Para Ariel Sujarchuk, intendente de Escobar, la salida a este momento de la política argentina es por medio del "club de los normales". El ex secretario de Economía del Conocimiento de la Nación, transita su tercer mandato al frente del distrito y explica el valor de sumar la inteligencia artificial a la gestión pública. Defiende el desdoblamiento de cara a las elecciones de este año y avala las reelecciones para todos los cargos porque "la sociedad aprendió a autolimitarse".
Periodista y abogado de profesión, Sujarchuk lleva las riendas de su municipio desde 2015, preside el PJ de Escobar, y conversa más de una hora con Buenos Aires/12. No entra en un idea y vuelta de nombres, pide una discusión profunda ante la revolución digital que, asegura, se transita, y pregona por un Estado "dinámico y ágil".
Sobre este escenario, dice, el peronismo quedó "vintage". No en materia de principios y valores, pero sostiene que debe adecuarse a las demandas actuales.
En relación a su definición sobre "el club de los normales" que lanzó en X, Sujarchuk responde:
—Te aseguro que, si juntamos diez amigos tuyos y diez míos y armamos lista de veinte temas, en dieciséis nos ponemos de acuerdo. En uno tendremos que negociar, y en otros tres pensaremos diferente. Eso es un club de los normales.
—¿Por qué normales?
—Creo que hay mucha locura en la sociedad y la dirigencia. La agresividad está en el gobierno y en la oposición. Para tomar decisiones de política de Estado hay que generar consensos. Por ejemplo, ¿la salud es un costo o una necesidad? Para mi es una necesidad, es normal. La interoperabildiad de los municipios es algo normal, porque si no en materia de seguridad gana el chorro. La educación, en términos de virtualidad, por ejemplo, tiene que estar desde ahora. Nosotros vamos a dar nueve cursos de habilidades digitales en todos los secundarios públicos y privados de Escobar y todos van a ser bilingües. Hay que preparar a los ciudadanos para el futuro. Si nosotros no entramos en este mundo, el mundo nos va a dejar afuera. El club de los normales va de la mano de educación pública de calidad, que tiene que funcionar.
—¿La iniciativa de Milei para sacar a Argentina de la OMS está fuera del club de los normales?
—Es una cosa de locos. El gobierno se alía con Trump sólo en las locuras pero no somos trumpistas en defender la industria nacional. Trump se va por probremas geopolíticos desde la pandemia. ¿Nosotros por qué? ¿Qué sentido tiene irse? Hay que dar la discusión hacia y desde dentro. La OMS, para mí, tuvo una gestión espantosa en la pandemia, pero hay que quedarse. El problema no es que Milei salió, es que Argentina tiene que cuidar sus posiciones que preceden a este gobierno. Nuestro mayor éxito en salud es que volvimos a bajar la mortalidad infantil en el distrito el año pasado. Es la mitad de cuando asumí. ¿Qué mejor uso del sistema de recursos del Estado que permitir que vivan más chicos? Si se deja de bancar el calendario de vecunación, no se gira plata para los jubilados, no se sostienen las diferencias en materia de género, ¿cómo haces para sostener estos índices? Nadie del club de los normales discute que hay que enseñar en las escuelas la responsabilidad de cuidarse durante relaciones sexuales sin entrar en discusión sobre el aborto.
—Usó como sinónimo de la organización política una orquesta, pero dijo que falta el director. ¿Cómo observa ese proceso en el peronismo?
—El peronismo siempre fue frentista. Si cantas solo desafinas, si cantas de manera conjunta es coral. Nosotros tenemos siempre una mirada de conjunto. Creo que algunos se están equivocando en construir el antikirchnerismo desde adentro, cuando la pregunta es cómo construimos el post cristinismo. Y no dejando a alguien afuera, sino construyendo ideas para el futuro. Abocarse a una pelea interna es pelearse por una lapicera que tiene cada vez menos tinta. Soy participe de que se genere un lugar para un debate serio de valores, ideas y métodos, que nos permita hablar de los problemas de la gente y no de los dirigentes y, principalmente, nos permita tener mirada estrategia para ordenar un modelo de país que nos es el que tiene Milei. De ahí decir que Gobierno nacional hace todo mal, no, porque también es vintage. Si reproducimos el mismo nivel de violencia, nos parecemos bastante. Ante la antipolitica de los locos, la política de los normales.
—¿Está de acuerdo con la suspensión de las PASO?
—Primero, no estoy en contra de la boleta única de papel. Hay que reconocer que sistema actual es muy transparente, porque todos lo cuestionaban y todos ganaron con este sistema, como el actual Gobierno nacional. Por lo que lo importante son las personas y las ideas, no el sistema. Respecto a las PASO, hay consenso para suspenderla, pero estoy completamente a favor de que estén presentes en las elecciones ejecutivas porque, además, en algún momento tiene que haber una reforma política y dejar de votar cada dos años. Nos la pasamos de elección en elección, lo que atenta contra la calidad de la gestión.
—¿Considera necesario desdoblar las elecciones en la provincia?
—Si se desdobla, podemos crear una identidad política bonaerense, porque, sino, siempre está subsumida a la esfera nacional. Los diputados y senadores nacionales de la provincia de Buenos Aires se sienten de la Nación y no de la provincia, cosa que no sucede en otras provincias.
—¿Y qué piensa de la posibilidad de que se sostenga la reelección de los intendentes?
—Estoy a favor de que se pueda reelegir en todas las categorías. Con cuarenta años de democracia, los argentinos saben autolimitarse. No han reelegido a quien no querían y reelegieron a aquel con quien se sintieron a gusto con sus gobiernos.
—¿Cuáles son los ejes que definen una gestión municipal?
—El primero es la calidad de vida de los vecinos y, en paralelo, la evolución de tu ciudad. Por eso el Estado tiene que ser dinámico, ágil, sencillo y efectivo. No hay que ver para atrás con melancolía, sino que hay que mirar para el futuro. Y hoy, nosotros hablamos de tres ejes fundamentales. En principio, la seguridad. Segundo, la salud, entendiendo que la salud en un municipio es la emergencia y la proximidad para evitar los males mayores. Y tercero, la educación, basada en la era digital. Nosotros queremos un municipio innovador para resolver las demandas de los vecinos de manera más rápida y ágil.
—¿Qué características tiene que tener un intendente para desarrollar un gobierno innovador?
—Primero, calidez con el vecino y cercanía. Segundo, tener formación. Y tercero, tener una propuesta clara que tenga que ver con las características de la ciudad, pero con un modelo de gestión asociado a la provincia que progrese y a un país que incluya.
—¿Hoy el país incluye?
—No. Hoy hay un modelo de gestión con algunos logros importantes como la estabilidad inflacionaria, la estabilidad monetaria y haber terminado con los piquetes. Pero lo hizo con un costo social que se va a ver, principalmente, en 2026.
—¿Por qué?
—Porque no solo tiene que ver con los sectores populares, sino por las posibilidades de que este gobierno genere un industricidio. El gobierno generó una asimetría tributaria entre los que fabrican en Argentina y los que importan. Hoy, paga menos impuestos alguien que importa que quien fabrica en el país. El gobierno dice que hay que competir, pero genera una competencia desigual para con las pymes nacionales. Esa asimetría fiscal va a generar una caída de la industria nacional, caída de puestos del trabajo y, consecuentemente, una caída del consumo. Yo estoy de acuerdo con el equilibrio fiscal, pero lo están haciendo para los de afuera. Además, si, como en 2024, ganás más del 100 por ciento en dólares en bonos, ¿para que miércoles te vas a poner a fabricar si la pones en la timba financiera y te va mejor?
—¿Se repite la historia?
—Si. Por eso, creo que hay que entender hay mucho del pasado en la política de hoy y, por eso, los intendentes tenemos que convertirnos en dirigentes del futuro. Ese pasado también nos incluye a los peronistas. Tenemos que hacer una reversión de cómo comunicarnos con la gente y cómo gestionar el Estado.
—¿El peronismo dejó de ser sinónimo de un Estado eficiente?
—Creo que el peronismo, en muchos aspectos, se quedó vintage. Se ancló mucho en su relato del pasado y siempre una elección es un cheque para el futuro, no para el pasado. A la gente le tenés que contar lo que vas a hacer mañana, no lo que hiciste. Hoy, la era digital que estamos viviendo es como la revolución industrial, porque hay un cambio de hábitos de consumos, hábitos laborales y culturales. El emergente de las políticas públicas en torno a la defensa de derechos, la sindicalización y todo lo que el peronismo representó con la llegada de Perón al poder empieza a tener que reconfigurarse. No en torno a sus valores, sino a raíz de las circunstancias. Si se están creando nuevos modelos de trabajadores en torno a la virtualidad y la inteligencia artificial, el peronismo se queda al pasado si no hace nuevos convenios colectivos de trabajo y representa a los nuevos trabajadores. Hay que entender que el concepto de ocho horas laborales empieza a ser otro concepto, y hoy nadie aspira a ingresar a una fábrica a los 20 años e irse 30 años después con una medallita. El mundo cambio, y si el peronismo no evoluciona respecto a esto, se queda vintage. Hay que entender que el Estado hoy es recontra presente porque lo tenés en el teléfono, lo tenés en tu mano, te lo llevás al baño incluso. Lo que hay que hacer es pasar de burocracia, es decir, una democracia de boureau, a una IAcracia.
—¿Se puede incorporar la IA a la gestión municipal o hay algún límite o peligro?
—La IA no es una herramienta, es una inteligencia no humana que agiliza procesos, resuelve problemas y contesta preguntas. No aplicar este proceso hoy es como querer arar como un buey. Lo hacés igual, pero más lento y con menos precisión. Estamos en un proceso de revolución, es decir, una evolución permanente que hasta el momento no se sabe bien cómo y ni dónde termina. Por eso hay que armar un Estado dinámico, que vaya cambiando, no omnipresente y sí que acompañe y sea efectivo. Con el tiempo, todas las ciudades van a ser smartcities. Es cuestión de tiempo y plata. Lo que tenemos que hacer los intendentes es generar ciudadanos inteligentes para convivir con la inteligencia artificial.
—¿Usted la aplica en Escobar?
—En Escobar, por ejemplo, tenemos un chatbot que se llama Flora que contesta alrededor de 7 mil preguntas por día pero la estamos preparando para contestar 50 mil. Hasta ahora contesta preguntas de índole formal, pero ahora va a poder contestar preguntas de gestión, de transparencia y de reducción de conflictos. En pocos días, inauguramos semáforos con inteligencia artificial. Son semáforos que pueden ir alterando sus tiempos según lo que sucede en la ciudad, porque no tenés el mismo flujo de tránsito en todos los horarios. O si hay un accidente puede desviar el tráfico. Estamos cerrando una licitación de 3.500 millones de pesos para comprar tecnología con IA para perfeccionar la seguridad del municipio, dando mayor prevención de delitos, mucho más rápida lectura sobre hechos para encontrar malvivientes o generar prueba necesaria para la fiscalía lo antes posible.
—El Gobierno nacional pone énfasis en la IA, ¿por qué?
—El Gobierno nacional tiene una excelente relación con los creadores de inteligencia artificial del mundo occidental. Más allá de la cuestión ideológica, yo lo califico como un valor. Pero en materia de fomento de la economía del conocimiento en Argentina, no hizo nada. Colombia y Brasil nos sacaron ventaja, pero porque sostienen una política de Estado. El complejo exportador de economía del conocimiento en Argentina es de 9.800 millones de dólares anuales. Si no se genera políticas activas se va a perder una gran oportunidad porque tenemos el talento suficiente y el huso horario adecuado para ganar en el mercado que se viene.
—¿Estas inversiones se complican si Luis Caputo avanza contra las tasas que cobran los municipios?
—En 2024, invertimos el 6,2 por ciento del nuestro presupuesto en educación, más del 30 en salud y alrededor del 12 por ciento en seguridad. Entonces, viene un discurso muy hipócrita del ministro de Economía que habla de la tasa vial. Esa tasa responde al 1 por ciento sobre el combustible, pero él aumento el impuesto a los combustibles por encima del 700 por ciento. ¿Cómo es capo? ¿Vos aumentas el 740 por ciento y el problema es el 1 de un municipio? La realidad es otra.
—¿Cuál?
—El ministro de Economía apunta a desfinanciar uno de los pocos presupuestos independientes que tiene Argentina. Tiene que aceptar la democracia, donde la gente elige a sus representantes a nivel local y donde hay Concejos Deliberantes que aprueban o no la fiscal impositiva. Yo no vi que baje el impuesto al cheque, pero sí se lo bajó a importadores. No contesto con ánimos de confrontar, sino de proponer. Mirá, le tiro una. Que el ministro nos dé un crédito blando del Banco Nación para comprar luces led y así bajamos el costo de la energía, lo que va a permitir bajar las tasas de alumbrado público. Le digo otra opción al campeón de las chicanas. Que nos quite el IVA de la recolección de residuos a los municipios, que no le significa nada, y se bajan las tasas. Y le tengo una más al analista del ojo ajeno. Las construcciones privadas pagan el 10,2 por ciento de IVA y los municipios el 21. Es eso costo para los vecinos. No digo no pagar IVA, pero paguemos todos el 10,2. Entiendo la distorsión que hubo con la inflación y acepto que nuestro gobierno tuvo mucho que ver, pero si lo querés organizar, venite y charlamos. Pero, si no me querés hacer las obras de AYSA que son nacionales, ¿cómo le doy agua y cloacas a los vecinos? Que dejen de decir pavadas. Basta de locura. Si vos bajás los impuestos yo te acompaño pero no me mandas obras, no mandás guita, no definís las obras que están por encima del 90 por ciento de ejecución y no me dejás juntar la guita para terminarla. Eso es de pavote.
—¿Qué impacto tuvo la inauguración de la escuela primaria municipal?
—Nos convertimos en el primer distrito en administrar todos los niveles educativos. Tenemos los centros de desarrollo infantil, cuatro jardines de infantes, el colegio secundario de la UBA, dos terciarios, y estamos en proceso de conveniar con veinte universidades. Nos faltaba la primaria. Esa primaria es una revolución en el barrio más vulnerable de Escobar. Es una escuela bilingüe, basada en gestión de neurociencia, con una hora de robótica, y con apoyo escolar porque sabemos que quienes concurran no tienen un núcleo familiar que los pueda apoyar.
—¿Cómo administra la seguridad desde el gobierno local?
—Hace muchos años, los municipios se hacen cargo de la seguridad que no es del marco de su incumbencia. Por eso somos el primer municipio en tener su policía local por ordenanza. Por eso también compramos armas no letales, que son las byrna, para proteger a los vecinos. Hay que entender que la seguridad no es un problema de derecha ni de izquierda. Es un problema que los bonaerenses tenemos hace muchísimos años. Hay que dejar de ser vintage en la manera de gestión. Hay que descentralizar, controlar y reorganizar las tareas de cada uno.
—¿Son como las taser?
—No. Las taser sin armas de los años setenta, bien de película americana y que responde a otra morfología de sociedad. Tenés que estar muy cerca y tenés un solo tiro, por ejemplo, cuando el conurbano lo que más encontrás son bandas. Estas son armas modernas, donde podés dar un disparo en la pierna sin que sangre pero que infrinja el dolor para poder dejarlo en el piso y esposarlo. Son armas con mayor efectividad, modernas, y que saldan el problema de la electricidad como materia de sometimiento. En este camino, el municipio invirtió 16.500 millones de pesos en seguridad en 2024. Pensamos en una policía local, de proximidad, que sea administrado por los municipios, mientras que la bonaerense se ocupe, por ejemplo, de los homicidios. También es importante que el narcotráfico vuelva a ser un delito totalmente federal y evitar lo que pasa con los delitos de narcomenudeo hoy en día.