Enclavada en las alturas del sector El Terraplén, en la histórica comunidad de Piñones, Puerto Rico, la Casa Afro se erige como un símbolo de resistencia y memoria. Es un punto de encuentro donde se entrelazan el arte, la educación afrocentrada y el legado de los cimarrones que forjaron la identidad afroboricua.
A la entrada, una imponente imagen de Arturo Alfonso Schomburg, el historiador afroboricua que dedicó su vida a recuperar la memoria negra, da la bienvenida. Desde allí, la Casa Afro despliega su propuesta: un espacio donde las tradiciones orales, la gastronomía ancestral y los saberes comunitarios se convierten en herramientas de reafirmación identitaria. Es un laboratorio de conocimiento donde se honra a las matriarcas de Piñones, guardianas de una historia que desafía el olvido.
La Casa Afro asume el reto de ofrecer una alternativa: una educación anclada en la experiencia afrodescendiente, que rechaza el eurocentrismo y reivindica metodologías afrocéntricas. Desde este enfoque, no solo es un centro de formación, sino también un espacio de sanación conectada con la ancestralidad. Aprender sobre la historia afrodescendiente desde una comunidad negra otorga una perspectiva que no se encuentra en los libros de texto tradicionales. Aquí, las infancias de Piñones pueden verse reflejadas en narrativas que honran su herencia, en una estética que no les niega, sino que les fortalece.
Pero la Casa Afro no solo educa desde la historia; también lo hace desde el arte y la expresión cultural. En este espacio, se llevan a cabo exposiciones que destacan a artistas afrodescendientes, como "Candela Candela", "Paréntesis" y "Negro/A/X", que ofrecen una plataforma para explorar y reflexionar sobre la identidad afro en la sociedad contemporánea. También se organizan talleres de música, danza y arte, así como charlas y seminarios sobre la historia y las contribuciones de la comunidad afro.
Además, la Casa Afro entiende que la lucha por la justicia ambiental es inseparable de la lucha antirracista. Piñones es un ecosistema con manglares, lagunas y playas que han sido fundamentales para la comunidad. Proteger este territorio es una forma de resistencia frente a la amenaza del desplazamiento forzado, que sigue afectando a las comunidades afrodescendientes del Caribe.
En este sentido, defender Piñones es defender su gente, su cultura y su historia. La Casa Afro es una afirmación rotunda de que la comunidad sigue en pie, creando, resistiendo y celebrando su existencia con dignidad. Este esfuerzo no solo se limita a Puerto Rico, sino que se inscribe en una lucha mayor, la de las comunidades afrodescendientes del Caribe y la diáspora que siguen reclamando justicia, reconocimiento y reparaciones. Con su apuesta por la memoria, la educación y la autogestión, la Casa Afro demuestra que la historia afrodescendiente es un presente vivo y un futuro por construir.