Fue el típico partido del que hace el primer gol, gana. Y como no lo hizo nadie, Vélez y San Lorenzo cerraron un 0 a 0 rápidamente olvidable que dejó expuestos a los dos. Sin goles a favor en lo que va del torneo Apertura, Vélez al menos sumó su primer punto. Pero con un equipo juvenil muy diferente al que salió campeón, volvió a quedar en deuda futbolísticamente aunque tuvo las llegadas más claras. Y acaso por eso, debió haber ganado. San Lorenzo suma ocho puntos en el grupo B y no le han marcado en estas cuatro primeras fechas. Fue a sacar un punto de Liniers y lo sacó. Aunque no haya pateado al arco en toda la tarde.
El comienzo del partido se retrasó una hora en la semana e igualmente, la sensación térmica (treinta y siete grados y medio) fue agobiante. Entre el calor, el piso desparejo de la cancha y las limitaciones propias de los dos equipos, el primer tiempo levantó poco vuelo. Hubo una sola llegada y fue a los quince minutos: Cavenagh subió por la izquierda, lanzó el centro al punto penal y el cabezazo de Michael Santos salió cerca del palo izquierdo.
Antes y después, todo se limitó a un manejo improductivo de la pelota por parte de Vélez y a la espera ordenada de San Lorenzo que nunca pudo conectarse con Vombergar, su único delantero de punta que, hasta su reemplazo por el debutante colombiano Peralta, no recibió una pelota como la gente. El Ciclón le negó espacios al juego interno de Vélez y varias veces lo obligó retrasarse para volver a empezar sus maniobras. Conforme fue avanzando el reloj, también fue creciendo la impaciencia de los hinchas locales, molestos por la impotencia de su equipo para quebrar el repliegue azulgrana. El atrevimiento del chiquilín Alvaro Montoro (17 años) despertó sonrisas sólo en los primeros minutos. Después, se apagó y se contagió del aburrimiento.
Ni siquiera los cambios que los técnicos Domínguez y Russo fueron ensayando en la segunda etapa, pudieron alterar el pobre desarrollo. Vélez siguió pasándose la pelota sin saber bien para qué. Y San Lorenzo no movió una ficha con tal de llegar al empate. El arquero Gill le sacó un remate a Michael Santos y sobre el final, le tapó con la cara una entrada a Braian Romero. Por eso, Vélez estuvo más cerca de la victoria. Pero sigue sin enamorar. San Lorenzo cumplió su objetivo y se llevó el punto que vino a buscar. Después de noventa minutos vacíos de emoción y buen fútbol.