevas metas con la intención de presentarlas este año, y la gran mayoría antes de la COP.
Brasil albergará la COP30 en la ciudad amazónica de Belém. La cita sigue a la de Bakú del año pasado, que arrancó un mínimo compromiso de que las naciones ricas aportaran 300.000 millones de dólares anuales para enfrentar el cambio climático de aquí a 2035.