Una de cada tres pymes despidió empleados a lo largo del 2024. El dato se desprende del último informe de la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino (Enac). El relevamiento también advierte que durante el año pasado las pymes funcionaron con una capacidad industrial 53,8% en promedio y los pronósticos hacia adelante son pocos alentadores. “Estamos observando que se están generando despidos, que nos preocupan porque se dan en un contexto en donde no hay muchas posibilidades de reinserción laboral”, evaluó Javier Martín, titular de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe). En tanto, Juan José Sisca, secretario de Apyme, consideró que el sector no está contenido dentro del modelo económico del gobierno. Mientras que Pablo Cerra, de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), advirtió sobre las consecuencias de la apertura de importaciones: “Puede generar un estrago”.
El informe de la Enac lo dice explícitamente: el 2024 fue un año malo para las pymes que se traduce en un funcionamiento a media máquina, con el 53,8% de su capacidad instalada. Pero además, sostiene que el arribo de un nuevo gobierno “con un manifiesto plan antiproductivo”, sumado a la devaluación de la moneda y “el montaje de un sistema de especulación financiera” produjeron un desincentivo del aparato industrial. “Todo este escenario concluyó en que a lo largo del 2024 una de cada tres industrias despidiera, en total alrededor de 40.000 trabajadores, que son los mejores remunerados, registrados, privados y de alta calificación del mercado”, sostiene el informe.
También se detalla que el aumento promedio de los costos en la industria, para el último trimestre del 2024, fue del 22,59%, casi el triple de la inflación medida por el Indec. Mientras que el incremento promedio de los precios en la industria fue del 18,28%, el doble de lo registrado por el organismo estadístico. Ante ese panorama, las expectativas no son buenas: el 49,4% de los empresarios industriales considera que la situación económica del sector empeorará en 2025; el 69,23% de las industrias no planea incorporar trabajadores en el próximo trimestre; y el 72,1% de las industrias considera que la caída del mercado interno será el principal limitante para su crecimiento este año.
En ese marco, Martin consideró que la situación de las pymes varía mucho según el sector, pero advirtió que el panorama es complejo. “La gran mayoría de nuestras pymes están vinculadas con el mercado interno que, si bien dejó de caer en los porcentajes que cayó el año pasado, no se vislumbra una recuperación inmediata. Por el contrario. Estamos observando despidos que se están generando, que nos preocupan porque se dan en un contexto en donde no hay muchas posibilidades de reinserción laboral”, indicó en declaraciones a Rosario/12.
El dirigente industrial manifestó especial preocupación por el proceso de apertura de importaciones y, sobre todo, con lo vinculado a la maquinaria agrícola, donde Santa Fe desarrolló un polo fuerte y competitivo a nivel mundial. “Esas industrias están preocupadas hoy por lo que es la importación, principalmente de países como Brasil y Chile, que generan una oferta a un costo imposible de llegar”, explicó y agregó: “La industria santafesina enfrenta grandes desafíos, sobre todo en lo que refiere a la maquinaria agrícola, pero la amenaza de las importaciones es creciente en otros rubros también. Es una preocupación”.
Ante ese escenario, desde Fisfe miran de reojo el tema suspensiones y despidos, aunque aclaró que en las pymes las desvinculaciones, hasta el momento, se han producido sin grandes conflictos. Pero para el organismo, uno de los inconvenientes más grandes sigue estando en la caída del mercado interno: “Venimos de un año marcado por la caída del poder adquisitivo, por un cambio en los precios relativos importantes y con un encarecimiento muy fuerte de lo que fueron los costos de logística y también de los servicios, como agua y luz. La gente tienen menos para consumir y el 80% de las pymes santafesinas dependen del mercado interno. No hay perspectiva de que eso mejore, con lo cual es difícil observar un repunte importante en el corto plazo”.
Alertas
Por su parte, Sisca sostuvo que más allá de las particularidades que enfrenta cada sector, la preocupante situación que viven las pymes responde al rumbo adoptado por el gobierno para la industria. “Estamos inmersos en un modelo económico que nos excluye”, sostuvo el secretario de Apyme en diálogo con Rosario/12. Y agregó: “La quita del subsidio a la energía y la caída del poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones, que son nuestros clientes, son algunos de los aspectos que nos perjudican y que explican nuestra caída. Las pymes explicamos el 80% del trabajo privado del país y un buen porcentaje del Producto Bruto Interno”.
En ese sentido, el dirigente explicó que, salvo empresas ligadas a sectores estratégicos, todos los rubros industriales de la provincia están teniendo problemas. “En Santa Fe la industria automotriz está suspendiendo y echando gente; en la siderurgia vemos lo que está pasando con Acindar, que anunció la suspensión de 700 trabajadores”, evaluó. “Pero además hay que contemplar todo lo que eso representa para la producción. Los fabricantes de maquinarias no están comprando porque no están produciendo. Y no producen porque no venden. Así es difícil y no se avizoran mejoras”, completó.
En tanto, para Pablo Cerra, abogado de la UOM Rosario, la industria viene sufriendo un combo que combina recesión con apertura de importaciones y en el sector se encienden las alarmas porque la situación no repunta. “Seguimos teniendo vicisitudes de despidos masivos. La semana pasada tuvimos que presentar una denuncia en el Ministerio de Trabajo porque una empresa con 14 trabajadores había despedido a la mitad. Y todos esos despidos eran fundamentados en causas económicas, en la falta de actividad”, contó a Rosario/12. “Es una constante que estamos viendo desde el año pasado”, agregó.
Según datos de la Secretaria de Trabajo Nacional, en un año la provincia de Santa Fe perdió 10.800 puestos de trabajo registrado. La caída del 2,1% interanual –de noviembre de 2023 a noviembre de 2024– quedó por encima del promedio nacional (1,9%). Ante ese panorama, los gremios industriales santafesinos motorizaron acuerdos con el Ministerio de Trabajo provincial para que las empresas sigan abonando buena parte, o la totalidad de los salarios de los trabajadores en el contexto recesivo. Pero ese sistema se empieza a tensionar. Hoy hay unas 25 empresas que registran suspensiones en Rosario y la región.
“Tenemos síntomas y alertas de que algunas empresas no quieren seguir renovando sus acuerdos. No porque la situación mejore, sino porque sostienen que deben tomar medidas. Los acuerdos que tenemos firmados en el Ministerio de Trabajo son como un paraguas porque las empresas no pueden tomar medidas de desvinculaciones. Nosotros con esos acuerdos sostenemos una estabilidad en el empleo”, explicó y remarcó: “Hay empresas que están poniendo en dudas si van a seguir renovando esos acuerdos y es preocupante”.
Por último, Cerra alertó sobre el proceso de apertura de importaciones que impulsa el gobierno y alertó que generará un combo fatal para el sector: “En Santa Fe tenemos un polo agroindustrial importantísimo y muy competitivo a nivel internacional, en términos de calidad y tecnificación. A la altura de los primeros países del mundo. Las importaciones pueden generar un estrago y mucho daño en términos laborales”.