Víctor Hugo Morales criticó en su editorial por la 750 la manipulación mediática de los sectores cercanos al Gobierno que presentan una narrativa exagerada sobre la inseguridad en la provincia de Buenos Aires, remarcando que si bien la violencia en el Conurbano requiere atención, la tasa de homicidios provincial es la más baja en 20 años, alineada con promedios internacionales. En este contexto, en un claro mensaje de Axel Kicillof, explicó cómo se debe actuar ante esta operación: “Es hora de que la provincia se pare firme, discuta con números y enfrente a quienes manipulan la verdad”.
El editorial de Víctor Hugo Morales
La mafia de Clarín y Lilia Lemoine, que fue el otro día a Moreno, junto con la muchachada de Milei en LN+ y otros parteros de la mentira, que miran a la cámara con hondo pesar para dar pena, cuando son ellos los que dan pena, trabajan incansablemente en la provincia de Buenos Aires con su vómito informativo.
Kicillof, usted tiene cómo saberlo, tiene la tasa de homicidios en la provincia es la más baja de los últimos 20 años: 4,5 por cada cien mil habitantes, en línea con el promedio nacional.
Pero es mucho mejor. Porque si bien la violencia en el Conurbano merece atención, no debe confundirse con la situación del resto de los municipios de la provincia, donde las problemáticas son distintas.
La problemática es distinta en el Conurbano que en Carrozas del Este. Sin embargo, los sicarios mediáticos insisten en instalar una narrativa execrable sobre la inseguridad. Son un dragón lanzando llamaradas. Y los habitantes de Buenos Aires deben saber lo que les quieren hacer. Ya se lo hicieron con La Morsa cuando terminaron votando a Vidal.
La provincia se defiende mal. Ese es defecto incurable de los Gobiernos que se pretenden izquierdistas. Terminan formando parte de la barrera en un tiro libre preocupados por el pelotazo que van a recibir.
Si fuera cierto que Kicillof suspendió el acto por lo que pasa en la Provincia, lo que hizo fue darle la razón al los malhechores mediáticos. Un asesinato de los que habrá uno hoy, y otro mañana, no debe ser más fuerte que la verdad: la disminución de las cifras, para nada lejos de los promedios mundiales.
Deben desafías a los voceros a que den la cara. Deben contabilizar las veces que pasan en televisión el mismo crimen y mostrar la secuencia para que el pueblo sepa el drama de lo que le están haciendo. Deben dar las cifras internacionales. Nueva York tiene el mismo índice, mientras que ciudades como Chicago alcanzan 29 homicidios por cada cien mil habitantes.
La violencia urbana es un flagelo mundial, pero su raíz está en la miseria, la desigualdad y el capitalismo salvaje. Entre 2011 y 2023, las ciudades más violentas del mundo se concentraron en México, Brasil, Colombia, Estados Unidos, Sudáfrica, Honduras, Jamaica y otros países, muchas de ellas más pequeñas que el Conurbano.
Miren en Infobae, la lista de las 10 ciudades más peligrosas de Estados Unidos, Los miles de crímenes que acumulan. Todas arriba de Buenos Aires. El flagelo es otro, es la miseria. Aquí y en cualquier lado, el capitalismo salvaje. Vivimos dentro de eso. Y los únicos que pueden aliviarlo son los Gobiernos que buscan hacerlo más justo, más igualitario.
Y contra esos gobiernos, los dementes de los medios los devoran si no se saben defender. Tiene que salir, plantar la cara, dar los números. No se achiquen. Párense a discutir con los números.
Estos sinvergüenzas le hacen notas a Bullrich para que cuente cómo bajó la criminalidad en el país y muestra la de Buenos Aires, que es la que más aporta a los datos positivos. Es cuatro porque la Provincia ayuda a tener números presentables en la sociedad intencional.
Es hora de que la provincia se pare firme, discuta con números y enfrente a quienes manipulan la verdad para debilitar a gobiernos que buscan justicia e igualdad. No se achiquen, no se callen. Porque el mayor crimen no es la inseguridad: es la mentira sistemática que intenta robarnos hasta la dignidad. Están pariendo mentiras. Que usan fórceps, además, para no perder tiempo en la urgencia de robarse lo que no les queda, que es la provincia de Buenos Aires.